“La política de erradicación del paramilitarismo ha sido de pura fachada”: sacerdote Javier Giraldo (III Entrega)

Linea Conflicto Social y Paz

Por: Alianza de Medios * 

Hoy día los mismos paramilitares le dicen a la gente ´es que nosotros no venimos a matar ya´, pero vienen a controlar todo, es una muerte también a cuentagotas, porque el que no obedezca, o se va o se muere. Entonces el dominio y el control del paramilitarismo hoy día en muchas regiones es total.

 

 

Padre Javier Giraldo

 

Entrega I: Los manuales de contrainsurgencia que dan forma al paramilitarismo siguen vigentes: Javier Giraldo

Entrega II: 

Las primeras dos entregas de esta entrevista versaron sobre los orígenes del paramilitarismo como política de Estado y la consecuente etapa de reconfiguración, reacomodo y blanqueamiento promovido por el gobierno de Álvaro Uribe Vélez.

En esta última entrega, el sacerdote jesuita Javier Giraldo Moreno, defensor de derechos humanos e investigador de la violencia en el país, reflexiona sobre temas actuales como el poder y alcance del paramilitarismo, y su hoy disimulada vinculación con el Estado, la impunidad en general, las limitaciones de la justicia colombiana y el carácter vengativo de ésta, sobre el gobierno del presidente Petro, entro otras cuestiones.

A pesar del panorama aterrador que describe con cada respuesta, deja un mensaje optimista para la juventud colombiana: “Hay que reconfigurar la esperanza”.

Pregunta: Usted afirma que el paramilitarismo se replanteó durante y bajo el amparo del gobierno Uribe, ¿cómo continuó esa violencia hasta hoy?

Respuesta: Los que vivimos esa época de los años 70 y 80, presenciamos un baño de sangre aterrador todos los días. Hoy día los mismos paramilitares le dicen a la gente ´es que nosotros no venimos a matar ya´, pero vienen a controlar todo, es una muerte también a cuentagotas, porque el que no obedezca, o se va o se muere. Entonces el dominio y el control del paramilitarismo hoy día en muchas regiones es total.

P: Si revisamos el mapa de expansión de las AGC encontramos puntos de conexión con el mapa de expansión de las AUC. ¿Coincidencia o reciclaje del antiguo proyecto de las AUC?

R: Es un hecho que eso se ha reciclado. El mismo (Salvatore) Mancuso lo está diciendo a boca llena en sus últimas declaraciones: “esto fue una política de Estado”. No hay esa colaboración tan abierta y descarada con entregas de armas, de uniformes, pero es otra modalidad de respaldo y de apoyo, y la principal es la impunidad completa, hacerse de la vista gorda.

En Urabá eso es evidente. Cualquier denuncia de acciones paramilitares en Urabá es lo más inútil. Nosotros tuvimos una experiencia al final de diciembre del 2017. Varios de los paramilitares que conviven con el Ejército y la Policía en el caserío de San José de Apartadó bajaron a matar al representante legal de la Comunidad de Paz y a otros miembros del concejo. Coincidencialmente, en el momento en que los paramilitares empujaron a los concejales para que entraran a una oficinita donde se negocia el cacao, varios jóvenes estaban y vieron todo eso sospechoso, apenas los paramilitares sacaron sus armas los jóvenes se abalanzaron y lograron amarrar a dos de ellos, se les privó de la libertad, los demás huyeron rápidamente y se escaparon.

Entonces la Policía fue a reclamarlos, la comunidad negoció entregarlos y exigió que un delegado del alto Gobierno fuera a recibirlos. Se negoció durante todo ese día y al fin mandaron a un viceministro, se hizo un acta de entrega, llegó el CTI y los recibió. Al otro día, muy temprano, los primeros que bajaron a la ciudad los vieron libres, no estuvieron ni una noche detenidos, inmediatamente les dieron la libertad.

La justicia no quiso hacer absolutamente nada, entonces esa es la colaboración más eficaz, el hacerse los de la vista gorda, no actuar, irse (el Ejército) a 10 kilómetros en la víspera de las asambleas que ellos convocan, en fin, esa es la colaboración eficaz del Estado a ese paramilitarismo que sigue actuando y que sigue controlando, porque, por ejemplo, en Urabá ellos dominan todo, ellos son el gobierno.

P: Padre, ¿es correcto decir que el mapa de expansión es parecido al de las AUC?

R: Así es, es un Estado de Facto como el mismo presidente Petro lo ha llamado.

P: Las delegaciones del Gobierno y del ELN anunciaron la creación de un Observatorio sobre las formas del paramilitarismo con la finalidad de superarlo y erradicarlo, ¿es posible desmontarlo a partir de esta iniciativa?

