“EPM lo pierde todo y la Millicom lo gana todo”, opinan concejales, expertos, organizaciones sociales y sindicatos de EPM—
Por sus alcances e implicaciones, este proyecto ha polarizado la opinión en el Concejo de Medellín, donde cerca de la mitad de los ediles lo ve con preocupación y reservas, las mismas que ha suscitado entre reconocidos expertos, entre ellos un grupo representativo de ex funcionarios de EPM y UNE. Y tiene la franca oposición de organizaciones sociales de la ciudad y los sindicatos de UNE.
“Es un negocio en el que EPM lo pierde todo y Millicom lo gana todo”, es la frase que, con base en argumentos técnicos y políticos, los opositores al proyecto han acuñado para descalificarlo, porque lo consideran nefasto para los intereses del Municipio y los ciudadanos de Medellín. Significa, dicen, renunciar a un modelo de administración pública ejemplar y la entrega a Millicom del poder sobre una empresa con capital superior a los $3 billones; entrega que sería una especie de cheque en blanco porque Millicom podría mañana hace cualquier negocio con la empresa fusionada.
En resumen: a cambio de promesas de utilidades futuras en el negocio fusionado, el Municipio de Medellín entrega sus servicios de telecomunicaciones fijas, con todo el enorme potencial de crecimiento que éstos tienen hoy y a futuro, y pierde su instrumento para desarrollar programas de telecomunicaciones con sentido e impacto social.
“Nos parece un proyecto forzado y poco claro. EPM perdería el control de UNE, y por tanto el Concejo pierde control político”, opinó el concejal Luis Bernardo Vélez, uno de los mayores contradictores del proyecto y líder de “Medellín nos Une”, un movimiento ciudadano de oposición al mismo.
Varios son los motivos argüidos por la Alcaldía para la pretendida fusión, entre ellos que UNE tiene pérdidas y dificultades financieras; que la telefonía fija se está marchitando en beneficio de la móvil; que EPM Telecomunicaciones necesita inversiones de $1,8 billones para conseguir algo más de un millón de clientes para la telefonía móvil 4G, y que, en general, necesita un socio para poder competir en un mundo de grandes jugadores en telecomunicaciones.
“Es falso el argumento de que UNE está quebrada —sigue diciendo el concejal Vélez—. Desde el concejo le hemos hecho un largo seguimiento y, por el contrario, hemos visto que ha logrado utilidades favorables para el municipio. De ahí que nos preocupa que en el informe más reciente se nos presenten cifras de una subvaloración de activos y de patrimonio que no corresponde al histórico de UNE, empresa que si bien compite en un mundo globalizado, ha sido salvaguardada por EPM y el municipio de Medellín; se le ha invertido mucho dinero público y tiene un patrimonio muy grande en banda ancha y en 4G. Por eso creemos que no hay ningún riesgo ni urgencia de salir a venderla, o casi regalarla a una multinacional”.
Por su parte Néstor Monsalve, presidente nacional de Sintraemsdes, sindicato mayoritario en UNE, y trabajador de EPM desde hace 31 años, fue categórico al afirmar que es Millicom la que está quebrada y puede poner en riesgo a UNE. Además alertó sobre la posibilidad de que con la fusión las tarifas se incrementen, y sobre las consecuencias sociales de la fusión, toda vez que UNE, al igual que EPM, cada año le aportan al municipio el 30% de sus ganancias, recursos que se invierten en programas e infraestructura en educación, vivienda y salud para los medellinenses, y al privatizarse se acaba ese aporte.
Preocupación por lo laboral
El otro riesgo tiene que ver con la estabilidad laboral de los trabajadores. UNE tiene 2.750 funcionarios vinculados y 7 mil trabajadores contratistas, y estaría por ver cómo quedarían las condiciones laborales y los derechos convencionales de estos trabajadores en una nueva empresa fusionada. Se les podría imponer retiros compensados o despidos masivos.
“De ahí el afán que muestra la Alcaldía para que el Concejo le dé vía libre al proyecto —sostiene Monsalve—, en vista de que en noviembre de este año Sintraemsdes negociará pliego de peticiones, y ello puede afectar la proyectada fusión”. Advirtió que de darse la fusión podría pasar lo que ya está pasando en las empresas contratistas de UNE, las cuales, en aras de ganar los contratos, presentan pliegos de condiciones con menores costos laborales, lo que implica rebaja de salarios y precarización de las condiciones de trabajo.
Es de anotar que Sintraemsdes nació con las Empresas Públicas de Medellín en 1955, y es el sindicato titular de la actual convención colectiva. En UNE tiene 1.780 afiliados, mientras Sinpro (Sindicato de Profesionales, también opuesto a la privatización de UNE) tiene unos 500.
Las principales objeciones al proyecto
Tras escuchar a dirigentes de Sinpro y Sintraemsdes, así como a expertos en la materia, como Carlos Guillermo Álvarez, economista y administrador de empresas, profesor honorario de la Universidad Nacional y ex miembro de la Junta directiva de EPM, tenemos que las principales objeciones al proyecto de fusión UNE-Millicom, son las siguientes.
