Del desarrollo agrario en Colombia I: las luchas agrarias

Linea Conflicto Social y Paz

Por: Paul Chambers[i], Alejandro Cometa[ii]

El presente texto es una reseña del libro del investigador francés Pierre Gilhodes Las Luchas Agrarias en Colombia. Se busca en este trabajo, los orígenes y líneas de continuidad de la concepción de desarrollo agrario desde las organizaciones sociales ligadas a la tierra y el territorio

 

Imagen (Cantor, 2015, pág. 20)

Resumen

El presente texto es una reseña del libro del investigador francés Pierre Gilhodes Las Luchas Agrarias en Colombia. Se busca en este trabajo, de los primeros años del profesor Gilhodes en Colombia, los orígenes y líneas de continuidad de la concepción de desarrollo agrario desde las organizaciones sociales ligadas a la tierra y el territorio, principalmente indígenas, afrodescendientes y campesinos haciendo énfasis en los aspectos relacionados con el departamento de Antioquia.

Palabras claves

Luchas agrarias, Colonialización, Desarrollo Rural, Campesinos, Antioquia.

Introducción

Como lo reconoce el profesor Pierre Gilhodes (1970) al inicio de su trabajo “La lucha por la tierra ha sido una constante de la historia colombiana por lo menos desde la llegada de los españoles. Hasta finales del siglo XIX esta lucha fue, con pocas pero significativas excepciones, más bien de carácter defensivo” (pág. 25) En la actualidad Colombia busca darle solución a múltiples problemáticas sociales que postergó quizás desde los inicios de su vida republicana (1819). Uno de esos problemas es el de la concentración de la tierra productiva.

Se pretende con este texto encontrar algunas líneas de continuidad en el fenómeno y su incidencia en las visiones de desarrollo rural que perviven en algunos movimientos sociales agrarios en Colombia y Antioquia. Para este segundo momento se plantearan ideas entorno a la evolución y proyección de las luchas agrarias y la violencia que dichas luchas han enfrentado para lograr la codificación de algunos derechos relacionados con la tierra y el territorio.

La tierra en el periodo de la Colonia e Independencia.

Pierre Gilhodes inicia su reflexión sobre el problema de la tierra haciendo un recorrido histórico desde la llegada de los españoles a Colombia. Encuentra que una de las características del modelo de desarrollo agrario de la colonización, fue el hecho que los españoles se asentaran en la cordillera oriental junto a población indígena sedentaria capaz de ofrecer excedentes agrícolas para asegurar el aprovisionamiento de los centros mineros cercanos a las ciudades, lugares que eran las sedes de la burocracia colonial (1970, pág. 26) Luego del exterminio indígena, los españoles explotarían las tierras por sus propias manos y poco a poco reducirían los territorios de estos pueblos originarios a la figura legal de Resguardos. Los indígenas sobrevivientes fueron expulsados de las altiplanicies por quienes cada vez tenían más tierras y se hacían dueños de grandes haciendas. Estos hacendados extendieron cada vez más sus dominios, apropiándose de tierra escondidos tras campesinos invasores (Gilhodes, 1970, pág. 27).

El primer capítulo cierra con la referencia a la historia de la lucha agraria durante el periodo republicano, con un análisis regional de las dinámicas en el Valle del Cauca, Magdalena, la Costa Caribe, Tolima, Santander y Antioquia. En la entonces denominada Provincia Minera de Antioquia, señala Gilhodes, se produjo una fuerte corriente migratoria sobre cuenca del Río Cauca que no enfrentó resistencias y fue motivada por la búsqueda de minas de oro en las montañas, el crecimiento poblacional con escasos recursos agrícolas y el desarrollo de medios de comunicación. Luego de esta ola migratoria, las comunidades establecidas en las laderas se opusieron al avance de los latifundistas bajo la premisa de enfrentar a las escrituras o títulos de propiedad, el trabajo y la posesión efectiva de la tierra. Estás comunidades, en principio mineras, cerraran el siglo XIX obteniendo mayores beneficios producto del auge cafetero (1970, págs. 28-29) Cerrará este siglo, históricamente, en medio de la denominada Guerra de los Mil días (17 de octubre de 1899 - 21 de noviembre de 1902) que realmente duró 1130 días.

