La Honda, barrio de Medellín que pide servicios públicos hace 18 años

Linea Territorio y despojo

Por: Medellín. El Tiempo

Aunque la invasión inició hace casi dos décadas, el sector fue declarado como barrio el año pasado.

En La Honda hay gente que se despierta a la 1:00 a. m. solo a recoger agua, porque en el día pocas veces hay disponible.

Foto: David Sánchez/EL TIEMPO

En La Honda hay gente que se despierta a la 1:00 a. m. solo a recoger agua, porque en el día pocas veces hay disponible.

Al barrio La Honda se llega por una carretera estrecha que serpentea hasta el filo de las montañas orientales de Medellín, en la comuna 3 (Manrique).

Está tan arriba el barrio, que desde allí el centro de la ciudad parece una maqueta, y por la vía, que huele a neumático quemado, a motor recalentado, solo cabe un carro. Hombres del sector, con radioteléfonos, hacen el control del tráfico, dicen quién sube y quién baja.

Está tan arriba el barrio, que ni el agua sube. Eso dicen algunos habitantes que atraviesan la calle destapada con un balde en la mano. No tienen acueducto.

En La Honda es normal ver caminar gente con baldes durante el día. Todos van buscando agua.

Después de las 5:00 p. m., el tránsito de personas empeora, los vecinos salen a buscar el agua para el otro día, y justo detrás de un tubo de acueducto artesanal, que trae agua desde un arroyo en el corregimiento de Santa Elena, forman inmensas filas de gente.

En tiempo de verano, como el que se experimenta en Medellín por estos días, “el barrio depende de algún gesto de EPM, que a veces manda un carrotanque con agua. Incluso Juan Esteban Calle, el gerente, se había comprometido a ponernos un acueducto que seguimos esperando”, asegura Jorge Mira, líder del barrio.

Otros hacen la fila en tanques comunitarios que rápidamente se quedan secos. Son las únicas opciones de una población que desde hace 18 años habita ese lugar, a tan solo diez minutos del centro de la segunda capital más importante de Colombia.

Sus habitantes expresan que sufren por haberse constituido como barrio luego de una invasión.

“El 90 por ciento de los habitantes son desplazados de Urabá, Chocó, la Costa Atlántica y de otros barrios de la ciudad donde hubo violencia interurbana. Pero la misma comunidad se ha encargado también de que el barrio no siga creciendo, evitando nuevas construcciones que se enfrenten a problemas con el POT”, afirma Mira.

Puentes de madera permiten la movilidad en el barrio. El de la derecha en la foto es la entrada a una guardería para 150 niños.

Otros problemas

No sólo no sube el agua. La que logran llevar los habitantes de la Honda a sus casas –algunas de material y otras de lona, tablas y lata– evacúa el barrio con dificultades. El alcantarillado también es artesanal.

En La Honda hay más de mil familias, lo que según Jorge Mira representa una población de cerca de 9.000 habitantes.

“Aquí los que más ganan son los que trabajan como obreros o como empleadas domésticas, que ganan el salario mínimo. De resto, el 50 por ciento de la población vive de recorrer las calles, de la mendicidad”, explica Mira y agrega que en el barrio hay gente que paga impuesto predial aun viviendo en una invasión.

También es molesto, dice el líder, que EPM haya instalado allí contadores de luz prepago y no se apure con otras obras con el argumento de que Planeación Municipal no lo permite por ser zona de alto riesgo.

“Esto no es una zona de alto riesgo, es una zona de alto costo. Lo que hace falta es inversión, como en El Poblado”, sentencia Mira.

EPM anunció que con el nuevo POT pondrá en marcha la estrategia ‘Unidos por el agua’, que permitirá beneficiar a 40.000 familias consideradas antes como de alto riesgo o carentes de servicios públicos.

“La estrategia se adapta a las necesidades de cada sector, porque algunas están en zonas de alto riesgo y otras no hacen parte del POT”, dijo Ana Villegas, vicepresidente ejecutiva de Negocios de EPM.

EL TIEMPO intentó contactar a Jorge Pérez, director de Departamento de Planeación de Medellín, pero no obtuvo respuesta.

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