R: No soy muy optimista. A mí me tocó estar en las negociaciones de La Habana con las FARC. El Gobierno (de Santos) y su delegación hasta las últimas semanas se empeñó en negar que existía el paramilitarismo, sin embargo, eran tantas las evidencias, las denuncias que llegaron allí, que tuvo que aceptar que eso era un hecho, y tuvo que aceptar que se metiera un nuevo capítulo en la Ley de Amnistía con una supuesta estrategia de erradicación del paramilitarismo. Había 20 medidas para la erradicación del paramilitarismo, yo opiné que ninguna era nueva, todas ya se habían ensayado antes y no habían servido para nada.

Pero allí se creó teóricamente una fiscalía especializada para la erradicación del paramilitarismo, y se habló de candidatos, y se escogió a una magistrada muy coherente, que tenía un plan muy coherente para combatir el paramilitarismo. Esta magistrada quiso actuar inmediatamente, hubo una masacre en el Cauca y ella se fue por su propia cuenta, incluso pagando sus pasajes.

En ese momento el fiscal general de la nación era Néstor Humberto Martínez, inmediatamente la llamó por teléfono y le dijo: ¿usted qué está haciendo allá sin permiso? Ella le dijo: no, a mí me dijeron en La Habana que yo era independiente para poder actuar con libertad. Él le respondió: no, de ninguna manera, usted no puede ser independiente, usted depende de mi oficina. Ella inmediatamente le renunció y la reemplazaron por Martha Mancera, que después fue vicefiscal, y toda la corrupción de ella ha quedado muy patente en los últimos meses ante el país.

Entonces esa política de erradicación del paramilitarismo realmente ha sido de pura fachada, eso no ha funcionado en absoluto, y ha sido como una versión de todas estas políticas de los gobiernos anteriores que tratan de hacer como una ficción o ficciones de cambio pero que no llegan a nada.

P: ¿Qué condiciones permitirían el desmonte del paramilitarismo?

R: El paramilitarismo es parte de un Estado de Facto como lo ha reconocido el presidente Petro, pero tiene un arraigo muy largo en la historia del país. Se inició en los años 60 con todo el respaldo de los gobiernos colombianos y la imposición de los Estados Unidos, que son los que han monitoreado desde los años 50 toda la política de seguridad del Estado.

Entonces ellos han impuesto el modelo paramilitar y todos los gobiernos anteriores han ido creando ese Estado de Facto que incluye esas formas de paramilitarismo, que, a mi modo de ver, han ido creando una antiética de largo aliento, han ido creando una especie de sociedad con principios completamente antiéticos.

Erradicar el paramilitarismo no es combatir a unos grupos armados que están en determinadas regiones, el cambio en la fuerza pública tiene que ser mucho más radical de lo que ha intentado este Gobierno. Los siete manuales de contrainsurgencia, que son criminales en todo su contenido, no los han derogado oficialmente, teóricamente están vigentes como me respondieron en el Ministerio de Defensa en 2010. No solamente están vigentes porque estas autoridades los han sostenido, sino porque uno ve que la oficialidad y la base de la fuerza pública, los soldados que se pasean por todas estas veredas rurales han introyectado tan profundamente la doctrina del enemigo interno, la doctrina de la seguridad nacional, que hace parte de su manera de pensar más profunda y eso no se erradica de la noche a la mañana.

Sin una transformación muy de fondo de toda la ideología, de toda esa manera de pensar, de erradicar todos esos manuales y toda esa legalidad que viene de atrás, el paramilitarismo va a seguir, muy difícil erradicarlo simplemente combatiendo unos grupos. Gran parte de la sociedad se ha ido adaptando a ellos.

P: Recientemente las AGC y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada han reclamado estatus políticos para negociar la paz, ¿habría que reconocerle ese estatus?

R: Sería bueno escuchar las últimas exposiciones del presidente Petro cuando ha abierto estos campos de diálogo, de negociación con todos estos grupos. Él ha sido muy claro en decirles qué es lo que ustedes están buscando. una cosa son los objetivos políticos de un cambio social, económico, político para buscar mayor igualdad, satisfacción de las necesidades básicas de la gente, pero lo que se ve como en primer plano es más el afán de mantener una economía muy fundamentada en la droga, y casi que muchas de las guerras que se están librando en las periferias no es por crear mejores condiciones para los indígenas o las comunidades negras, sino para mantener las rutas y disputarlas para poder mantener ese ingreso descomunal que tienen.

P: ¿Qué piensa sobre la reivindicación que tiene las AGC sobre la imagen y memoria de Gaitán?