“Las violencias”

La lucha por la tierra en el siglo XX, es abordada desde el capítulo dos, haciendo referencia al periodo 1900-1939. Para este periodo el crecimiento demográfico fue grande, 5 millones de habitantes para 1912. El occidente del país se desarrollaba gracias a las pequeñas granjas cafeteras de los antioqueños que son contrastadas con el proceso de haciendas promovidas por la aristocracia agraria y comercial que tenían grandes plantaciones y mano de obra permanente (Gilhodes, 1970, pág. 31) Desde 1910 Rafael Uribe Uribe señaló como problemática la forma que estás haciendas se venían configurando, ya que promovían formas feudales de empleo. Solo hasta el periodo comprendido entre 1917-1918 con el surgimiento de las primeras organizaciones campesinas y los paros promovidas por estas, se concedieron aumento de salarios y el reconocimiento del derecho a la huelga como intento de modernización de la producción agrícola para algunas regiones del país. Ante el avance de la organización campesina en diferentes regiones, y su influencia en las ciudades, el panorama político en el país se amplió al pasar de un gobierno conservador a uno liberal, que permitió incluso, la coexistencia con el naciente Partido Comunista (1930) heredero de las luchas del Partido Socialista Revolucionario (Gilhodes, 1970, págs. 33-34) Para ampliar el contexto de la efervescencia social del momento, puede consultarse la obra de Ignacio Torres Giraldo Los Inconformes.

Todo el proceso de organización campesina disminuyó, aunque con intentos regionales de movilización, sin incidencia nacional, a la espera de las promesas agrarias del gobierno bipartidista denominado de la Concentración nacional (Olaya Herrera) y la prometida Revolución en Marcha de López Pumarejo, que tuvo como conclusión la denominada Reforma Agraria por medio de la Ley 200 de 1936 llamada Ley de Tierras. Para un balance de este primer intento por organizar un modelo de desarrollo agrario en Colombia, Gilhodes cede la palabra a Antonio García

La reforma agraria que produjo una serie de literatura legal para demostrar piedad tiene una función social que implica obligaciones fue solo un procedimiento táctico que dio capacidad a los terratenientes para librarse de sus aparceros y para registrar títulos que antes no tenían. Su aplicación significó la evicción de millares de aparceros, que habían sido realmente los creadores de las haciendas desarrollándolas desde la nada y que recibieron a cambio solo un pago por las mejoras (1970, pág. 42)

De este primer periodo del siglo XX resaltamos dos elementos el surgimiento de Jorge Eliécer Gaitán como dirigente agrario y la aceptación pacífica de los propietarios de tierras, en el sur de Antioquia, de la implementación de la ley de tierras, dejando para ellos los procesos de industrialización, procesamiento y mercadeo de café (Gilhodes, 1970, pág. 45)

El capítulo tres es denominado La Violencia y narra la continuidad de las luchas agrarias desde 1939 hasta el inicio del Frente Nacional (1958) El presidente es el liberal Eduardo Santos (1938-1942) a quien los altos precios del café le permitió una relativa calma entre el campesinado. Sumado a este hecho la posible reelección de López Pumarejo y el compás de espera dado por los campesinos ante los 10 años de implementación de la ley 200/1936. El incumplimiento de las promesas al campesinado, la división del partido liberal (Turbay-Gaitán) y la ausencia de seguridad para el sector terrateniente de las constantes invasiones permitió al partido conservador retomar la presidencia nuevamente en cabeza de Mariano Ospina Pérez (1946) Durante este gobierno se empleó el monopolio estatal de la fuerza para presionar las “zonas liberales” y bajar la influencia del parlamento que era de mayorías liberales, igual estrategia usada por el partido liberal en el periodo 1930-1934 (Gilhodes, 1970, pág. 51).

Para el año de 1947 Jorge Eliécer Gaitán había capitalizado su influencia en las grandes masas campesinas que llegaban a las ciudades producto del desplazamiento forzado, las grandes masas agrarias que reclamaban resultados de la implementación de la ley de tierras y era la figura política más visible de la oposición al gobierno conservador. Su asesinato abre el periodo conocido como La Violencia que Gilhodes divide en tres etapas así Gobierno conservador (1949-1953), Gobierno militar (1953-1958) y Frente Nacional (1958-1974) (1970, pág. 53)

El fenómeno descrito por Gilhodes cerrando el siglo XIX, en el que los terratenientes hacían de sus peones ejércitos de presión liberal o conservadora, continuará durante el periodo de La Violencia, Siglo XX. Está vez los bandos serán tres: los grupos liberales en cabeza de Mariachi y Peligro, los grupos conservadores (Policía Chulavita) y los grupos de influencia comunista en cabeza de Charro Negro. Grupos que operaran hasta 1953 cuando el General Gustavo Rojas Pinilla diera el golpe militar al presidente Laureano Gómez. Algunos grupos entregaron sus armas entre junio y octubre de ese año, entre ellos, los grupos de guerrilla que operaban en Antioquia. En algunos lugares del país cesaron actividades militares sin entrega de armas.

