Por: Alfonso Insuasty Rodriguez. Kavilando*
La práctica de los desalojos forzosos constituye una violación grave de los derechos humanos, en particular del derecho a una vivienda adecuada. (Resolución 1993/77 de la Comisión de Derechos Humanos 1/ (párr. 1)
Este sábado mientras se adelantaba la asamblea comunitaria de familias y vecinos afectados por el desarrollo (forzado) en Medellín, el alcalde avanzaba en la expropiación de las viviendas de familias habitantes de la Paralela.
Es claro que este modelo de ciudad es excluyente, golpea la vida y dignidad de las familias que habitan esta ciudad, sus proyectos, redes familiares, redes de apoyo, tejido social, actividades económicas, sus lógicas valóricas, cambia sus planes y proyectos de vida, además, viene afectando su salud física y emocional, les deja en condiciones de mayor dificultad para reconstruir lo que han dejado y perdido.
No es un secreto ya, que se viene implementando un modelo asociado a la aplicación del Capitalismo del Desastre (Klein, 2007), destruir para rehacer sobre los escombros una nueva sociedad a imagen y semejanza del deseado modelo, según lo indica el mercado global. (Serna, 2012)
Esto quedó muy claro en el pasado 2do Encuentro de Comunidades Afetadas por el Desarrollo urbano, Medellín, en donde las comunidades expusieron sus afectaciones, humillaciones, y temores ante un presente y futuro incierto, derivado de la implementación de proyectos urbanos que los excluye y vulnera, así, las más de 200 Familias del Barrio la Paralela afectados por las obras del Metro Cable del Picacho (Colombia Informa, 2017); más de 150 Familias afectadas por el Tranvía (Mercado Péres, 2018), las 74 familias campesinas re-victimizadas por el ahora segundo Túnel de Occidente, sin habérseles pagado o compensado por los daños ocasionados por le Túnel Juan Gómez Martínez con el que ya llevan más de 15 años (Sanchez Calle, Pino Franco, Insuasty Rodriguez, & Escobar, 2018), el barrio Miraflores (El Espectador, 2015), el Barrio Laureles (Gente, 2017), afectados por el Puente de la Madre Laura (Gómez, 2017), Moravia (Caracol Radio, 2017); Barrio Bello Oriente (El Tiempo, 2017), (Borja Bedoya, 2013), estudiantes Tecnológico de Antioquia, incluso se presentó el caso Hidroituango y sus gracias afectaciones socales, ecológicas, etc..
Se trata de un mismo patron de conducta, deshacer pueblos, culturas, valores, y sobre esta destrucción rehacer físicamente la ciudad, una suerte de extractivismo urbano que se nutre de destruir para reconfigurar sobre lo destruido una ciudad para el mercado (Huertopía, 2018) y además, de forma paralela, va configurando gracias a un sistema educativo precario, y unos medios de comunicación llenos de propaganda de estilos de vida individualistas y para el consumo, muy potentes, sujetos configurados según la ciudad que ellos desean, competidores, adaptados y adaptables, individualistas, desconectados de su realidad, con baja capacidad para analizar críticamente lo que les ocurre, deseosos de ser exitosos y “ser ricos” a toda costa (Villa Holguin & Insuasty Rodriguez, 2014).
Esto afecta por supuesto toda lógica de participación, pues poco a poco esta se hace cada vez más funcional al sistema, la institucionalidad da un lugar para una participación inocua, sin capacidad de incidir de manera real, solo con capacidad de adaptarse o ser cooptada de manera rápida y eficiente (Borja Bedoya , Barrera Machado, & Insuasty Rodriguez, Participacion política ¿Instituida o instituyente?. Elementos para la reflexión., 2017).
La ciudad se configura como centro de negocios y no es nuevo, “Antioquia la mejor Esquina de América” ya venía perfilada desde hace varias décadas, en dicho plan, la ciudad es eje central para las importantes reuniones de negocios, atender las comisiones de extranjeros, además, facilitar la transitabilidad de mercancías hacia los puertos norte – sur // ahora oriente – occidente, conexiones que se requieren de manera rápida, eficientes, ágiles, así mismo, conectar la ciudad con el Aeropuerto y generar las condiciones para que los empresarios, turistas, extranjeros naveguen la ciudad de manera fácil, divertida, alegre con los servicios garantizados, incluyendo la medicina estética por supuesto.
Pero ello implica destruir para re-hacer una ciudad a la medida, conectar los puntos que se proyectan para el turismo, cables-tranvía-aeropueto-jardin circunvalar-centros de negocios-etc.. pero ¿y la gente?
