Unidad en la diversidad, avanza la Constituyente Ciudadana y Popular. México.Ejemplo de lucha y autonomía.

Linea Formación, Género y luchas populares

Por: Juan Castro Soto. Kgnosni. México

A medida que se suma gente y nos vamos conociendo, aparecen las diferencias en la Constituyente Ciudadana y Popular (CCP). Cada uno traemos distintas experiencias, ideas, capacidades y modos de ser que dificultan los acuerdos. Cosas buenas y malas, pero avanzamos

Mucho lo hemos aprendido del actual sistema y en eso existen semejanzas: aprendimos a competir, a obligar, a prohibir, a condicionar, a uniformizar, a descalificar, a etiquetar. Y no es fácil desaprender. 

A su vez, discrepamos en algunos conceptos que son clave para fortalecer un movimiento ciudadano como la CCP. Uno de ellos es el consenso. 

Consenso de tolerancias

Algunos hemos pensado que el consenso significa unidad de pensamientos. Y en parte lo es, pero también es unidad de tolerancias. 

Debido a las diferencias mencionadas, no todos coinciden en una idea y los consensos no se dan sólo por pensar igual: algunos ceden y aceptan sin estar del todo de acuerdo. 

Cada uno sabe lo que le importa, sus puntos irreductibles y no negociables, mientras en otras cosas se puede ceder o mediar. 

Al final hay unión en lo medular, aun con un sinfín de diferencias.

Pero uniformizar a todos en un sólo pensamiento, en un sólo sentir o en un único modo proceder, es como meter a todos a un mismo costal. Es el error de no tolerar las diferencias y, así, coincidiendo en lo sustancial, no se logra la unidad. 

Entonces, si cada cabeza es un mundo y queremos “un mundo donde quepan muchos mundos”, será importante dejarnos ser, sin afectar a los demás. 

Porque se quiere un mundo de justicia, fraternidad, de buen vivir; pero no avanzamos del mismo modo, ni con iguales percepciones y prioridades. Entonces, si nos movemos desiguales, hay que guardar distancias para no golpearnos al caminar. 

Algunos verán prioritario ir a las coyunturas y sumarse a las distintas luchas; otros trabajarán más en la estructura orgánica del movimiento constituyente; o querrán centrarse en el contenido de las nuevas leyes; o aportarán elaborando materiales, o difundiendo, y así. Cada cual haga lo que puede hacer y no se quiera que todos hagan como uno hace. Este respeto de las diferencias puede ayudar a mantener la unidad. 

Con algunos podremos acercarnos más y con otros habrá cierta distancia. Se formarán distintos grupos o equipos, que no son rivales sino diferentes. Algunos serán muy comunitarios, otros no tanto; o preferirán actuar solos, o en pareja, cada quien se unirá con quien se sienta mejor. Algunos participan mucho, o menos; otros sólo escuchan y aplauden, o sólo acompañan. Y todos son importantes. 

Es que somos naturalmente sociales, pero al mismo tiempo individuos y cada uno sabe la comunidad a la que quiere pertenecer. 

En verdad, una comunidad es valiosa tanto cuanto importen sus individuos; no basta juntarse pues la colectividad no es un fin en sí mismo, sino un medio para convivir y vivir mejor. 

En cambio, si la colectividad somete a sus miembros, no sirve y es mejor rebelarse. Así, quienes se ven forzados u obligados, se van separando de la CCP; pero al verse libres se acercan. Por ejemplo, muchos se alejarán si deben dejar su partido o la identidad de su organización, pero si son aceptados como son, podrían adaptarse gracias a la tolerancia.

COORDINAR SÍ, DIRIGIR NO

Otro problema de concepto es confundir coordinación con dirección –un tema aburrido para quienes ya trabajan en la educación popular. 

El director tiene gente a su servicio; el coordinador es un servidor. El director es jefe y manda; el coordinador es compañero y ayuda. El director dirige, controla, centraliza, divide, excluye, frena, prohíbe, ordena, obliga, impone, condiciona, castiga, vigila, verticalmente. 

En cambio, el coordinador anima, facilita, promueve, articula, pivotea, comunica, provee, confía, participa, integra, no estorba, potencia las capacidades y deja hacer, y a veces es invisible; es como aceite de una máquina que facilita las cosas; de modo horizontal donde unos y otros armonizan libremente, desde abajo. 

Se trata de otro espíritu, donde lo necesario no necesita ser obligatorio, ni lo absurdo ser prohibido; la libertad no necesita permiso y la responsabilidad no requiere de presiones; el perdón desecha la justicia y la confianza no precisa de vigilantes. 

Luego, si en la coordinación de las distintas comisiones y regiones, tenemos directores o tintes directivos, de suyo habrá conflictos. Los directores podrán ser inevitables en otros casos, pero aquí es distinto, por eso está bien que haya comisiones de facilitadores. 