- Con base en fuentes respetables y de los mismos balances de Millicom, no se ve cómo esta multinacional puede agregar valor a la fusión, dado que tiene muy poco patrimonio y muchos pasivos. Tanto así que todavía le adeuda $260 mil millones a EPM, socia de Millicom (con el 25% accionario) en Colombia Móvil (Tigo).
- Es alto el riesgo para EPM, que como socia por partes iguales en la nueva empresa fusionada, quedaría con la obligación de continuar invirtiendo en una compañía más grande que la actual Colombia Móvil-Tigo, lo que implicará mayor esfuerzo financiero.
- El proyecto busca que el Concejo autorice cualquier tipo de negociación con UNE, un cheque en blanco en otras palabras. ORBITEL, WIMAX, y la misma venta de OLA, negocios fracasados, son los espejos de lo que pasa cuando la comunidad no ejerce control político a través de sus representantes en el Concejo. Como Millicom tendría poder decisorio en la nueva sociedad, el patrimonio público de UNE quedaría sometido a sus decisiones. Se corre entonces el riesgo de que la multinacional abuse de su posición dominante y se apropie de las utilidades por la vía de los gastos; o el día de mañana haga cualquier negocio con terceros, incluida la desinversión casi total, ya que con una sola acción que conserve EPM, se estaría respetando el acuerdo en los términos en que se presentó.
- No es cierto que UNE esté quebrada. Cerró 2012 con pérdida de $203.213 millones, explicada por los ajustes necesarios para que los estados financieros reflejaran la realidad de la compañía. De no ser por esto, habría tenido utilidades por $156.000 millones en la operación fija y otros $60.000 millones con Tigo.
- Millicom ofrece más dudas que certezas. Es un inversionista de portafolio con sede en Luxemburgo, un paraíso fiscal que no es otra cosa que un instrumento formal, de apariencia legal, que permite ciertas elusiones y facilidades mediante el establecimiento de empresas en un sitio diferente a aquel en que desarrollan su acción empresarial. Por otra parte, sus ingresos provienen mayoritariamente del mercado de voz, y en los países donde hace presencia factura menor valor agregado de lo que factura UNE en Colombia. Además tiene mala reputación en varios países de Centroamérica, donde tiene investigaciones por corrupción.
- Se ignora a la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB), que podría ser un aliado importante. Desde el punto de vista país tiene más sentido una alianza con ETB que con un inversionista de portafolio y paraíso fiscal como Millicom.
- En el negocio se EPM entrega a Emtelco (empresa de transmisión de datos), que es un buen negocio, genera empleo y está en línea con la estrategia de región de exportación de servicios. Esta empresa, valorada en US80 millones, es un negocio en línea con la estrategia de convertir la región en exportadora de servicios.
No hay tal “marchitamiento”
Un argumento que aparece en la parte motiva del proyecto de acuerdo presentado al Concejo, es el supuesto marchitamiento de las redes fijas en el mercado de las telecomunicaciones, que es el fuerte de EPM con sus redes tendidas por todo el país.
Por el contrario —afirman los críticos del proyecto— hoy la generación de valor de las redes fijas es inmensa. Por éstas fluye todo tipo de información, nuevos productos que se pueden vender, como voz normal, voz sobre IP, televisión, televisión interactiva, cine, entre otros, que constituyen la nueva estructura del mercado mundial de las telecomunicaciones. Y también del mercado colombiano, desde luego, donde EPM puede competir con lujo dentro de ese segmento.
La firma Pyramid, consultora de EPM, calcula que la telefonía móvil podría tener en 2020 un 11% del total de la banda ancha, pero la banda ancha fija llegaría al 40% de los hogares colombianos. O sea algo más de 33% del mercado colombiano de las telecomunicaciones. Apuntarle a una tajada del 35% en ese segmento es una meta cumplible con una adecuada política de alianzas (empaquetamiento por ejemplo) para la movilidad, aportando su licencia de 4G.
Un dato bien diciente: en un estudio reciente realizado por la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia, sobre la estructura del mercado estadounidense en los últimos 10 años, las redes fijas facturaron más del 60% de los ingresos en el mercado de telecomunicaciones, y lo mismo pasa en Europa. Entre tanto, las redes móviles de voz, tras una tasa de crecimiento fenomenal, ya estabilizaron su dinamismo. Es claro: el “almendrón” del mercado mundial de telecomunicaciones es la facturación por redes fijas, aunque siga creciendo también la banda ancha móvil.
En suma, para los medellinense, que son los dueños de UNE, la desaparición de ésta y su sometimiento a la voluntad de un socio inversionista, puede tener imprevisibles consecuencias. No se entiende la razón por la cual, supuestamente para agregar la movilidad a EPM (en la cual de todas maneras hace rato está a través de Tigo), se decide ahora cambiar la estrategia de la telefonía de banda ancha fija, que tiene futuro.
Edición N° 00347 – Semana del 19 al 25 de Abril de 2013