Por Eric Toussaint
Alemania se benefició de la cancelación de la mayor parte de su deuda a partir del 27 de febrero de 1953 (…) ningún otro país ha recibido un trato tan favorable. Una comparación entre el trato dado a la Alemania Occidental de la posguerra y el impuesto a los Países en Desarrollo (PED) es revelador.
A partir del 27 de febrero de 1953, Alemania se benefició de una anulación de la mayor parte de su deuda. Desde esta anulación, que ha permitido a la economía de este país recuperar su posición como principal potencia económica del continente europeo, ningún otro país se ha beneficiado de un trato tan favorable. Es muy importante saber el por qué y el cómo de esta anulación de deuda. Resumido de manera muy concisa: las principales potencias acreedoras de Alemania Occidental querían que la economía de esta última realmente se reactivara y constituyera un elemento estable y central en la lucha entre el bloque Atlántico y el bloque del Este.
Alemania se benefició de la cancelación de la mayor parte de su deuda a partir del 27 de febrero de 1953 (…) ningún otro país ha recibido un trato tan favorable
Una comparación entre el trato dado a la Alemania Occidental de la posguerra y el impuesto a los Países en Desarrollo (PED) es revelador de la política de doble rasero practicada, sistemáticamente, por las grandes potencias.
Recordemos que la Alemania nazi había suspendido el pago de su deuda externa a partir de 1933, y que nunca más retomó esos pagos. Sin embargo, eso no le impidió al régimen hitleriano a recibir apoyo financiero y hacer negocios con las grandes empresas estadounidenses: como Ford que financió el lanzamiento del Volkwagen (el automóvil del pueblo imaginado por Hitler), General Motors que poseía la firma Opel, General Electric asociada a AEG e IBM, a la que se acusó de haber “provisto la tecnología” que ayudó “a la persecución, sufrimiento y genocidio”, antes y durante la Segunda Guerra Mundial. [1]
Las sumas de las anulaciones de deudas citadas más arriba no tuvieron en cuenta las deudas ligadas a la política de agresión y de destrucción llevada a cabo por la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, ni las reparaciones que los países víctimas de esta agresión tenían el derecho de reclamar. Esas deudas de guerra fueron apartadas, y eso constituyó un enorme regalo para Alemania del Oeste.
Una comparación entre el tratamiento de la Alemania Occidental de la posguerra y el de los países en desarrollo revela el doble rasero aplicado sistemáticamente por las grandes potencias
Para garantizar un buen relanzamiento de la economía de Alemania occidental y hacer que ese país constituyera un elemento estable y central en el bloque atlántico frente al bloque del Este, los Aliados acreedores hicieron concesiones muy importantes a las autoridades y a las empresas alemanas endeudadas, que fueron mucho más allá que una reducción de la deuda. A pesar de que tuvieron un rol de primer plano en el apoyo al régimen nazi y que fueran culpables del genocidio de los pueblos judío y gitano, las grandes empresas industriales alemanas como AEG, Siemens, IG Farben (AGFA, BASF, Bayer y Hoechst), Krupp, Volkswagen, BMW, Opel, Mercedes Benz, y también sociedades financieras de primer orden como el Deutsche Bank, Commerzbank, la sociedad de seguros Allianz fueron protegidas y reforzadas. El poder del gran capital alemán salió intacto de la Segunda Guerra Mundial gracias al apoyo de los gobiernos de las grandes potencias occidentales.