Las acciones militares contra los comandos guerrilleros que no entregaron sus armas, abrió una segunda ola de la lucha guerrillera menos masiva y más regional. La tercera fase, señalada por Gilhodes, se abrió desde el golpe que diera la Junta Militar a Rojas Pinilla en 1957 y se extendería hasta 1964 (1970, págs. 63-65) Como se puede observar las luchas agrarias fueron sometidas a la participación de alguno de los bandos, las reivindicaciones durante este periodo se limitaron a exigir el cumplimiento de promesas de reforma agraria del 36 y a ser las víctimas de los desplazamientos y perdida de territorios.

Durante el periodo del Frente Nacional la agitación rural no ceso y se extendió a otras regiones. Los guerrilleros desmovilizados fueron asesinados sistemáticamente, uno de los más relevantes es el caso de Guadalupe Salcedo (1957); o fueron progresivamente vinculados a grupos de contra guerrilla, como por ejemplo el caso del denominado Capitán Peligro, ex guerrillero del sur del Tolima. Los partidos, liberal y conservador, que se turnaban el poder del estado sostenían su incidencia en algunos grupos que no dejaron las armas, con el compromiso de que no asesinaran soldados. Las guerrillas en zonas de influencia del partido comunista sostuvieron la forma de autodefensa campesina para la protección de territorios como Pato y Guayabero. Luego que el ejército bloqueara su avance, por medio de asesoría militar norteamericana, se construyó y ejecutó el denominado plan LASO que no logró su objetivo y transformó a estas “repúblicas independientes” en una guerrilla móvil que se denominaría Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Surgen también en este periodo el Ejército de Liberación Nacional ELN y el Ejército Popular de Liberación EPL (Gilhodes, 1970, págs. 77-82).

Otro de los fenómenos de este periodo fueron las constantes invasiones campesinas de haciendas, el intento de creación de terceras fuerzas en el plano electoral como el Movimiento Revolucionario Liberal y la ANAPO y la congregación del movimiento campesino en sindicatos nacionales de trabajadores como la Unión de Trabajadores de Colombia UTC.

Con un balance bastante negativo cierra su trabajo el profesor Pierre Gilhodes, en el epílogo titulado ¿Hacia dónde? Plantea que la violencia vivida en los campos colombianos parecía haberse descubierto con el avance de los años, tesis que no se comparte. De este aparte dos aportes que son constancia histórica se dejan consignados la constitución del bloque de poder consolidado por sectores urbanos, capitalistas agrícolas y terratenientes tradicionales que buscaban transformarse en capitalistas y empresarios rurales ligándose al proceso de industrialización (1970, pág. 86) y la conclusión sobre la necesidad de urbanizar las luchas campesinas para obtener resultados más efectivos y duraderos, idea sugerid por Gaitán en su plan de1947 (Gilhodes, 1970, pág. 89)

Este texto del profesor Gilhodes fue traducido por el historiador Jorge Orlando Melo de la publicación en inglés que contenía el ensayo Agrarian Problems and Peasant Movements in Latin América en 1970. Transcurría el último periodo presidencial del Frente Nacional y la coyuntura internacional abría el pasó a la influencia de nuevas ideas políticas que en Colombia se traducirían en una nueva cuarta ola guerrillera. Entre estos el fenómeno mundial conocido como Mayo del 68.

Conclusiones

En este corto ensayo pueden hallarse líneas de estudio que hoy continúan siendo profundizadas y descubiertas gracias a la apertura de archivos quizás clasificados o, por la profundidad de los estudios mismos que contaron con recursos y voluntades políticas necesarias para presentar múltiples perspectivas de los hechos. Para solo mencionar un caso sobre los periodos de violencia podemos referenciar el informe de la Comisión Histórica del Conflicto Armado y sus Víctimas que posibilitó la Mesa de Diálogos de La Habana entre el Estado Colombiano y la insurgencia de las FARC-ep. Ese informe consta de 12 relatorías sobre las causas de la violencia en Colombia y 2 relatorías que presentan el conjunto de los trabajos. Para referenciar en este texto, el trabajo del relator Renán Vega Cantor Injerencia de los Estados Unidos, contrainsurgencia y terrorismo de estado evidencia la intervención en el periodo de la violencia de las formas de propaganda estadounidense en contra del comunismo y la búsqueda de justificación de las muertes de campesinos (Cantor, 2015, págs. 1-65).