“Un recorrido somero por las ciudades nos revela que existen hoy día graves problemas comunes que afectan a la mayoría de la población. Entre otros, el modelo de urbanización neoliberal vigente organizado y dirigido por el mercado, sin tener en cuenta las necesidades y la calidad de vida ni los requisitos mínimos de planificación; el desarrollo de grandes inversiones de infraestructura por parte de los estados, en la perspectiva de crear condiciones favorables para la gran inversión privada, para lo cual se erradican poblaciones, se dividen los territorios, se fragmenta la ciudad; por el crecimiento sin límites del negocio inmobiliario que destina los mejores terrenos a los sectores de altos niveles de ingreso, privatiza los espacios públicos y construyen viviendas que permanecen vacías (…) La configuración de la ciudad como una mercancía sin consideración por los seres humanos está acompañada por el debilitamiento de los gobiernos locales como entes rectores del desarrollo urbano y por la prevalencia de la falsa idea de la ciudad competitiva, facilitadora de la inversión privada, al interior de la cual el discurso de ciudad sustentable no tiene ninguna viabilidad práctica. (…) El modelo actual de urbanización es la manifestación del sistema capitalista, forma de desarrollo excluyente y depredador que solo beneficia al 1% de la población mundial”. ( (Alianza Internacional de Habitantes, 2017).
Vale agregar que son múltiples los estudios que señalan el daño que se ha venido generando a las poblaciones debido a los desalojos que estos modelos de ciudad generan, debido a los cambios de uso del suelo, sus proyecciones y adaptaciones,
La investigación considerablemente ampliada de la antropología del reasentamiento ha llegado mayoritariamente a la conclusión de que el resultado dominante del desplazamiento no es la restauración de los ingresos, sino el empobrecimiento. Los datos acumulados son abrumadores, y coinciden en muchos países de Asia, América Latina y África. (M Carnea, 2009)
Lla ONU es clara al indicar que los desalojos forzosos constituyen violaciones graves de los derechos humanos, advierte que estos suelen ser discriminatorios o dan lugar a discriminación, pueden en nuestro caso, violar los derechos de las personas que han sufrido ya desplazamiento forzado a causa del conflicto armado interno, pueden violar los derechos de las comunidades étnicas, además tiene graves consecuencias frente a los derechos de la mujer, de los niños y niñas, su desarrollo,
Estos estudios deben tener presente sus efectos en cada persona y grupo. Por ejemplo, la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer señala que “aunque el desalojo forzoso afecte a toda la familia, la mujer es, una vez más, la más afectada, pues tendrá que afrontar nuevas circunstancias, desempeñar las mismas funciones que antes con menos medios y trabajar más para ganar lo suficiente”. (ACNUR, 2000)
Además, es tajante al advertir que violan los derechos a una vivienda adecuada y a la seguridad de la tenencia, permanencia en el territorio, afectan el ingreso económico, la alimentación de las familias, habitantes, comunidades, puede incluso constituirse en crimen internacional.
Advierte, además, que los estados, sus administraciones, deben hacer todo para evitar los dasalojos, incluso si este es provocado por terceros.
En general, cualquier cambio del uso de la tierra solo debería tener lugar con el consentimiento libre, previo e informado de las comunidades locales afectadas. Esto reviste especial importancia en el caso de las comunidades indígenas, habida cuenta de la discriminación y la marginación a la que históricamente han sido sometidas. (De Schutter , 2009)
Reitera y es enfático en afirmar que, solo en circunstancias excepcionales es permisible un desalojo, no es la regla, es la excepción, para ello primero se deben estudiar todas las alternativas incluyendo una seria evaluación de sus efectos de todo orden, asi, para que los desalojos estén justificados, se deben llevar a cabo: a) solo en las circunstancias más excepcionales; b) después de que todas las alternativas viables al desalojo que tengan en cuenta la circunstancia excepcional se estudien en consulta con la comunidad afectada; y c) después de que se ofrezcan garantías procesales a la persona, el grupo o la comunidad22. Los desalojos nunca deben llevarse a cabo de manera discriminatoria o dejar a alguien sin vivienda o expuesto a otras violaciones de los derechos humanos. (ONU-HABITAT, 2014)
Los desalojos en zonas urbanas, por lo general reubican a la población en zonas alejadas del centro, por lo general en la periferia, lo que agrava su situación en tanto disminuye el acceso a servicios básicos, dificulta el transporte, se encarecen los costos de vida en tanto se generan gastos adicionales. Como ya lo hemos dicho, de manera directa destruye el tejido social y los grupos de apoyo, la vecindad. En algunos casos la gente abandona poco a poco dichos lugares donde fueron re-ubicados tratando de encontrar uno donde puedan articular circuitos económicos que les garantice un mínimo de susistencia generando las condiciones para un nuevo desalojo a mediano o largo plazo.