O tal vez no haya directores, pero quizá no estamos acostumbrados a la libertad si se esperan órdenes y falta la iniciativa; si hay temor a equivocarse y se cohíbe la creatividad; si se eluden responsabilidades; etc. La constituyente ciudadana nos invita al arrojo de ser libres. Confiemos en el libre albedrío y sano juicio de cada compañero, y en la guía de nuestros principios, que para eso son. *

Se aprueba propuesta  de Banco Constituyente, CNPM rechaza conformarse como asociación civil

 El 19 de Junio, se reunió en asamblea extraordinaria el Consejo Nacional del Pueblo Mexicano (CNPM) a fin de resolver la falta de recursos en la elaboración de una nueva Constitución, se estudió la propuesta de los bonos constituyentes: aportaciones ciudadanas mediante la adquisición de bonos, en denominaciones con valor de 50, 100 y 500 pesos. 

Esta propuesta –también trabajada en la Constituyente Ciudadana y Popular (CCP) que promueve Raúl Vera– se aprobó unánimemente; se hicieron preguntas, se aclararon dudas, se aportaron nuevos elementos y mejoras a la misma. Incluso se presentó una propuesta de diseño de billete con la imagen de Emiliano Zapata.

Una comisión gestionará la impresión, necesitando un taller de capacitación para que la comunicación electrónica sea segura, a prueba de hackers. Un compañero del Túmin ofrecerá esa capacitación.

Sin embargo, el punto nodal, motivo de la asamblea, fue analizar si este movimiento constituyente se convierte en Asociación Civil, lo cual finalmente se rechazó después de dialogar ventajas y desventajas. Se dijo que una asociación civil no sería coherente con la autonomía del movimiento; crea dependencia y control gubernamental. 

No obstante, se aprobó que se pueda formar una asociación civil de manera alterna, como brazo jurídico para aliarse con organizaciones internacionales, mas no para obtener recursos de gobierno.

La asamblea aprovechó para afinar el logotipo. Y analizó la propuesta para la constituyente alternativa de la Ciudad de México como estado 32, contemplando el área conurbada de los municipios mexiquenses.

Taller Constituyente: Todos los Trabajos Valen lo Mismo

El 27 de junio se trabajó un tema medular de la nueva Constitución y de la humanidad: la política económica. Era el 3er Taller Constituyente convocado por  el Consejo Nacional del Pueblo Mexicano (CNPM) –uno de los referentes que trabajan en la refundación del país.

Se debió aclarar que el concepto de Estado no es lo mismo que gobierno. Que el gobierno forma parte del Estado, así como todas las personas que habitan en un determinado territorio. No es un órgano burocrático que decide por todos, como ha sucedido hasta hoy, sino que se rescata su concepto original: el Estado somos todos, lo que implica una verdadera democracia, donde los ciudadanos deciden y mandan.

Uno de los puntos más polémicos fue la valoración del trabajo. ¿Habrá estratos, escalafones o tabuladores donde unos trabajadores ganen más que otros? La propuesta es que no, que cada quien gane tanto cuanto trabaja. Se explicó que en un sistema cooperativo no existen sueldos o salarios, sino que los trabajadores reciben los frutos de su trabajo de manera equitativa de acuerdo al tiempo aportado.

Sin embargo, esto es complicado pues hay quienes valoran su trabajo con otros criterios, por ejemplo, la experiencia de los años; la rapidez o calidad de sus servicios; o la falta de alternativas (poca oferta y mucha demanda). O se valora por títulos académicos. O por el tiempo invertido en estudiar y aprender los conocimientos o habilidades –como si un campesino incluyera el valor de su parcela en una naranja, o un lapicero incluyera el costo de la fábrica. 

Más aún, este tipo de valoraciones podrían estarse aprovechando de la ignorancia de la gente, y se asume el trabajo como un medio para ganar dinero, no para satisfacer necesidades ni por satisfacción natural. 

Así, alguien que sabe cuál botón apretar en 2 segundos, equipara su trabajo a otro de 5 días de sol a sol. Con ello, se prioriza al trabajo intelectual sobre el manual o físico y es el comienzo de las clases sociales: Quien tiene educación, todavía recibe más; y al que no la tiene, además recibe menos pago. ¿Es esto justo? Y pues otro dirá que quien estudió más debe recibir menos porque cuenta con educación, y que quien carece de estudios debe recibir más para compensar esa carencia. 

Y se complica más con el trabajo artístico que enlaza lo intelectual con lo físico. Sólo por su prestigio, un pintor famoso puede ganar miles de pesos con un simple par de pinceladas autografiadas. Y así, las desigualdades y valoraciones son innumerables. Por ello se plantea que, sin importar qué trabajo sea, el tiempo invertido le dé valor al producto o servicio. Así, uno tendrá tanto dinero como pueda trabajar, y todos tienen las mismas posibilidades pues todos cuentan con 24 horas al día. El más rico será aquel que trabaje 24 horas diarias y ése será su límite natural, no podrá enriquecerse más. 

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