El Chocó Saqueado e Invadido

Linea Territorio y despojo

Por: Luís Carlos Guerrero Ortega

Un dirigente de las comunidades negras de Tumaco haciendo un extenso análisis de la región del Pacífico Colombiano dijo que "cualquiera puede tener la tierra pero no el territorio".

 

Esta frase sintetiza el drama y lucha cotidiana que se vive en toda Colombia, pero especialmente en los territorios de la región Pacífica. La tierra ha sido vendida a las corporaciones nacionales y extranjeras y las comunidades negras e indígenas, que es la población mayoritaria, empeñan su fuerza cultural y sus principios éticos para permanecer en el territorio.

La invasión del extractivismo cuenta con la complicidad de los grandes medios masivos de información, que callan y esconden la enajenación de la patria por la casta gobernante nacional. El Chocó fue noticia diaria cuando las FARC hizo prisionero al General Álzate Mora. También es noticia cuando hay violencia, ésta produce bastantes muertos y se monta el espectáculo de culpabilizar a la guerrilla. La tragedia social, esa cotidiana realidad de despojo y miseria de los pobladores originarios es ocultada, hoy mucho más, cuando se trata de mostrar las condiciones de competitividad de esta región para el impulso del Plan Pacífico.

El Chocó, uno de los departamentos que conforman la región del Pacífico, lo caracteriza tener una economía basada en la agroindustria de la palma aceitera, la minería de oro y platino, la explotación forestal, la maricultura y la presencia de cultivos de uso ilícito. Como toda la región, el Chocó ha sido pensada en función del saqueo y mercantilización de la biodiversidad, una de las más diversas y abundantes de Colombia y el mundo.

La concepción neoliberal del desarrollo ha conllevado a contabilizar como capital a los ecosistemas, midiéndolos más por producir ganancia a los empresarios y menos en ser proveedores y reproductores de vida para la gente de este bello territorio. Así, se produce una suerte de "reducción comercial y financiero a todo un ecosistema complejo que tiene numerosas funciones"(1). El valor de Chocó no es el dinero, señores oligarcas e imperialistas transnacionales, su valor es la vida.

Penetración y dominio transnacional: pérdida de la soberanía

Para la oligarquía, la región Chocoana y el pacífico necesita desarrollo porque es una región atrasada, marginada, anclada en lo tradicional -léase cultura indígena y negra-; debe ser impulsada a romper su aislamiento, conectándose con los grandes centros de comercio mundial, al mercado exterior y menos al mercado interno. La conexión con Colombia no es importante. Y para conectarse con el mundo hay que exportar la biodiversidad y su abundante riqueza.

Esta concepción impulsada para legitimar el despojo y las políticas económicas predatorias es lo que ha llevado a una fuerte presencia militar y paramilitar del Chocó. La militarización como garantía de la transnacionalización del Chocó, o lo que es lo mismo, del apoderamiento del territorio chocoano por las trasnacionales, con la complacencia y la participación de todas las esferas gubernamentales.

La locomotora minera ha favorecido aún más la pérdida de la soberanía nacional y quienes mandan en el Chocó son las compañías extranjeras. Entre las más beneficiadas, hay unas 18 corporaciones internacionales como la Anglo Gold Ashanti, la Corporación de Exploraciones Chocó Colombia y Cordillera, La Muriel Mining Corporatión, Rio Tinto Mining And Explotación Colombia, Anglo American Explotación Colombia, etc.

Ecocidio y crímen de Lesa Humanidad

Este modelo depredador y antinacional ha sido posible anclarlo mediante el más bárbaro genocidio y el despojo a sus ancestrales y legítimos dueños: los pueblos indígenas y negros, incluso violentando y manipulando la juridicidad constitucional que establece la propiedad colectiva del territorio para los indígenas y negros. (2). Toda la titulación colectiva viene siendo arrasada con la complicidad del Estado y los gobiernos quienes incluso se valen de las mismas leyes para fomentar titulaciones colectivas que son cedidas luego a las transnacionales. El caso de cómo fue logrado el contrato para la explotación forestal por la trasnacional canadiense Prima Colombia Hardwood Inc, lo hace muy evidente.

