Por: Colectivo Lazos de Libertad
El municipio de Bello se encuentra controlado por diversos grupos armados ilegales;
sucumbiendo así al retroceso y a la criminalidad. Grupos como: los del cóngolo, los chatas (aliados con los urabeños) los pachelly, los de camacol, los Triana, los del mesa son sólo algunos combos delincuenciales encargados de la distribución de drogas ilícitas, la extorsión y el control armado ilegal en el territorio Bellanita.
La principal fuente de financiamiento de estos combos delincuenciales es el expendio de drogas ilícitas; entre más territorio posea un grupo, mayor será la posibilidad de instaurar ollas de vicio. Lógica que ha causado una lucha territorial armada por parte de los diferentes grupos ilegales.
Sin embargo el expendio de drogas no es el único mecanismo de financiamiento de estos grupos ilegales. Por medio de amenazas, intimidaciones y desplazamientos forzados extorsionan a tenderos, a constructores, a negocios independientes, a casas, a locales comerciales y trabajadores informales.
Basta con mirar el caso del nuevo Jerusalén “donde los habitantes deben pagar mensualmente por los servicios públicos -20 mil pesos por la luz y 6 mil por el agua, lo cual significa más de 1.560 millones de pesos anuales teniendo en cuenta que el asentamiento supera las 5 mil viviendas.” [1]
Quienes se niegan a pagar dicha vacuna por lo general son golpeados, amenazados obligados a irse del barrio, y en algunos casos asesinados; y en vista de esta situación la población civil prefiere callar naturalizando la criminalidad. Las autoridades estatales no toman medidas efectivas para combatir estas problemáticas, profundizándose cada vez más dicho fenómeno a causa de la ausencia del Estado.
Aun así a los combos delincuenciales pareciera que no les bastara con el negocio de las drogas y la extorción. Estos grupos armados bellanitas ejercen un control económico en casi todo bello. Establecen qué productos se puedan vender en un determinado territorio y sobre todo, a quién deben cómprale esos productos.
Otro fenómeno similar y otra fuente de financiamiento, es lo que se ha denominado por diferentes medios de comunicación como la “mafia del ladrillo”[2]; son estos combos delincuenciales los que venden el terreno, los materiales y además se encargan del negocio de desecho de los escombros. Para construir en un determinado territorio obligan a las constructoras a cumplir las reglas que los combos les dicten pagando grandes sumas de dinero fruto de extorsiones.
Además de esto dichos combos participan también en la esfera política configurando un escenario que agudiza las situaciones de violencia que se viven en el municipio:
“Varios de estos grupos armados, además del control territorial, el microtráfico y la extorsión, han tenido fuerte relevancia en el ámbito político, prueba de ello son las investigaciones que tienen dos figuras políticas del municipio, Oscar Suarez Mira ( ya condenado) y Mauricio Parodi, quienes han sido acusados de tener nexos con Diego Fernando Murillo - Alias Don Berna, Freddy Rendón Herrera - Alias el Alemán, Juan Carlos Sierra - Alias el Tuso y bandas criminales de los barrios Pachelly, Mesa y Prado; los cuales según las investigaciones habrían obtenido sus curules producto del apoyo recibido por los grupos paramilitares, dando fe de la posible vinculación entre organizaciones armadas y la clase dirigente del municipio
En este mismo sentido, figuras políticas del municipio, señalan que los grupos armados tuvieron una fuerte vinculación con la administración de Olga Suarez Mira, hermana del condenado por parapolítica Oscar Suarez, donde por medio de una mesa de Paz creada para el periodo 2004-2007 los diferentes grupos armados se dividieron el territorio del municipio, con el ánimo de no tener enfrentamientos Entre ellos.”[3]
Es en este contexto en el que tienen que desenvolverse día a día los jóvenes del municipio; donde además de carecer de una política pública de juventud que trate a fondo las problemáticas propias de este sector poblacional y de espacios públicos que permitan dinámicas distintas a las de la violencia. Deben sortear los estigmas y hostigamientos por parte de esos actores armados ya mencionados.
Y es también en este marco que procesos sociales como la red de artistas y activistas populares de bello, el colectivo lazos de libertad, comités barriales, entre otros, adelantan un ejercicio por la defensa del territorio, por la posibilidad de habitar con libertad los espacios públicos, y de denuncia del control paramilitar y el cogobierno de los actores armados. Proceso por el cual han sido víctimas de constantes formas de agresión, de la que no sólo son víctimas los líderes de estos procesos; sino que se ha configurado una agresión de carácter sistemático contra los jóvenes artistas del municipio:
“Desde el año 2012 realizan campamentos artísticos de denuncia y resistencia, en donde los artistas organizados comunican a la ciudadanía las arbitrariedades tanto de la administración municipal como de los grupos delincuenciales, así mismo vienen liderando procesos de movilización social orientados a detener grandes proyectos urbanísticos, políticas antipopulares y negocios ilegales entre políticos, empresarios y delincuentes.
“Es por ello que los artistas se han convertido en personajes molestos para políticos, empresarios de la construcción y grupos paramilitares, estos entienden el procesos de la red de artistas de Bello, como una totalidad orgánica, por lo que orientan sus fuerzas hacia la eliminación de todos los“mechudos”, hippies”,“punkeros”,“roqueros”, malabaristas y artistas en general, de cualquier espacialidad pública de la ciudad, esto debido a que les llena de miedo saber que estos jóvenes ponen en vilo sus proyectos de ciudad.
He allí la razón de las agresiones contra los artistas en Bello, he allí la razón de la omisión-nada casual-- del estado a pesar de las múltiples denuncias que se han realizado, es evidente que la expulsión de los artistas callejeros de los espacios públicos es de gran conveniencia para algunos sectores políticos, comerciales y criminales del municipio, en esa medida cobra relevancia lo que repetidamente dice Carlos , músico y malabarista cercano a la red de artistas de Bello, quien menciona entre chiste e indignación que“ Bello más que la ciudad de los artistas es la tumba de los artistas”[4]
Referencias:
[1] Análisis urbano. “Nuevo Jerusalén, botín criminal que la institucionalidad pretende ignorar”. Recuperado de http://analisisurbano.com/?p=14782
[2] Para mayor información al respecto véase “la mafia del ladrillo azota a las construcciones de bello” http://www.elcolombiano.com/la_mafia_del_ladrillo_azota_a_las_construcciones_de_bello-EGEC_309148
[3] “Control paramilitar y resistencia de los artistas en Bello”. Juan David Muñoz. Recuperado de: http://analisisurbano.com/?p=15874
[4] “Control paramilitar y resistencia de los artistas en Bello”. Juan David Muñoz. Recuperado de: http://analisisurbano.com/?p=15874