Por: Colombia Informa
"Ser gente de la tierra mapuche implica un modo de ser y estar en el mundo de manera diferente".. "Y estamos en condiciones de salir a pelear, porque nuestra principal aliada es la Mapu, nuestra Madre Tierra".
La alianza entre la Agencia de comunicación de los pueblos Colombia Informa y el Grupo de Investigación Kavilando continúa profundizando sobre temas esenciales de Nuestramérica. En esta oportunidad entrevistamos a Moira Millán, defensora de Derechos Humanos y Weichafe mapuche (guerrera mapuche), quien considera que «estamos en condiciones de salir a pelear porque nuestra principal aliada es la Mapu, nuestra Madre Tierra».
Alfonso Insuasty: ¿Quién es Moira Millán?
Moira Millán: Esa pregunta es bastante simple de responder para mí. Soy Weichafe, que significa defensora, también guerrera, porque el Weichán es la lucha, pero el Weichán despierta el espíritu de autodefensa que viene nutrido ancestralmente. Es decir, que yo nací ya con ese espíritu y en el andar ese espíritu se despertó de ver tantas injusticias, tanta vulneración a mi pueblo. Entonces, ese espíritu despertó en mí el deseo de abrazar el resguardo de la vida, y por lo tanto, asumir mi condición de Weichafe.
AI: ¿Cómo fuiste construyendo ese espíritu y ese lugar en el pueblo mapuche?
MM: Yo crecí en la ciudad de Bahía Blanca, en un ambiente de mucha pobreza, de muchas carencias, incluso de hambruna. Soy hija de un obrero ferroviario. Soy melliza con un hermano varón. Éramos seis hermanos y mi mamá; ella fue una mujer que trabajó toda su vida limpiando casas y tenía mucha memoria y mucha conciencia de clase. Siempre nos contaba lo que habían hecho los terratenientes y los latifundistas en nuestro territorio y cómo le habían despojado la tierra. Crecí escuchando los testimonios de mi madre sobre lo que le había pasado a mi pueblo. Pero a los 18 años me encontré con mi pueblo y ahí, a través de la espiritualidad, asumí la identidad y comprendí que la lucha no era solamente una lucha política, sino también por una recuperación espiritual y de autodefensa.
AI: ¿En qué consiste esa disputa por el territorio y esa lucha ancestral en el pueblo mapuche?
MM: Puelmapu, que es una parte de Wallmapu, es todo territorio mapuche; Gulumapu está bajo administración chilena y Puelmapu bajo la administración argentina. Entonces, Puelmapu tiene un territorio vasto, un territorio que está en manos de las transnacionales, donde muchos capitales norteamericanos operan.
Aquí en Puelmapu hay mucha riqueza petrolífera y gas. Toda la Wallmapu conecta los dos océanos, va desde el Pacífico al Atlántico y, además del petróleo y del gas, hay muchas riquezas minerales. Esto ha provocado, por supuesto, la ambición de los tentáculos extractivistas, de las grandes corporaciones que gobiernan en el mundo, por lo que han llegado a Puelmapu.
Hoy estamos en una lucha muy tensa, donde queremos reafirmar el derecho a la vida, no solamente de nuestro pueblo, sino de nuestros territorios. Somos realmente un tapón que impide el avance extractivista de estas grandes corporaciones.
Y hay algo más que preocupa a estos terricidas (expresión para referirse a asesinos de la tierra); les preocupa la alianza estratégica entre la nación mapuche y los pueblos criollos en la defensa de la vida. Hay que recordar que Argentina es plurinacional, más allá de que el Estado no lo reconozca, los territorios son plurinacionales. Hay 36 naciones indígenas que hemos sido invadidas, que tenemos una fuerza de ocupación en nuestros territorios.
Lo que hay en este momento es una evolución en la conciencia del pueblo criollo, que se trata de amalgamar y ensamblar en la lucha por la defensa en los territorios, y un Estado que todavía no termina de entender esa agenda, que está reduciéndose desde la fuerza organizada en los pueblos.
AI: Hay un elemento que mencionas y es clave: el Estado ¿Cuál es el papel que ha jugado el Estado en esta lucha por la defensa del territorio?
MM: La República Argentina es una república colonial. Esto es muy importante definirlo y caracterizarlo de este modo, porque, a diferencia de otros Estados que reconocen la raíz indígena, Argentina es eurocéntrica. Argentina se ha creído siempre la Europa de Indoamérica y esta raíz colonial de supremacía blanca, ha afectado de manera tenaz los derechos de los pueblos indígenas.
Este Estado, esta república colonial, ha favorecido desde siempre los intereses europeos en nuestros territorios. Hay que recordar que la conquista del desierto fue un plan estratégico de eliminación, de genocidio contra nuestros pueblos, y financiado por la corona británica que, hasta el día de hoy, tiene latifundios en la Patagonia.