La empresa Canadiense aprovechando la Ley 70 de 1993, la cual reconoce el derecho a las comunidades negras, el derecho a la titulación y propiedad colectiva de tierras baldías, organiza un grupo comunitario -Consejo comunitario- llamado “los Delfines”, compuesto por seis mil personas de 18 comunidades. Y suscriben con ellas un acuerdo de explotación forestal que contó con el aval de la Corporación Autónoma de la regional del Chocó, Codechocó. Esto fue en el año 2006 mediante la resolución 2293 que autoriza la explotación forestal en un área de 44.596 hectáreas de bosque en territorio comprendido entre los municipios de Bahía Solano y Juradó. (3).

En pocas palabras, se entregó para el ecocido a una de las zonas más biodiversas del país y del mundo, consumando de paso un crimen de lesa humanidad, que nos debe movilizar en todo el país a los sujetos que nos duele Colombia. Estas 44.596 hectáreas se suman a las 310 mil hectáreas de bosques talados por las agresivas empresas madereras que cada año devastan nuestra madre naturaleza, destruyendo páramos y selvas.

Lo que para la transnacional canadiense es un jugoso negocio, para los colombianos es una tragedia ambiental irreparable. El movimiento ambientalista ha denunciado que los beneficios de este contrato no compensan, en justicia social y ambiental, los daños que produce. La generación de empleos es poca pues se crearan 120, muy pequeño si se tiene en cuenta que promoviendo una producción agrícola sana y armonizada con la naturaleza se pueden generar miles de empleos y beneficio sociales. Un metro cúbico de madera procesada tiene un valor de 4 mil dólares en Europa, según los estimativos del movimiento ambiental, mientras que la empresa calcula que el valor de producción del metro cúbico es de 10 dólares, lo cual produce un altísimos nivel de rentabilidad apropiado privadamente por la compañía.

Este proyecto agudiza la situación de deforestación del Chocó. Los estimativos señalan que el 40 por ciento del territorio ha sido deforestado y destruidos sus bosques. Cada día se están talando 25 mil 833 hectáreas, constituyéndose el tráfico de madera en uno de los tres reglones más rentables de Colombia. Es tanta la tala indiscriminada de bosques, que Colombia es considerada el octavo país que más deforesta en el mundo.

Resistencia viva frente a la muerte

El saqueo programado para Chocó ha sido cuestionado por los movimientos y organizaciones populares del Pacífico Colombiano, quienes se han agrupado en el Foro Interétnico y popular, en defensa del territorio y la vida, cuyos postulados fundamentales se centran en una cosmovisión distinta a la del bárbaro capitalismo. El foro interétnico prioriza la armonía de la vida entre seres humanos y naturaleza, en la acción y apropiación colectiva de la riqueza para procurar justicia social y ambiental donde la participación comunitaria es la clave en democracia.

La resistencia de las comunidades negras e indígenas, sustento de una visión más holística de la vida, ha sido criminalizada por el accionar del Estado con su fuerza militar y paramilitar. De esta manera la defensa de la soberanía que le corresponde al Estado y las Fuerzas Armadas las han tenido que asumir el pueblo indo afro chocoano, fuerza moral de la nación que representa el 85 por ciento la población del Chocó. (4).

Debemos detener la ecocida locomotora minera y juzgar a los entreguistas por crímenes de lesa humanidad y de lesa naturaleza.

Que esto sea posible está en manos del movimiento social y de las fuerzas políticas progresistas y de izquierda. Nosotros nos apuntamos en este reto por la vida.

Notas:

(1)  Artículo, Cuando a la naturaleza se le pone precio. Kanya D'Almeida, publicado en Rebelión.

(2)  Ley 70 del 1993.

(3)  Tomado de Árboles del Chocó entre la lucha, de David y Goliat. Periódico de la Universidad Nacional, UN periódico número 155, mayo 12 del 2012.

(4)  La riqueza y miseria del Chocó, reporte de telesur, 27 de noviembre del 2014.

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