La ONU es clara al señalar que en la realización de las evaluaciones y la formulación de los proyectos urbanos que generarían re-ubicaciones, desalojos, desplazamiento se debe asegurar:
Las consultas más amplias posibles con los grupos destinatarios, fortalecer e incentivar la participación de los grupos menos poderosos y firmes (es decir, las mujeres, las personas que viven con el VIH, los niños, las personas con discapacidad, los jóvenes, los no ciudadanos), incluida la creación de las condiciones para asegurar su participación en igualdad de condiciones en el proceso, utilizar el enfoque del desarrollo basado en los derechos humanos para recabar la participación, libre y significativa de las personas afectadas por los procesos de desarrollo, se deben tener en cuenta los intereses legítimos de las minorías en el desarrollo de políticas y programas nacionales, en particular en los procesos de planificación y ejecución (PNUD, 2011)
Además, agrega. Todos los gobiernos [deberían proceder] de inmediato a la restitución de los terrenos o viviendas, la indemnización por ellos o su sustitución por otros adecuados y suficientes a las personas y comunidades que hayan sido desalojadas por la fuerza, tan pronto se celebren negociaciones mutuamente satisfactorias con las personas o los grupos afectados (Resolución 1993/77 de la Comisión de Derechos Humanos)
Si son inevitables, los desalojos deben respetar los derechos humanos y las garantías procesales, el derecho a la información veraz, no amañada como ocurre en el caso de Medellin y que se reitera en toda Colombia, el derecho a la consulta y a una participación efectiva y eficiente en todas las etapas del proceso, así mismo, se debe garantizar todos los recursos jurídicos en todo momento.
Se debe garantizar la vivienda, en todo momento, en todo lugar, una indemnización adecuada que se debe ofrecer por adelantado y minimizar todos los efectos de los desalojos.
Pero, nada de esto está ocurriendo en Medellín, el trato a las comunidades es humillante, vulnera todos los derechos, afecta profundamente la vida, capacidad económica, familias, mujeres, niños-niñas, personas en situación de discapacidad, no tiempo la más mínima compasión con sus habitantes.
El factor que siempre se argumenta es la capacidad financiera lo cual no justifica los atropellos, malos tratos y afectaciones a los habitantes, no sería más bien ¿una razón para no realizar el proyecto urbanístico?
Se hace urgente hoy, fortalecer la capacidad organizativa de las comunidades afectadas por el desarrollo urbano y su real articulación como movimiento, para constituirse en poder real y decisivo, eso sí, evitando a toda costa la cooptación de liderazgos.
Esto, para dos acciones concretas, una de corto plazo reclamar el respeto de los derechos de las comunidades y otra de mediano y largo plazo para construir un proyecto de vida urbano colectivo que se parezca a los somos como pueblo, como comunidades, como sociedad.
Si bien la ciudad se planea entre todos todas, en Medellin el sector empresarial, centrado en el GEA, Proantioquia, el sector de la construcción, etc, son quienes han logrado diseñar la ciudad, a mediano y largo, muy largo plazo, así mismo, el mercado global a través de sus empréstitos y tratados comerciales ha sabido rediseñar los territorios, saliendo ileso de toda reclamación por la constante violación a los derechos humanos que esto produce, el permanente despojo de las comunidades, la persecución, la perdida de una real participación de las comunidades. Este modelo, viene haciendo de la administración municipal una suerte de oficina funcional, que viabiliza a toda costa los intereses de este sector poderoso local e internacional. Se constituyen casi que, como actor único decisivo en la planeación de los territorios.
Y esto, no puede ser así, por ello es necesario que las comunidades se organicen, se articulen, se formen, que la academia comprometida y con una clara apuesta Ético-Política haga su papel para cualificar y articular dichas luchas desde abajo, por un lado para hacer valer los derechos, por otro para construir un proyecto de ciudad que dignifique al ser humana, que respete la naturaleza, que incluya la diferencia, que proteja a las poblaciones más vulnerables, que cuide a sus niños-niñas y brinde condiciones para una buen vivir, que se construya sobre propuestas valóricas sólidas, ese trabajo es indelegable, nos corresponde a todos, todas como pueblo en construcción, con constante renovación hacia condiciones de vida digna.
Otra sociedad es posible.
RELACIONAMOS DOS VIDEOS CON ALGUNAS DE LAS CONCLUSIONES FINALES DEL 2DO ENCUENTRO URBANO, DE COMUNIDADES AFECTADAS POR EL DESARROLLO. MEDELLIN
Referencias Bibliográfica.
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*Alfonso Insuasty Rodriguez, docente investigador Universidad de San Buenaventura Medellin, integrante REDIPAZ, integrante Grupo de investigacion Kavilando.