El reembolso de la deuda por Alemania occidental y su rápida reconstrucción después de la Segunda Guerra Mundial fueron posibles gracias a la voluntad política de sus acreedores, es decir, Estados Unidos y sus principales aliados occidentales, (Reino Unido y Francia). En octubre de 1950, estos tres aliados formularon un proyecto en el cual el gobierno federal alemán reconocía la existencia de deudas de los períodos anterior y posterior a la guerra. Y agregaban una declaración que estipulaba que «los tres países están de acuerdo en que el plan preveía una liquidación adecuada de las exigencias con Alemania, cuyo efecto final no debía desequilibrar la situación financiera de la economía alemana por medio de repercusiones indeseables, ni afectar excesivamente las reservas potenciales de divisas. Los tres países estaban convencidos de que el gobierno federal alemán compartía su posición y que la restauración de la solvencia alemana iría acompañada de un reembolso adecuado de la deuda alemana que asegurara a todos los participantes una negociación justa que tuviera en cuenta los problemas económicos de Alemania». [2]
El pago de la deuda de Alemania Occidental y la rápida reconstrucción después de la Segunda Guerra Mundial fueron posibles gracias a la voluntad política de sus acreedores.
La deuda reclamada a Alemania correspondiente al período anterior a la guerra se elevaba a 22.600 millones de marcos incluidos los intereses. La deuda de la posguerra se estimaba en 16.200 millones. Por un acuerdo alcanzado en Londres el 27 de febrero de 1953, [3] estos montos se redujeron a 7.500 millones y 7.000 millones de marcos, respectivamente. [4] Lo que representa una reducción del 62,6 %.
El acuerdo establecía la posibilidad de suspender los pagos y renegociar las condiciones de éstos, si se presentaba un cambio substancial que limitara la disponibilidad de recursos. [5]
Para garantizar que la economía de Alemania occidental realmente se relanzara y constituyera un elemento estable y central en el bloque atlántico frente al bloque del Este, los aliados acreedores hicieron grandes concesiones a las autoridades y empresas alemanas, que fueron mucho más allá de una simple reducción de la deuda. Se partía del principio de que Alemania debía estar en condiciones de reembolsar la totalidad de lo adeudado, manteniendo un alto nivel de crecimiento y una mejora de las condiciones de vida de la población. El objetivo era pagar sin empobrecimiento. Para ello, los acreedores acordaron: primero, aceptar que Alemania reembolsara la deuda en moneda nacional, el marco; segundo, admitir que Alemania redujera sus importaciones, que pudiera producir ella misma los bienes que, hasta ese momento, compraba en el exterior; [6] tercero, autorizar a que vendiera sus productos al exterior y a tener una balanza comercial positiva. Estos diferentes elementos estaban consignados en la declaración antes mencionada. [7]
Para conseguir que la economía de Alemania Occidental se reactive realmente y que constituya un elemento estable y central del bloque Atlántico de cara al bloque Oriental, los aliados acreedores están haciendo concesiones muy importantes a las autoridades y empresas alemanas endeudadas que van mucho más allá de la reducción de la deuda.
Otro elemento muy importante: el servicio de la deuda se fijaba en función de la capacidad de pago de la economía alemana, teniendo en cuenta los adelantos en la reconstrucción del país y los ingresos por exportación. Así, la relación entre servicio de la deuda e ingresos por exportación no debía superar el 5 %. Esto quiere decir que Alemania occidental no debía dedicar más de una vigésima parte de sus ingresos por exportación al pago de su deuda.
Otra medida excepcional: se aplicó una reducción drástica de la tasa de interés, que osciló entre 0 % y 5 %.
Finalmente, hay que tener en cuenta las donaciones en dólares de Estados Unidos a Alemania occidental: 1.173, 7 millones de dólares en el marco del Plan Marshall, entre el 3 de abril de 1948 y el 30 de junio de 1952 (véase la tabla en la sección sobre el Plan Marshall) a los que hay que sumar por lo menos 200 millones de dólares entre 1954 y 1961, principalmente a través de la Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos (USAID).
Gracias a esas condiciones excepcionales, Alemania terminó de pagar su deuda en 1960. Un tiempo récord. Ella misma se permitió el lujo de anticipar los pagos.
Gracias a estas condiciones excepcionales, Alemania terminó de pagar su deuda en 1960. Un tiempo récord. Incluso se ofreció el lujo de anticipar reembolsos
Algunos elementos de comparación
El resultado de una primera comparación entre la Alemania occidental de la posguerra y los PED de ahora es esclarecedor. Alemania, aunque devastada por la guerra, era económicamente más fuerte que la mayoría de los PED actuales. Pero en 1953 le concedieron lo que se niega a los PED.
