Por: Guillermo Maya. El Tiempo
¿Cuáles son los costos internos del proyecto y sus costos externos sobre la economía local?
El proyecto del Parque del Río, de acuerdo con la Empresa de Desarrollo Urbano de Medellín, “es un proyecto de intervención y de renovación urbana del entorno del río Medellín para conectar la ciudad en forma eficiente con movilidad, espacio público, equipamientos complementarios e intervención ambiental”. Prosa burocrática.
Esta iniciativa, de 26 kilómetros, costará 2 billones de pesos, unos 1.000 millones de dólares. Sin embargo, las obras de 11 cuadras, entre las calles 33 y 44, la primera parte del proyecto, que deberá terminarse en diciembre del 2015, tendrán un costo de 540.000 millones de pesos, un poco más del 25 por ciento del costo total.
El propósito es soterrar las vías paralelas al río, a lado y lado, haciendo un parque encima de ellas, lleno de árboles y jardines, y el río en la mitad, que para entonces debería estar limpio de sus colores oscuros y libre de los olores nauseabundos que se levantan en verano. Se trata de destruir una infraestructura costosa, a lo largo de la cual están construidas redes de gas, electricidad, acueducto y alcantarillado, para sustituirla por otra, igualmente costosa, con la “mermelada” de ser ambientalmente amigable y para el disfrute ciudadano, si hay un policía por cada uno de los visitantes.
El asunto no es que no se pueda hacer el proyecto. Se pueden hacer pirámides como las de Sergio Fajardo, en la avenida Oriental, que divide el centro de la ciudad en dos, y que no sirven para nada, o bibliotecas a las que se les caen las fachadas de 10.000 millones de pesos. El problema central es cuánto vale pasar de un estado a otro. Es decir, de un mundo sin proyecto a otro mundo con parque y vías soterradas.
Es decir, cuáles son los costos internos del proyecto y sus costos externos sobre la economía local y los miles de personas que se movilizan por ese corredor longitudinal, que va desde Caldas hasta Bello. ¿Por dónde van a circular los automotores mientras hacen el proyecto? Si hubiera vías alternas, todo estaría solucionado. ¿En dónde están las vías alternas? No hay, y los carros en Medellín, la más innovadora, todavía no vuelan. En un país con escasez de recursos, la construcción de infraestructura debe sumar y no restar a la existente.
La contaminación del ambiente producida por los gases de los automotores no desaparece con la construcción del Parque. Al contrario, con el tiempo aumentaría exponencialmente, en la medida en que las vías de la prosperidad aumenten el tránsito y descarguen el tráfico y los gases en ese corredor.
En este sentido, la Sociedad de Ingenieros y Arquitectos de Medellín “no considera conveniente continuar con la iniciativa (…). Esta obra se cuestiona por razones técnicas, económicas y ambientales (…). El deprimido vial propuesto intersectaría las tuberías de descarga de aguas lluvias y quebradas y podría inutilizar los colectores de aguas servidas actualmente subterráneos y paralelos al río. (…) Medellín tiene problemas graves de movilidad en su red arterial en toda la ciudad y no solamente en el corredor vial del río. Igualmente, en el aspecto ambiental, la carencia de áreas verdes no es solo en el corredor del río, sino en todas las comunas, especialmente en la nororiental y en la noroccidental, por lo que el proyecto verde propuesto tendrá un impacto muy limitado, excluyente y focalizado en el cordón ribereño de la ciudad”.
En igual sentido, las objeciones de Carlos Mario Montoya, director del Área Metropolitana, al proyecto del metro subterráneo de Bogotá se podrían aplicar al Parque del Río: “Cuando se trata de construcciones subterráneas, siempre aparecen redes secas, redes eléctricas, tuberías, redes húmedas y todo lo que la ciudad construyó en el pasado y que hoy está sepultado. Cuando usted tiene que empezar a mover esas redes, y hoy se suman las redes de gas, esos costos son elevadísimos” (‘Medellín pide a Bogotá no cometer ‘la locura’ de metro subterráneo’. eltiempo.com, 12 de octubre del 2014). Sin embargo, estas sabias palabras de precaución todavía no se le han dicho al Alcalde de Medellín.
¿Cuál es la finalidad del proyecto del Parque del Río? El objetivo de quienes configuran y planean el desarrollo urbano de Medellín es promover los “emprendimientos” inmobiliarios. Se trata de promover el desarrollo habitacional en altura, como el de Naranjal, zona en donde sacaron a la gente trabajadora para convertirla en negocio inmobiliario, extrayendo la plusvalía urbana, que los empresarios no han creado y que es creada por toda la sociedad, en las zonas cercanas al río y que se van a valorizar.
En este sentido, el gerente regional de Camacol, el gremio de los constructores, Eduardo Loaiza, afirmó que “(…) en 20 años la zona de más valorización será la próxima al río” (‘Cerca del río está la clave de la vivienda de Medellín’. elcolombiano.com, 11 de diciembre del 2013). Clarísimo.
A pesar de la argumentación alrededor del proyecto del Parque del Río, el Alcalde sigue impertérrito hacia adelante con el proyecto para eternizar su nombre, bajo el riesgo de que nunca vea la terminación de esta faraónica obra en los próximos 20 años.
Guillermo Maya