Otro de los elementos históricos que permite visibilizar el trabajo del profesor Gilhodes es la permanencia por más de doscientos años de la minería en Antioquia. Para una mirada de los impactos de la política minera nacional y la extracción de recursos naturales en el departamento de Antioquia actualmente, puede referenciarse la investigación sobre Conflictos por el territorio asociados a la gran Minería en Antioquia – Colombia. El texto relaciona los primeros hallazgos de la investigación sobre la economía extractivista en el departamento y las dinámicas que “…ponen en riesgo las lógicas culturales, las autonomía, la soberanía, la vida, la dignidad y el entorno natural de los habitantes de los territorios de interés para el desarrollo de estos grandes proyectos de extracción de recursos naturales” (Rodriguez, Grisales, & Gutierrez Leon, 2013)

El análisis presentado de la georreferenciación de títulos de concesión y megaproyectos de oro, para solo enunciar un elemento del estudio, plantea un preocupante panorama pues alrededor del 80% del territorio del departamento está abierto a la extracción de recursos y su intervención (Rodriguez, Grisales, & Gutierrez Leon, 2013, pág. 388)

Finalmente es necesario que desde las ciencias sociales estemos a la altura del momento histórico. Es decir, se atienda a la importancia de tramitar conflictos sociales que para la vida republicana pueden tener más de doscientos años y se convierten en un lastre de lo que podríamos ser como país o nación.

Deberemos atender al llamado de enfoques de investigación social marcados por nuestros intereses y valores (Chambers, 2013) y al avance constante de las realidades históricas que han permitido hasta hoy consolidar derechos humanos campesinos como movimiento social (Gallardo, 2009) y la persistencia de un movimiento indígena que ha contado con múltiples formas organizativas y consignas que vinculan la lucha por la tierra y por la palabra (Cometa, 2010) logrando la transformación de instituciones como la Defensoría del Pueblo que hoy cuenta con un Defensor Delegado para Asuntos Agrarios y Tierras con enfoque de derechos humanos campesinos (Defensoria del Pueblo, 2015)

Referencias bibliográficas.

Cantor, R. V. (Febrero de 2015). Alto Comisionado para la Paz. Obtenido de http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/mesadeconversaciones/PDF/Informe%20Comisi_n%20Hist_rica%20del%20Conflicto%20y%20sus%20V_ctimas.%20La%20Habana%2C%20Febrero%20de%202015.pdf

Chambers, P. (2013). Aprende en Linea Universidad de Antioquia. Obtenido de Instituto de Estudios Políticos: http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/estudiospoliticos/article/view/15783/20779226

Cometa, H. A. (2010). “Construir país, el país de los Pueblos" La Minga. . Kavilando, 76-80.

Defensoria del Pueblo. (Noviembre de 2015). Defensoria del Pueblo. Obtenido de http://www.defensoria.gov.co/public/pdf/Cartilla_derechos_de_los_campesinos.pdf

Gallardo, H. (2009). Derechos humanos como movimiento social. Bogotá: Ediciones Desde Abajo.

Gilhodes, P. (1970). La Luchas Agrarias en Colombia. Bogotá: El Tigre de Papel.

Rodriguez, A. I., Grisales, D., & Gutierrez Leon, E. M. (2013). Conflictos Asociados a la Gran Minería en Antioquia. El Ágora USB 13, 371-394.

Nota: 

[i] paul.chambersbu@unaula.edu.co PhD en Filosofía – University of Bradford, Inglaterra. Magíster en Ética, Religión y Sociedad – University of Exeter, Inglaterra. Profesional en Filosofía y Letras – University of Exeter, Inglaterra. Investigador y profesor en el campo de la filosofía política y moral.

[ii] hector.zuluaga1984@unaula.edu.co Docente e Investigador grupo Kavilando. Politólogo Universidad Nacional de Colombia sede Medellín. Especialista en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario Universidad de Antioquia. Candidato a Magister en Educación y Derechos Humanos Universidad Autónoma Latinoamericana UNAULA y estudios en Maestría en Formación de Sujetos y Conciencia Histórica IPECAL.

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