El Grito de las laderas de Medellín.

Linea Territorio y despojo

 Por: Juan David López Morales. tomado de: Delaurbe UDA

Las laderas de la ciudad están dando una señal de emergencia frente al retraso en la actualización del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que el Concejo de Medellín determinó aprobar en 2014. A partir del POT no solo se determinan los usos del suelo en el territorio de la ciudad, sino también la relación entre estos usos, la planeación física, socioeconómica y la relación con el medio ambiente.

 

 

La aprobación de un nuevo POT implica también una actualización de los mapas que señalan las zonas de alto riesgo en Medellín, que hasta ahora han dejado en rojo zonas periféricas que obedecen a los sectores de estratos más bajos de la ciudad, correspondientes principalmente a las zonas nororiental, centro oriental y noroccidental. Estas son las zonas más densamente pobladas y sus dinámicas de poblamiento son, en su mayoría, espontáneas e informales, o “de invasión”, como son conocidas en el lenguaje coloquial.

 

Sin embargo, el problema no se limita a estas comunas. Las zonas suroriental y suroccidental de la ciudad, que corresponden a El Poblado y Belén respectivamente, no solo vienen aumentando en densidad de población. Allí, la mayoría de proyectos de vivienda son regulares, es decir, son planeados y, se supone que cumplen con los requerimientos técnicos que disponen las normas nacionales y municipales a este respecto.

 

De esta manera, y considerando la magnitud que implican los proyectos construidos en estos sectores, la gravedad del peligro que corren es mayor, pues no se trata de viviendas no reguladas, sino de megaproyectos de vivienda, llevados a cabo por grandes firmas constructoras, con grandes equipos de arquitectos, ingenieros y constructores. Esto deja abierta una gran inquietud sobre los intereses que facilitan que tales construcciones se lleven a cabo y que, regularmente, no sean incluídas en las zonas de alto riesgo.

 

Según el ingeniero ambiental y arqueólogo Pablo Aristizábal, aunque los barrios de invasión que se ubican en las laderas de Medellín como La Cruz, en la Comuna 3, corren riesgos por la inestabilidad geológica del terreno, la amenaza es mayor en la Comuna 14 o El Poblado, donde los proyectos que se construyen son edificios muy pesados sobre un terreno, desde el sector de la Cola del Zorro hasta San Diego, muy arenoso. Entonces, el uso de los suelos del POT debe considerar el tipo de construcciones que se deben permitir en cada zona de la ciudad.

 

Proyección de número de habitantes para 2015. Fuente: DANE.

 

 

De acuerdo con la proyección de población del DANE para el 2015 en Medellín, las comunas más densamente pobladas serían la comuna 16, Belén, y la comuna 6, Doce de octubre, ambas con más de 190.000 habitantes y con incidencia directa en zonas de ladera. La siguiente sería la comuna 7, Robledo, con más de 163.500 habitantes; cerca de esta comuna, justo en zonas de ladera, fue construida, tras su aprobación en el POT vigente, Ciudadela Nuevo Occidente que pertenece al corregimiento de San Cristóbal. La propuesta de hacer de Nuevo Occidente una nueva comuna, iría en contra de la idea de reconcentrar la población y, por el contrario, incentivaría los asentamientos de ladera, regulares o irregulares.

Otro asunto que está relacionado con la manera en que se asignan licencias de construcción en la ciudad es la construcción de Vivienda de Interés Prioritario (VIP) en zonas de altos estratos donde son compradas a bajo costo, así como el proyecto de construcción de un Cinturón Verde Metropolitano.

Frente a este último, en 2012 el director del Instituto Social de Vivienda y Hábitat de Medellín, Diego Restrepo Isaza, dijo para De La Urbe que este busca lograr un desarrollo humano integral, y redensificar el poblamiento de la ciudad de las laderas hacia el centro: “Se debe controlar la expansión urbana que de forma legal e ilegal se da hacia las laderas”.

Aunque el control ha recaído principalmente sobre zonas irregulares, la tragedia del edificio Space pone el foco de atención sobre las que se han considerado regulares. Si, como afirmó Restrepo, es necesaria “una gobernanza del territorio, con la construcción de límites reales del territorio urbano, no límites imaginarios que no tienen dueño”, tal gobernanza implica que en los ajustes del Plan de Ordenamiento Territorial se reconsideren los usos de todas las laderas de la ciudad.

Para el ingeniero Aristizábal, una de las alternativas al uso de las laderas para la vivienda consiste en cambiar la utilización de los suelos de la ciudad. El centro de Medellín y las zonas cercanas al río tradicionalmente se han destinado al desarrollo industrial. Una buena opción para la ciudad, de acuerdo con Aristizábal, sería cerrar varias de esas industrias ubicadas en zonas adecuadas para la construcción de grandes edificios, como se hizo con la cementera Argos, que se trasladó a otro sitio y en su lugar se construyó Ciudad del Río.

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