Por: Verdad Abierta
La Fiscalía hizo un análisis de más de 900 casos de víctimas desparecidas por cuatro bloques paramilitares al mando de Salvatore Mancuso. No se sabe qué sucedió con los restos de las víctimas en más del 40 por ciento de los casos.
Pablo* iba en su moto en San Juan de Nepomuceno, Bolívar, el 27 de junio de 1997, cuando un grupo de paramilitares lo detuvo y lo obligaron a entrar a una camioneta. Desde ese momento su familia no volvió a saber de él.
En mayo de este año, su esposa Clara* fue a una de las versiones libres del ex paramilitar Salvatore Mancuso y le preguntó donde podría estar Pablo. Ella ha asistido sin suerte a varias exhumaciones y sus esperanzas han empezado a esfumarse, y más cuando algunos desmovilizados confesaran que arrojaron el cuerpo de su esposo a un río por órdenes de Mancuso.
Para Clara no es suficiente que el ex paramilitar reconozca por línea de mando su asesinato, sino que espera saber lo que sucedió con su esposo. “Han pasado 16 años desde que desapareció, pero para mí es como si hubiera sido ayer, yo solo quiero saber la verdad”.
Como Pablo, son 4.000 las personas desaparecidas por los grupos paramilitares que fueron dirigido por Salvatore Mancuso, ex miembro del Estado Mayor de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) y jefe de varias facciones de esta organización. La Fiscalía analizó 963 casos y encontró que en el 42 por ciento de estos hechos no hay información sobre el paradero de los cuerpos.
Las víctimas fueron desaparecidas por miembros del Bloque Catatumbo que operó en Norte de Santander y por integrantes de tres bloques más -Norte, Montes de María y Córdoba- que hicieron presencia en varias regiones de la Costa Caribe.
En su estudio, la Fiscalía 46 de Justicia y Paz determinó que el delito de desaparición forzada se dio a través de “prácticas sistemáticas, generalizadas y reiteradas, en las zonas de injerencia, control y dominio territorial del postulado Salvatore Mancuso Gómez”.
Según las investigaciones, las órdenes de desaparecer a las víctimas las daba Mancuso directamente. El objetivo era no solo ocultar el crimen, sino evitar el aumento de los índices de criminalidad en ciudades y pueblos, y así impedir que se visibilizaran los homicidios. Esta práctica contaba con la mirada complaciente de miembros de la Fuerza Pública que actuaban en la zona.
La siguiente gráfica muestra que la mayoría de las víctimas son del Bloque Norte, la estructura paramilitar más grande de la Costa Caribe, que en sus comienzos estuvo al mando de Mancuso. En 1999 el ex jefe paramilitar se fue a Norte de Santander para crear el Bloque Catatumbo y delegó en Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’, la comandancia del Bloque Norte.