Por: javiersule.wordpress
El Padre Antún Ramos, de la comprometida Diócesis de Quibdó, en el Chocó, nunca olvidará aquel dos de mayo de 2002 en el que un proyectil lanzado por las FARC cayó en el altar de su iglesia y mató a 79 personas, en su mayoría mujeres y niños.