R: Me parece un abuso aterrador. La historia de Gaitán y la imagen de Gaitán es completamente opuesta a lo que ellos están haciendo, usar el nombre de Gaitán es un insulto y una ofensa demasiado grave. Lo he conversado con la familia Gaitán, soy muy cercano, y ellos viven enervados con este uso tan abusivo. Eso no tiene nada que ver con la lucha de ellos, es un intento de utilizar el nombre de un luchador popular y revolucionario y un líder social de mucho renombre para justificarse ellos mismos, y tener acogida en ciertos sectores, pero en el fondo es un abuso intolerable.

P: Ellos han dicho recientemente, a través de su abogado, que no van a aceptar una política de sometimiento, porque aseguran que esta política de sometimiento ha fracasado en el país, ¿cómo y qué se puede negociar con las AGC, ahora autodenominado Ejército Gaitanista de Colombia?

R: Sí, yo sé que la discusión en el Congreso se ha centrado en eso, o es un grupo político con objetivos políticos y entonces la misma Constitución permite el diálogo y la negociación, pero si no es un grupo político, sino un grupo con fines egoístas de lucro, no se permite una negociación política, sino más bien un sometimiento a la justicia, en que se reconoce que se han cometido delitos y de pronto lo que se puede lograr son algunas rebajas de penas, pero en el parlamento uno ve que las posiciones están muy radicalizadas y que va a ser muy difícil.

Petro en varias de las intervenciones sobre la justicia tiene una propuesta muy válida, y es que hasta ahora toda la justicia se ha centrado en la venganza, en el aumento de penas, y así se han contemplado todas las reformas. Pero él lo que propone es poner como eje la verdad, y todas las estrategias de la justicia y del poder judicial han estado diseñadas precisamente para que los grandes responsables queden a salvo y solamente se persiga a los autores materiales, a los que disparan; y que además se disgreguen los procesos de tal manera que una masacre, por ejemplo, se parta en una cantidad de delitos, cada uno investigado por una Corte diferente o una instancia diferente, y así se diluye completamente la responsabilidad y nunca se llega a los máximos responsables.

Siempre hay una especie de plataforma de violencia y delincuencia que hunde sus raíces en el Estado, y eso es a lo que la justicia actual no permite llegar, diseña una cantidad de estrategias para disgregar todo, repartirlo. La misma negociación de paz con las FARC falló terriblemente en esto porque el Estatuto de Roma, que es el Estatuto de la Corte Penal Internacional, en uno de sus artículos prohíbe que se eximan de la investigación a los jefes y altos dignatarios del Estado, y aquí lo primero que hicieron fue exonerar a todos los jefes de Estado de toda investigación.

P: En 2021 finalizó el trabajo de la Comisión de la Verdad. ¿Haría falta una Comisión de la Verdad que devele todo este entramado histórico que estamos tratando sobre el paramilitarismo?

P: La Comisión de la Verdad tuvo muchos problemas. Le tocó la pandemia, tuvo muchos percances y el tiempo se le redujo mucho, y realmente muchas víctimas no quedaron satisfechas con lo que logró hacer la Comisión de la Verdad, y sobre todo con el capítulo del paramilitarismo, pues no satisfizo a muchos grupos de víctimas.

Muchos de los investigadores de la misma Comisión de la Verdad no alcanzaron a percibir ese fondo del paramilitarismo y sobre todo la persistencia de éste. Algunos de los investigadores quedaron muy convencidos de que eso era del pasado, que eso ya se había acabado. Incluso algunos de los discursos de los expresidentes que pronunciaron ante la Comisión de la Verdad, mucha gente no los compartió porque no creía en ellos.

Por ejemplo, la versión de cómo conoció el Estado el problema de los falsos positivos, creo que muy poca gente creyó en esa narrativa de los presidentes. Realmente la práctica de los falsos positivos venía de mucho más atrás. Un alto funcionario de Naciones Unidas había pasado por acá, había visitado todas las brigadas y constató que en todas las brigadas estaba esa práctica de los falsos positivos.

Entonces, ahí viene todo el problema de la credibilidad de los altos políticos, de los altos funcionarios y la misma capacidad de investigación de los investigadores de la Comisión de la Verdad. Yo creo que ellos no se movieron por muchas dificultades en las zonas más terribles donde el paramilitarismo estaba actuando. Hay muchos complementos que hacerle al trabajo de la Comisión de la Verdad.

P: ¿Cuáles son las principales limitaciones y alcances que tiene el gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez con respecto a la política de paz total?

