Por: Laura Lucía Becerra Elejalde. PORTAFOLIO
Un informe de la ONU y la firma Inclusión aborda el concepto de exclusión productiva como una combinación de esos tres elementos.
La inclusión productiva es un concepto que se ha planteado como solución para el desarrollo en varios contextos. Es una expresión común en el discurso de políticos y organizaciones, y es también el tema central de un informe reciente publicado por la oficina de las Naciones Unidas para Colombia y la firma de consultoría Inclusión.
El documento detalla cómo, en 2021, en el país el 70,9% de los adultos colombianos se encontraba en lo que se denomina exclusión productiva, pero, ¿qué implica esto?. El informe introduce la medición del Índice Multidimensional de Inclusión Productiva (IMIP), que tiene por objeto medir la exclusión productiva de la población mayor de 18 años a través de una metodología de medición multidimensional.
Esta considera tres dimensiones: salida de la pobreza monetaria, inclusión laboral y protección social y, finalmente, educación y capital humano.
Roberto Angulo, socio fundador de la firma Inclusión, explicó que la construcción de este índice y su metodología permiten analizar qué sucede después de que los hogares y personas traspasan la pobreza monetaria.
“La pobreza monetaria es un indicador importante, pero es apenas un umbral mínimo de dignidad y de supervivencia. Este es un indicador basado en los conceptos de inclusión productiva, y lo que buscamos es analizar la posibilidad de participar en mercados de trabajo y en oportunidades de generar ingresos que sean dignos y sostenibles”, explicó el experto.
En palabras de Angulo, el objetivo no es solo que las personas logren salir de la condición de pobreza, sino que lo hagan con buenos trabajos, fuentes de generación de ingresos sostenibles y un sistema de protección social, de modo que esa salida de la pobreza sea sostenible a futuro.
Vale la pena destacar que el porcentaje de personas mayores de 18 años en exclusión productiva es prácticamente el doble de la cifra de pobreza que se registró para 2021, que era de 34,3%.
Otra cifra que se destaca en el reporte es que la exclusión productiva en la zona rural (88,7%) es 1,4 veces mayor que la urbana (66,2%); y también que el porcentaje de mujeres en exclusión productiva (74,3%) es mayor que el de los hombres (67,2%).
“No basta salir de la pobreza para estar en inclusión productiva”, señala Angulo.
A su vez, al revisar la composición de la exclusión, se observa que la dimensión que más pesa en 2021 es la de inclusión laboral y protección social con 38,5%, seguida de educación y capital humano (35,9%) y de pobreza monetaria (25,6%).
El reporte señala que el avance del país en términos de inclusión productiva ha sido lento. Si bien se presenta una reducción en el porcentaje de personas excluidas, esta caída no ha sido sostenida desde 2017.
Los micronegocios
El reporte también presenta el Índice Multidimensional de Robustez de Micronegocios (IMICRO), que mide la robustez de las unidades productivas de entre 1 y 9 trabajadores en el país, y para ello revisa tres áreas; la contabilidad y finanzas, TIC y formalización.
El informe concluyó que 69% de los micronegocios son débiles y no tienen las condiciones necesarias para ser vehículos de superación de pobreza.
La investigación establece una relación entre la robustez y la productividad, la localización, el sector y las motivaciones de creación por parte de sus propietarios. “Un primer punto es entender que la política social no es solo dirigida a personas, sino también al tejido productivo”, añadió Angulo.
LAURA LUCÍA BECERRA ELEJALDE
Periodista de Portafolio