La cuota de los ingresos por exportación dedicados al reembolso de la deuda
Alemania fue autorizada a no dedicar al pago de la deuda más del 5 % de sus ingresos por exportación. En la práctica, Alemania nunca dedicó más del 4,2 % de sus ingresos por exportación al pago de la deuda (esa suma se alcanzó en 1959).
De todas maneras, en la medida en que una parte de las deudas alemanas eran pagadas en deutsche marks, el Banco Central alemán podía emitir moneda, en otras palabras: monetizar la deuda.
En 2019, según los datos suministrados por el Banco Mundial, los países en desarrollo tuvieron que dedicar al pago de la deuda externa total una media de 15,4% de sus ingresos de exportación (el 14,1% para los países del África subsahariana; el 26,84% para los países de América Latina y el Caribe; 11,02% para los países de Asia del Este y del Pacífico, 22,3% para los países de Europa y de Asia Central, 13,27% para los países de África del Norte y de Oriente Próximo, 11,16% para los países de Asia del Sud)
Algunos ejemplos de países, PED y de economías periféricas: en 2019, esa cifra alcanzaba el 26,79% para Angola, 53,13% para Brasil, 11,01% para Bosnia, 12,85% para Bulgaria, 32,32 % para Colombia, 12,35% para Costa de Marfil, 28,94% para Etiopía, 26,06% para Guatemala, 39,42% para Indonesia, 88,21% para Líbano, 12,33% para México, 19,95% para Nicaragua, 35,35% para Pakistán, 11,45% para Perú, 27,19% para serbia, 15,74% para Túnez, 34,29% para Turquía.
A Alemania se le permitió gastar no más del 5% de sus ingresos de exportación en el pago de la deuda. En 2019, los países en desarrollo tuvieron que dedicarle un promedio del 15,41% de sus ingresos por exportaciones.
Tipo de interés aplicado a la deuda externa
En el caso del acuerdo de 1953 concerniente a Alemania, el tipo de interés oscilaba entre el 0 y el 5%.
Por el contrario, en el caso de los PED, el tipo de interés era mucho más alto. Una gran mayoría de los contratos preveía tipos variables, al alza.
Entre 1980 y 2000, para el conjunto de los PED, el tipo de interés medio osciló entre 4,8 % y 9,1 % (entre 5,7 % y 11,4 % en el caso de Latinoamérica y el Caribe, llegando a oscilar en el caso de Brasil entre el 6,6 % y el 11,9 % entre 1980 y 2004).
Moneda en la que se reembolsó la deuda externa
Alemania fue autorizada a reembolsar en moneda nacional.
Ningún país del Tercer Mundo estuvo autorizado a hacer lo mismo, salvo excepción y por sumas irrisorias. Todos los grandes países endeudados deben efectuar la totalidad de sus reembolsos en divisas fuertes (dólares, euros, yenes, francos suizos, libras esterlinas).
Cláusula de revisión del contrato
En el caso de Alemania, el acuerdo establecía la posibilidad de suspender los pagos y renegociar las condiciones si se presentaba un cambio substancial que limitara la disponibilidad de recursos.
En el caso de los contratos de préstamos con los PED, los acreedores consiguen que no haya cláusulas de este tipo, aunque una reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea confirmó que un Estado puede modificar sus obligaciones en materia de deudas en razón a circunstancias excepcionales. [8]
Jurisdicción competente en caso de litigio
En materia de pagos de la deuda externa, los tribunales alemanes pudieron rechazar la ejecución de sentencias de tribunales extranjeros o de los tribunales arbitrales en el caso en que su aplicación amenazara el orden público.