El pueblo mapuche, sin embargo, ha logrado preservar gran parte de su identidad, gracias al resguardo estratégico que han tenido nuestros ancestros, que nos han transmitido la memoria y el dolor con que hemos podido atravesar un genocidio, con todo lo que eso implica.
Por supuesto que la cultura nuestra, en comparación a Gulumapu, a lo que es Chile, está más debilitada. Chile tuvo, con la llamada pacificación de La Araucanía, una política de mayor integración o más asimilacionista, mientras que Argentina tuvo la Campaña del Desierto, una política de verdadero genocidio.
Entonces, vino el epistemicidio, todo lo que tenía que ver con la cultura fue agredido y sigue siendo agredido de manera constante. Pero hay una renovación generacional; hay un semillero que está floreciendo, que está decidido a luchar por esa identidad.
Ser gente de la tierra mapuche implica un modo de ser y estar en el mundo de manera diferente.
Así que hay dos cosmovisiones confrontando permanentemente; un Estado colonial que busca beneficiar a las corporaciones, al saqueo, al extractivismo, al terricidio y a la muerte y, un pueblo, una nación, como la nación Mapuche, decidido a defender la vida, a preservar la identidad y, sobre todo, a hacer nacer una nueva matriz civilizatoria.
AI: Eso es clave ante una lógica colonial que aún pervive en los territorios de Nuestramérica. Cuéntanos de esas empresas que siguen despojando los territorios.
MM: Tenemos a Panamerican Silver, donde uno de los principales accionistas es Bill Gates, tenemos a Chevron, también está el empresariado de Qatar usurpando el territorio mapuche.
Una lamien (hermana, en mapuche) nuestra, llamada Soledad Cayunao, junto con su familia, está enfrentada con el príncipe de Qatar, nada más y nada menos. El gobierno de Macri le permitió comprar las nacientes del río Leufú, el principal río en Chubut, que atraviesa la provincia. Esas nacientes que, teóricamente, no deberían ser vendidas porque son zona de frontera y de soberanía, fueron vendidas durante el gobierno de Macri, lo que está perjudicando al pueblo mapuche.
Tenemos a Ted Turner también, entre otros grandes latifundistas, usurpando territorio mapuche. Tenemos a Silvester Stallone en territorio mapuche. Incluso hay una lamien, Juana Weche, a la que le decimos la mujer maravilla, porque pasa todo el tiempo luchado contra Rambo.
Si alguna vez hubiera estado aquí Gabriel García Márquez, supongo que se hubiera inspirado para hablar de Macondo. La Patagonia es el Macondo de Sudamérica.
AI: La nación mapuche es una sola, pero ¿Por qué razones está dividida?
MM: Sí, la nación mapuche tiene aproximadamente 14 mil años de historia en estos territorios, lo que es Wallmapu. Somos una sola nación con un solo idioma, con una misma cosmovisión y una sabiduría ancestral.
La nación mapuche no está dividida, sino que está con su territorio usurpado. Así que hay dos fuerzas de ocupación sobre nuestro territorio, el Estado chileno y el Estado argentino y, han hecho de la cordillera de los Andes una frontera, cuando para nosotros la cordillera de los Andes era un puente de unión entre el Pacífico y el Atlántico. Hoy se están fortificando las fronteras entre Puelmapu y Gulumapu para, entre otras cosas, seguir agrediendo el derecho de tránsito del pueblo mapuche.
AI: Hoy tenemos una generación formada, pero también hay una confrontación entre la manera de ver el mundo y de transformarlo ¿Cómo ha sido el encuentro con la academia?
MM: El sistema educativo responde a un modelo colonizador del pensamiento, de los modos y costumbres de los pueblos, es decir, está hecho para conservar la hegemonía de un Estado, de una nación. La nación argentina fue inventada e inoculada sobre los territorios indígenas, por lo que fue homogeneizada desde una mirada supremacista. Entonces, muchos de quienes pensaron ese modelo educativo lo pensaban para aniquilar las culturas ancestrales, preexistentes a este Estado.
Ese modelo educativo, hasta hoy, es un modelo negacionista, un modelo que no habla de la verdadera historia, de la presencia de las naciones indígenas. Un modelo que establece sus análisis desde la geopolítica actual y no desde la cosmografía ancestral a la que pertenecemos los pueblos indígenas; que también contribuye al epistemicidio, porque va aniquilando los idiomas originarios, las lenguas ancestrales.
Por ello, estamos en una lucha permanente por buscar alternativas educativas que puedan fortalecer la identidad de nuestros Pichi Keche, es decir, de nuestra niñez.
Por ejemplo, el movimiento Mujeres Indígenas por el Buen Vivir está elaborando un proyecto de pluriversidad. Decimos que una universidad es un solo universo, mientras que la pluriversidad son muchos universos dialogando entre sí, en una igualdad de condiciones de reciprocidad, de respeto, de amorosidad y recuperación del pensamiento ancestral.
