La servidumbre simbólica, una de las tantas manifestaciones del autoritarismo, que de manera tan aguda devela el ensayista y poeta Carlos Fajardo en una de las lúcidas columnas publicadas en este medio y recogidas en el libro de ensayos “Los rostros del autoritarismo”, tiene expresiones tan dolorosas como invisibles a los ojos de muchos de nuestros confabuladores. Una de ellas se manifiesta en la Universidad, en la que discurre, de manera solapada, la lógica implacable del mercado y sus correlatos discursivos con los que se enmascara, en la retórica de un humanismo trastocado y en la aparente precisión del lenguaje técnico-científico, el adoctrinamiento exquisito, la servidumbre simbólica de la Universidad a los fines del neoliberalismo.

El Norte del Cauca desde hace muchos años ha sido un territorio geo-estratégico donde los grupos armados se disputan el territorio para implantar su política guerrerista entre los grupos étnicos que habitamos en estas tierras fértiles y de grandes riquezas naturales como el agua, la biodiversidad y los diferentes metales que se encuentran en el sub suelo.

Somos campesinos y barequeros de las playas del rio Cauca nos han vulnerado nuestro derecho al río, al sustento de nuestras familias, de esta manera nos llenaron los caminos y playas de seguridad privada,  la cual nos hacía seguimiento y nos vigilaba si estábamos en los ranchos o si trabajamos porque según ellos somos invasores y perturbadores, en ocasiones cuando salíamos a hacer el mercado, aprovechaban para tumbar los ranchos y nos tiraban las cosas al rio, al salir apuntaban nuestros nombres y cuando regresábamos numeraban los ranchos, nos tomaban fotos y un montón de cosas, nosotros sin entender muy bien lo que sucedía aguantamos todo esto pacíficamente.

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