R: Yo le veo un acierto de fondo, y es que toda la política de paz (en el pasado) ha estado muy permeada por formas de violencia, las fuerzas políticas, los parlamentarios han confiado mucho más en la estrategia militar, y en eso comparto con el presidente Petro el principio fundamental que él dice: a punta de bala no se soluciona un problema de violencia, sino que más bien aumenta.

Cuando yo enfrento una acción armada con otra acción armada, pues se están multiplicando las acciones armadas, y en ese sentido él ha querido ensayar otra estrategia, que es la de las conversaciones, los diálogos. Evidentemente eso tiene muchas dificultades y es algo de largo plazo, y eso es lo que estamos viviendo, el país está muy convulsionado porque se han multiplicado los grupos, los intereses regionales, las mafias regionales.

P: ¿Qué cree que puede suceder con estos procesos de diálogos abiertos, con estos intentos de negociación en los dos años que siguen, y qué alternativas existen?

R: Yo sé que ya pronto se va a comenzar lo que llaman la etapa “del sol a las espaldas”, porque ya empieza prácticamente la siguiente campaña electoral. Las propuestas que este Gobierno tenía de diálogo, de concertación, y que logró al principio algunos éxitos en algunas reformas de los impuestos, muy pronto se fue desmoronando y los intereses contrarios se fueron como incentivando progresivamente. Como algunas de las reformas que el Gobierno propuso al parlamento tocaban puntos muy sensibles, la de la salud, los robos tan gigantescos que se le hicieron al Estado durante tantos años, y en el parlamento están los beneficiarios de muchos de esos robos, entonces ya esas posibilidades de concertación se fueron agotando y ya en los mismos discursos del presidente uno ve que esa concertación va perdiendo vigencia, ya va renunciando a los pactos que había anunciado y va como incitando más bien a la protesta.

Entonces es muy complicado hacer pronósticos, porque lo que le dicen los parlamentarios es que la protesta era como para el tiempo de campaña, y que ya en el tiempo del gobierno todo se rige es por los acuerdos entre partidos, y los acuerdos entre partidos se ven cada vez más difíciles porque hay unas contradicciones muy de fondo entre los grupos que están en el parlamento. Yo no alcanzo a vislumbrar cómo va a ser el final de este gobierno.

P: A propósito de la próxima campaña presidencial, la derecha está trabajando sobre la desesperanza para vender la solución, el regreso de la seguridad democrática, ¿cuál es su opinión al respecto?

R: esa es la propaganda que está centrada en la seguridad, no en la justicia, en la equidad, que han sido como los ejes del Gobierno. La seguridad es ante todo individual y agenciada por los medios más poderosos, los grupos más poderosos. Uno ve con mucho temor lo que se viene realmente en el futuro.

P: Nos gustaría pedirle, para cerrar, que nos diera algunas palabras para las nuevas generaciones.

R: Esto tiene de fondo también una concepción de la esperanza, yo creo que también la esperanza es mirada desde ángulos muy distintos. La esperanza tiene varias dimensiones, la dimensión religiosa, la dimensión cristiana y la dimensión política, y en esas reflexiones propongo mirar de otra manera la esperanza. La concepción más popular y más divulgada de la esperanza tiene dos columnas que la sostienen, que son el éxito y la recompensa, a mí me parece que esas dos columnas en el fondo pueden acoplarse a un cristianismo popular.

A mí me parece que no van con el cristianismo de fondo, con el evangelio, el éxito y la recompensa no son cristianas a mi modo de ver. Por eso creo que hay que reconsiderar la esperanza de tal manera que sea compatible con los cristianos. Tenemos un eje teológico y espiritual que es el problema de la cruz, la muerte de Cristo en la cruz, creo que hay que reconfigurar la esperanza para que de alguna manera sea más compatible con la cruz y esa convicción de los valores por los cuales luchamos: de la justicia, de la verdad, de la transparencia, de la equidad, autovalidantes, en el sentido de que valen por sí mismos, y no por la recompensa que se les ofrece o por el éxito que puedan tener.

El misterio de la cruz siempre nos enseñó que eso vale, aunque no tenga éxito, aunque no tenga recompensa, yo siempre creo que el sentido de la esperanza hay que reconfigurarlo desde ahí.

*Caribe Investigación, Escuela de Audiovisuales Fucoga, La Constituyente Audiovisual, Lucecitas de Maíz, Red de Prensa Alternativa Zur , Rueda Suelta

Tomado de: https://periferiaprensa.com/la-politica-de-erradicacion-del-paramilitarismo-ha-sido-de-pura-fachada-sacerdote-javier-giraldo-iii-entrega/

 

 

 

 

Déjanos tus comentarios


Código de seguridad
Refescar

Revista Kavilando

cover issue 39 es ES

Publicaciones

Slider

Afiliados a

clacso

cc

Visitas