En materia de pago de la deuda externa, los tribunales alemanes han podido negarse a ejecutar laudos de tribunales extranjeros o tribunales arbitrales cuando su aplicación amenazaba el orden público. Los acreedores niegan esta disposición a los PED
Política de sustitución de importaciones
En el acuerdo sobre la deuda alemana, se había previsto explícitamente que el país podía producir localmente lo que hasta entonces importaba. Por el contrario, el Banco Mundial y el FMI imponen a los PED la renuncia a producir en el país lo que podrían importar.
Donaciones en divisas (en efectivo)
Alemania, aunque responsable en gran parte de la Segunda Guerra Mundial, fue gratificada con donaciones importantes en divisas, en el marco del Plan Marshall, y más allá
Los PED, en conjunto, a los cuales los países ricos prometieron asistencia y cooperación, reciben una limosna en forma de donaciones en divisas. Mientras que, colectivamente, desembolsan unos 300.000 millones de dólares por año, reciben en efectivo unos 30.000 millones de dólares. Los países más grandes del Tercer Mundo endeudados no reciben, estrictamente, ninguna ayuda en forma de donaciones en divisas.
Indudablemente, la negativa a conceder a los PED endeudados el mismo tipo de concesiones que se le hicieron a Alemania indica que, en realidad, los acreedores no quieren que estos países se desendeuden. Los acreedores consideran que les interesa mantenerlos en el endeudamiento permanente, para obtener de ese modo un beneficio máximo bajo la forma del pago de la deuda, y para imponerles unas políticas acordes a sus intereses de acreedores y asegurarse su lealtad en el seno de las instituciones internacionales.
Lo que los estadounidenses realizaron con los países más industrializados destruidos por la guerra, mediante el Plan Marshall, también se concedió ayuda, de manera similar, a ciertos PED aliados de Estados Unidos, que ocupaban un lugar estratégico en la vecindad de la Unión Soviética y de China. Estados Unidos otorgó en forma de donaciones unas sumas netamente superiores a los préstamos concedidos por el Banco Mundial a esos PED. Es el caso, en particular de Corea del Sur y de Taiwán, que desde los años 50 recibieron una ayuda que sería determinante y que es uno de los ingredientes de sus éxitos.
Entre 1954 y 1961, Corea del Sur recibió en forma de donaciones de Estados Unidos una cantidad superior a todos los préstamos concedidos por el Banco a los países independientes del Tercer Mundo.
Para dar una idea: entre 1954 y 1961, Corea del Sur recibió como donación de Estados Unidos una suma superior a todos los préstamos juntos otorgados por el Banco Mundial a los países independientes del Tercer Mundo (incluidos la India, Pakistán, México, Brasil y Nigeria). Corea del Sur recibió como donaciones de Estados Unidos más de 2.500 millones de dólares entre 1953 y 1961, mientras que los préstamos del Banco al conjunto de los PED independientes durante el mismo período sumaban 2.323 millones de dólares. Las donaciones a Taiwán se elevaron a cerca de 800 millones de dólares en dicho período. [9] Debido a que estaba en un lugar estratégico frente a China y la URSS, la pequeña Corea del Sur, agrícola, con una población de menos de 20 millones de habitantes, recibió los favores de Estados Unidos. En el plano de las políticas económicas, el Banco Mundial y Estados Unidos toleraron a Corea del Sur y a Taiwán lo que no le admitieron a Brasil, o a México.
Conclusión:
No nos hagamos ilusiones, las razones que llevaron a las potencias occidentales a tratar Alemania del Oeste como lo hicieron en la posguerra están fuera de lugar en el caso de otros países endeudados.
Para mantener su poder de dominación con respecto a los países endeudados, o al menos la capacidad de imponer políticas conformes a los intereses de los acreedores, las grandes potencias y las instituciones financieras internacionales no están en absoluto dispuestas a anular las deudas y permitir un verdadero desarrollo económico.
Para obtener una verdadera solución al drama de la deuda y de la austeridad, serán todavía necesarias unas potentes movilizaciones sociales en los países endeudados para que los gobiernos tengan el coraje de afrontar a los acreedores imponiendo anulaciones unilaterales de sus deudas. La realización de un proceso ciudadano de auditoría de la deuda tendrá un papel positivo y decisivo en esa batalla.
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Notas
[1] https://www.liberation.fr/evenement/2001/02/13/ibm-fournisseur-trop-zele-du-iiie-reich_354464 ; https://www.theguardian.com/world/2002/mar/29/humanities.highereducation
[2] “Deutsche Auslandsschulden”, 1951, pp. 7 y sig., in Philipp Hersel, El acuerdo de Londres de 1953 (III), http://www.lainsignia.org/2003/enero/econ_005.htm. (Consultado el 22 de noviembre de 2020)
[3] Texto original del Acuerdo sobre las deudas externas alemanas concluido en Londres el 27 de febrero de 1953: https://www.admin.ch/opc/fr/classified-compilation/19530026/195312310000/0.946.291.364.pdf. Firmaron el acuerdo el 27 de febrero de 1953 : República Federal de Alemania, Estados Unidos de América, Bélgica, Canadá, Ceilán, Dinamarca, España, Francia, Reino Unidos de Gran Bretaña e Irlanda du Norte, Grecia, Irlanda, Liechtenstein, Luxemburgo, Noruega, Pakistán, Suecia, Suiza, Unión Sudafricana y Yugoslavia.
[4] 1 USD valía en esa época 4,2 DM. La deuda de Alemania occidental después de su reducción (o sea, 14.500 millones de DM) equivalía a 3.450 millones de USD.
[5] Los acreedores se negaron siempre a incluir cláusulas de este tipo en los contratos con países en desarrollo
[6] Permitiendo que Alemania sustituyera importaciones por bienes de producción propia, los acreedores aceptaban reducir sus exportaciones hacia este país. En el período 1950-1951, el 41 % de las importaciones alemanas provenían del Reino Unido, de Francia y de Estados Unidos. Si se suma a esta cifra la parte de las importaciones provenientes de otros países acreedores, participantes de la conferencia (Bélgica, Países Bajos, Suecia y Suiza), la suma total llegaba hasta el 66 %.Cálculos del autor. Fuente: 1) informes anuales del Banco 1954-1961; 2) US Overseas Loans and Grants (Greenbook) http://qesdb.cdie.org/gbk/index.html
[7] .“La capacidad de pago de Alemania, de sus deudores privados y públicos, no significa sólo la capacidad de efectuar los pagos regularmente en marcos alemanes sin consecuencias inflacionistas, sino también que la economía del país puede cubrir sus deudas teniendo en cuenta su balanza de pagos actual. El establecimiento de la capacidad de pago de Alemania requiere hacer frente a ciertos problemas que son: 1. la futura capacidad productiva con una consideración particular de la capacidad productiva de bienes exportables y la capacidad de sustitución de importaciones; 2. la posibilidad de vender mercaderías alemanas en el exterior; 3. las condiciones de comercio futuras probables; 4. las medidas fiscales y económicas internas necesarias para asegurar un superávit para exportar”. «Deutsche Auslandsschulden», 1951, pp. 64 y sig., in Philipp Hersel,El acuerdo de Londres de 1953 (IV), 8 de enero de 2003, http://www.lainsignia.org/2003/enero/econ_010.htm (consultado el 22 de noviembre de 2020).
[8] Referencia de la sentencia del 23 de mayo de 2019, CURIA - Documentos (europa.eu), Éric Toussaint, “Una sentencia del TJUE afirma que un Estado tiene el derecho de imponer pérdidas a sus acreedores”, publicado el 13 de enero de 2021, http://www.cadtm.org/Una-sentencia-del-TJUE-afirma-que-un-Estado.
[9] Cálculo del autor, fuente: 1) Informes anuales del Banco Mundial 1954-1961, 2) US Overseas Loans and Grants (Greenbook) http://qesdb.cdie.org/gbk/index.html