Esta pluriversidad nos va a permitir recuperar saberes que en Argentina están criminalizados. Si una mujer-medicina asiste un parto, se le puede aplicar una penalización por práctica ilegal de la medicina. Pero a su vez, el Estado no tiene dentro de la oferta educativa ningún tipo de certificación de partería ancestral indígena, cuando cada vez hay más personas, no solamente indígenas sino incluso mujeres blancas, que buscan esa forma de traer hijos al mundo, porque los partos indígenas tienen una poesía, una belleza y una amorosidad que, lamentablemente, la oferta sanitaria de los hospitales no tiene.
Entonces la pluriversidad viene a responder a esa necesidad de empezar a dar cobertura y legitimar esos saberes, porque la academia, desde su sitio supremacista, ha decidido cuáles son los saberes o conocimientos válidos, cuáles son esoterismo y cuáles son las culturas subalternas. Nosotros vamos a pelearle de igual a igual a la academia con nuestros saberes y prácticas que son necesarias e imprescindibles en estos tiempos.
AI: Quisiera que profundizáramos en el papel de las mujeres en estas luchas por la defensa de la tierra, el territorio y la vida, y la permanencia de la identidad cultural.
MM: El papel es determinante porque además nos están matando, nos están asesinando de múltiples formas. Estamos, por ejemplo, en una campaña contra el chineo, que es una práctica colonial traída desde España con la corona, que ha subsistido hasta el día de hoy (esta práctica consistía en que los españoles violaban a las niñas en la celebración de su paso a la pubertad). Con esta práctica se violan y asesinan a nuestras niñas, a las niñas indígenas del norte del país.
Entonces no nos queda otra cosa a las hermanas de todos los pueblos que despertar y salir a luchar ,porque también nuestros hombres han sido atravesados por la colonización, porque también nuestros hombres, lamentablemente, se han vuelto absolutamente patriarcales. Entonces nosotros decimos que nuestra lucha es antipatriarcal y anticolonial; es una lucha revolucionaria que nace desde las fuerzas telúricas, desde nuestra tierra hacia el mundo.
Porque para cambiarlo todo es imprescindible el despertar de todas las mujeres del mundo.
La lucha antipatriarcal necesita que todas las mujeres nos comprometamos también con una lucha anticolonial por la preservación de la vida, y no solamente de los territorios sino también de las diversidades.
AI: Háblanos de las luchas que se dan en favor de la libertad, por ejemplo, en el caso de Facundo Jones Hualas.
MM: Hay una complicidad por parte del Estado, pero también hay una impunidad social. Hay un pueblo que es sumamente racista y que está avalando estas conductas de los gobiernos contra todos los Lonkos (jefes del pueblo mapuche), todas las Machis (curanderas mapuches) y todos los Weichafes, que estamos sufriendo la represión en los territorios y la judicialización.
Lo de Facundo Jones Hualas quizás ha cobrado más vidriera pública, porque en cierta medida los medios de comunicación hegemónicos de derecha necesitaban reducir la lucha de un pueblo, de cuatro millones de personas, a un solo personaje. Y ese personaje tal vez tenía características que a ellos les servía, porque no hablan de todas las mujeres, de todos los Lonkos, de todas las Machis, de todos los Weichafes que están dando la pelea en los territorios. Se centran en una figura y creo que eso no es casual, es parte de toda una ingeniería comunicacional, social y política perversa, que los medios de comunicación mercenarios de las transnacionales construyen.
AI: En la acción solidaria ¿Qué haría falta para fortalecer, no sólo la lucha del pueblo mapuche, sino también las luchas por la defensa de la vida en la tierra y el territorio en toda Nuestramérica?
MM: Debemos entender que la preservación, la garantía, la plenitud de la vida de todos los pueblos ancestrales preexistentes a los Estados, se tejen como una urdimbre firme en este telar de la vida, con todos los ecosistemas y los territorios. Es decir, no se puede pensar el Amazonas si no se garantiza la vida de los pueblos amazónicos. Entonces, no podemos seguir abstrayéndonos, creyendo que la lucha ambiental tiene una parcialidad, que sólo son los ecosistemas tangibles. La lucha por la vida en los territorios implica la vida de los pueblos, implica la vida de los ecosistemas y también la vida de la espiritualidad de esos pueblos. Es decir, hay ecosistemas perceptibles.
Creemos que la lucha contra el terricidio es una lucha que puede ser trabajada de manera plurinacional e internacional. Si somos terrícolas ante todas las cosas, esa es la principal y primordial identidad que nos unifica, ser terrícolas, y nos debe doler la muerte, la desaparición y la eliminación de todas las formas de vida.
Y estamos en condiciones de salir a pelear, porque nuestra principal aliada es la Mapu, nuestra Madre Tierra.
Notas: