El Coordinador Nacional Agrario (CNA) Nariño está llevando a cabo un plan de acción con el objetivo de informar, aclarar y responder a inquietudes que presenten las comunidades de algunos municipios del departamento de Nariño como San Lorenzo, Colón, Arboleda, Guachavés y Samaniego con respecto al desarrollo de proyectos de gran minería. El plan de acción del CNA incluye una gira de apoyo de la Federación Agrominera del Sur de Bolívar (Fedeagromisbol) y el desarrollo de foros mineros zonales en las regiones mencionadas anteriormente, previos al foro minero que tendrá lugar en San Juan de Pasto los días 18, 19 y 20 de julio de 2011. |
Territorio Y Despojo
Plantón en Medellín en apoyo de las víctimas de la tortura
El miércoles 29 de junio de 2011 diferentes organizaciones de derechos humanos realizaron un plantón sobre las 10 de la mañana en las afueras del Palacio de Justicia de la ciudad de Medellín con motivo del Día Internacional de las Naciones Unidas en Apoyo de las Víctimas de la Tortura.
La “Operación Jaque” que liberó a Ingrid Betancourt y a tres mercenarios estadounidenses fue un vulgar soborno
Así se desprende del documental que será estrenado esta semana en el Ecuador, en el audiovisual se afirma que Colombia negoció la liberación de Íngrid Betancourt, “por la cual dos guerrilleros de las Farc pidieron 100 millones de dólares”, según lo ha manifestado Gonzalo Guillén, realizador del documental.
¿Y los indignados de Colombia?
Álvaro González Uribe
Abogado, columnista y escritor - Miembro Centro de Investigaciones en Gobierno y Públicas, Universidad del Magdalena, Santa Marta - http://eltallerdeaureliano.blogspot.com
“indignación. 1 f. Enojo, ira, enfado vehemente contra una persona o contra sus actos” (Diccionario de la lengua española). Muchos pensaron que el movimiento de “Los indignados” o 15-M nacido formalmente el pasado 15 de mayo en España se iría diluyendo. Sin embargo, pese a ciertos amagos de dispersión el movimiento ha recobrado fuerza. Ya sin el supuesto señuelo de unas elecciones inminentes, los indignados de España se fortalecen y crecen, pues cada vez se destapan más ciudadanos auto reprimidos o inducidos en un letargo mental colectivo de varios años que ahora sale a la luz pública.
Incluso, crece la cantidad de países donde este fenómeno se replica, ya sea con características similares a las de España o con otras propias de cada pueblo, pero siempre con la misma esencia: la indignación por la persistencia de un estado de cosas que poco a poco ha ido asfixiando los espíritus, succionándole al ciudadano su humanismo y la razón de su existencia.
En el fondo subyace esa especie de angustia existencial individual y colectiva, cuya desesperanza nace de un statu quo atornillado en beneficio de quienes se tomaron al mundo con simple ánimo de lucro, carentes de alma y por tanto de ideologías o creencias para llenarlas. Por eso los indignados no tienen banderas partidistas ni religiosas y solo flamean la bandera del humanismo, exigen poder ser nuevamente humanos, tratados como tales y tener un mundo viable.
En Colombia estamos empantanados desde hace más de 200 años cuando ni siquiera éramos Colombia. Hoy se percibe un cansancio de gobiernos si se quiere más absurdos que ineficientes o corruptos, donde ya ni vale la pena señalar a alguno en específico. Es una hartera general con una dirigencia histórica que gobierna en círculos como el tiempo de Macondo, donde unos nutren su favor popular de los errores de sus antecesores y éstos de aquellos sucesiva y al parecer infinitamente si no rompemos esa inercia.
En Colombia son 200 años de indignación pero con una diferencia respecto a otros países: sin indignados que se manifiesten de una manera inteligente y efectiva; sin indignados que no busquen simplemente reemplazar a los indignantes de turno para hacer lo mismo que éstos; sin indignados que no tengan ambiciones de poder por poder o cobrar vindictas personales. Por eso no pueden ser indignados la guerrilla, ni la oposición del momento, ni quienes buscan refundar la patria o vengarse.
El actual momento nacional puede ser histórico si los colombianos queremos. Hoy las cosas están puestas en bandeja para iniciar un gran movimiento de naturaleza y objetivos muy diferentes a los surgidos antes, involucrado en la dinámica del efecto dominó español, árabe y de otros países. Ya están los ingredientes maduros: la avalancha arrasadora de perversidades que se están destapando, sumados al hastío por una histórica violencia de todo tipo y color, por una delincuencia vestida de narcotráfico hoy, de contrabando antes y de cuello blanco siempre, por los atropellos oficiales y privados, por la injusticia, la pobreza y las desatenciones del Estado.
En Colombia estamos indignados, tenemos mayores motivos para estarlo que los españoles. No nos leemos en los partidos, ni en los grupos guerrilleros, ni en la inacción de las religiones, ni de los abstencionistas, ni apáticos porque además la indignación es también contra ellos, contra sus métodos y su inoperancia.
Tenemos “enojo, ira, enfado vehemente” contra tanta inmundicia junta y sin vergüenza, parapetada cobardemente en las brumas de las selvas y montañas de Colombia, y tras los escritorios en guaridas públicas y privadas.
Articulito: Santa Marta y el departamento del Magdalena son los territorios de Colombia que más indignación causan. En la más inmensa desfachatez y con la mayor sinvergüencería aquí la parapolítica y el narcotráfico elegirán de nuevo sus fichas en las próximas elecciones, a no ser que se actúe ya en todos los niveles. Este pueblo y las pocas instituciones que aún quedan indemnes y limpias claman con urgencia una solidaridad nacional activa que rompa más de 200 años del peor feudalismo posible.
Quinta amenaza en quince días contra el MOVICE y el Capítulo Sucre
viernes, 24 de junio de 2011
El Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado expresa su profundo rechazo frente a las reiteradas amenazas proferidas contra varios integrantes del MOVICE. Con ésta son cinco las amenazas que el MOVICE, y en particular su Capítulo Sucre, ha recibido desde el 9 de junio. La agudización de la sistemática y generalizada persecución contra el Capítulo Sucre del MOVICE constituye un claro intento de silenciar las voces de las víctimas en este departamento.
¡"Gurisatti, paramilitar con micrófono!..
Así gritaba el grafiti que los estudiantes de la Universidad Nacional de Bogotá, habían escrito en la pared al lado de la Avenida 26.
Los presos políticos en Colombia: “tragedia oculta”
Más de 7 mil presos políticos abarrotan las cárceles de Colombia. Los mismos viven, en muchos casos, en situaciones dramáticas. Así lo denuncia el abogado colombiano Ramiro Orjuela durante su estadía en Suiza, como parte de una gira continental.
Profesor universitario y defensor de detenidos políticos, Orjuela coordina la defensa, entre otros, del periodista sueco-colombiano Joaquín Pérez Becerra, cuya detención y rápida extradición de Caracas a Bogotá en la última semana de abril del año en curso, fue ampliamente mediatizada.
“La situación de los detenidos por causas políticas o de conciencia es una tragedia oculta por los grandes medios de comunicación en mi país”, subraya Orjuela en diálogo con swissinfo.ch durante una reciente escala en Berna.
En la segunda quincena de junio el abogado colombiano visitó Suecia, Alemania, Bélgica, Suiza y España. Encontrando a personalidades políticas, la comunidad de colombianos expatriados, parlamentarios europeos en Bruselas así como funcionarios de organismos internacionales y de reconocidas entidades como el Consejo Mundial de Iglesias, en Ginebra.
“Caso único en Latinoamérica”
La cantidad de presos políticos y sus condiciones de detención “describen una de las peores situaciones en América Latina e incluso en el mundo entero”, enfatiza el defensor de derechos humanos.
Muchos de ellos son campesinos, obreros, estudiantes, sindicalistas, líderes sociales o asociativos. Sin embargo, el Estado, para penalizarlos, “los acusa de guerrilleros. En mi país cualquier voz opositora es criminalizada, en particular si pertenece a los movimientos sociales”, enfatiza.
Las condiciones de detención en muchos de los centros penitenciarios, según Orjuela, aumentan el drama de los “miles de jóvenes, mujeres, hombres y ancianos que las deben soportar”.
Y la lista de vejaciones, según el abogado, es larga. Todo comienza ya con las trabas y mecanismos complejos para complicar los procesos jurídicos. “En
Colombia es cotidiano, por ejemplo, el recurso a pagar a testigos falsos o usar pruebas falsas. Como en el caso emblemático de David Ravelo, dirigente social de derechos humanos del Magdalena Medio, acusado una primera vez como guerrillero de las FARC. Liberado 27 meses más tarde fue nuevamente detenido, esta vez, usando como pretexto testimonios de ex –paramilitares”.
Continuando con su reflexión, Orjuela ejemplifica otras de las condiciones abusivas que le dan un tinte dramático a las cárceles”: régimen cotidiano inhumano; desplazamiento de los detenidos a miles de kilómetros de su lugar originario de residencia; imposibilidad real de poder tener visitas con sus familiares debido a la distancia y a la precariedad económica de muchas de las familias de los detenidos...
La siniestra Valledupar
“Es el caso, por ejemplo, de la Cárcel de Valledupar, en el Departamento de César, donde se han reunido a varios centenares de presos originarios de regiones muy alejadas, de hasta mil kilómetros o más, lo que hace casi imposible ejercer realmente el derecho a la visita”, explica.
La situación que viven los detenidos de ese centro penitenciario fue denunciada recientemente por prestigiosos organismos internacionales.
La Organización Mundial contra la Tortura (OMCT) con su sede internacional en Ginebra, hizo pública una carta enviada en mayo pasado al presidente de la Nación Juan Manuel Santos, señalando la “seria preocupación por las deplorables condiciones de detención y la integridad personal de los prisioneros” de Valledupar.
En la misiva-documento, la OMCT demandó la intervención del ejecutivo para que tome inmediatas medidas para “garantizar la seguridad, integridad física y psicológica” de los detenidos... y para que se superen “las actuales condiciones de detención, que se pueden catalogar como inhumanas y constituyentes de tratos crueles y degradantes”.
El caso Pérez Becerra
El periodista sueco de origen colombiano Joaquín Pérez Becerra dirige desde fines de los años noventa la agencia alternativa ANNCOL (Agencia de Noticias Nueva Colombia), con sede en Suecia. ANNCOL es acusada por las autoridades del país sudamericano de ser parte del frente internacional de la guerrilla, lo que el medio de información ha reiteradamente negado.
El pasado 23 de abril al aterrizar en Caracas proveniente de Estocolmo, Pérez Becerra fue detenido en el mismo aeropuerto, incomunicado y extraditado en menos de 48 horas hacia Bogotá, donde permanece detenido.
“Desgraciadamente su situación legal se ha ido empantanando dada la intromisión del Poder Ejecutivo en la rama judicial, especialmente en la
Fiscalía. El Gobierno ha dicho que Pérez Becerra es comandante de las FARC”, explica Ramiro Orjuela.
A la base de la acusación, sostiene, los supuestos datos encontrados en la computadora del dirigente guerrillero Raúl Reyes. “Sin embargo en otros procesos jurídicos la Corte Suprema de Justicia de Colombia ha desestimado el valor de esas pruebas”, considerándolas ilegales por la forma como fueron obtenidas, sentencia el abogado defensor.
“Jurídicamente el encarcelamiento de mi defendido es débil...Pero en Colombia puede pasar cualquier cosa. Pueden pagar testigos para crear nuevas acusaciones. Pueden sacar otras pruebas no sabemos de dónde. Estoy convencido que la Fiscalía va a hace maniobras para impedir que se haga realmente justicia y se decrete la libertad del periodista sueco”, enfatiza.
Una situación compleja, “dado que no hay bases jurídicas para la detención y se trata de un caso eminentemente político. Resultado de una actuación ilegal de las autoridades venezolanas que violando las leyes de ese país y convenciones internacionales extraditaron a Pérez Becerra a Colombia”, concluye Orjuela.
La siniestra Valledupar
Desde hace algunos meses organizaciones de derechos humanos de diferentes países impulsan la demanda del cierre de la Cárcel de Valledupar.
En mayo pasado, la Organización Mundial contra la Tortura en carta al presidente colombiano Juan Manuel Santos, enumeraba algunos aspectos preocupantes que se padecían en ese momento en la cárcel.
“...desde hace cerca de 15 días, hay una falta total de agua potable en la prisión, ubicada en una región de clima cálido con temperaturas máximas superiores a los 35 grados”
“... cerca de 60 presos amarrados a diferentes torres del centro carcelario, las cuales miden alrededor de 15 metros de altura”
“...la restricción del agua potable habría sido utilizada como castigo contra los detenidos”
“... cerca de 60 detenidos sufrirían enfermedades gastrointestinales... a causa de las deplorables condiciones sanitarias”
“...violentas golpizas con garrotes, puñetazos y patadas...además de agresiones con gases lacrimógenos lanzados contra las celdas” de algunos de los detenidos, durante horas de sueño.
Edición N° 00260 – Semana del 24 al 30 de Junio de 2011