Resistencia civil-termodinámica y violencia lineal: una interpretación desde la complejidad. (Libro)

Linea Formación, Género y luchas populares

Por: Editorial Kavilando

 Existe una relación compleja, entre violencia y resistencia, que puede ser comprendida a la luz de las diversas pasarelas entre los aportes de las teorías de la complejidad, y la teoría de las estructuras disipativas.

 

 

Se encontró que a cada manifestación de violencia corresponden múltiples emergencias en tanto resistencia, siendo el antagonismo-complementario entre violencia-resistencia aquello que da pie a sus diversas formas de manifestación. La resistencia suele ser implementada a modo de herramienta de subversión política, y en muchos casos su manipulación, puede favorecer la lógica lineal del opresor, generando la ilusión de resistir libremente, cuando en realidad se opera a favor del régimen totalitario.

Esta resistencia esta linealizada, y responde a la praxis de la violencia-lineal, es decir, a todos aquellos actos anulativos que buscan la permanencia de las consecuencias destructivas de la violencia, al degenerar el conflicto, aumentar la represión y legitimar los actos de barbarie. En contraste, la violencia-resistencia-lineal incuba la violencia-resistencia no-lineal, es decir, las acciones que integran la violencia destructiva para volverla aprendizaje, memoria y resistencia creativa y transformadora.

Así, mientras las nociones habituales de resistencia la identifican como un artefacto de rebeldía, insurrección, subversión, del mismo modo la violencia desde una mirada reduccionista se equipara a un aparato de destrucción.

En este sentido resistencia y violencia pueden ser devastadoras, aunque en realidad también sean constructivas-reconstructivas, ya que barbarie y avance social han caminado de la mano a través de la historia, pero es claro que la humanidad no requiere de la violencia para avanzar a través de esta.

Cuando el acto de resistir se comprende a la luz de la termodinámica a través de las estructuras disipativas, las dinámicas sociales integran la incertidumbre, pero también, las múltiples posibilidades creadoras y reorganizacionales de los sistemas sociales, razón por la cual energía y trabajo se encuentran en la base reticular de estos planteamientos, de modo que la sociedad puede ser comprendida como una forma energética de organización compleja.

Prólogo

Una de las profesiones más nobles, pero claramente vinculadas a las relaciones del ejercicio del poder hegemónico, dominio y continuidad de la lucha de las clases sociales, es sin lugar a duda la educación escolarizada a todos los niveles, pero sobre todo durante los primeros años de la vida-trabajo estudiantil y docente.

Este último, también conocido como maestro, profesor, guía y tutor, por lo general nunca sabe hasta dónde llegan sus enseñanzas, experiencias compartidas, y sobre todo la herencia cognitiva de los que alguna vez fueron a su vez sus maestros, es decir: “los tutores de los docentes”. ¿Por qué razón menciono lo anterior? Porque a lo largo de mi formación académica e investigativa, he tenido y tuve la oportunidad de conocer, trabajar y asistir a varios de los cursos y seminarios de algunos de los autores que figuran en la bibliografía de este libro, entre ellos: Leonardo Tyrtania, Roberto Varela, quienes trabajaron directamente con Richard N.

Adams, quien es uno de los pioneros que buscaron establecer un diálogo entre las teorías de la antropología social y los principios de la termodinámica desde la óptica de Ilya Prigogine (Premio Nobel de Química en 1977), quien fue el tutor de Alexandre De Pomposo, colega y amigo, que en distintas ocasiones me ha guiado para poder comprender la dinámica de los procesos irreversibles, y la posibilidad de extrapolarlos a otras áreas y disciplinas.

¿Por qué razón continúo con este relato? Por azares del destino incierto y caótico de la vida académica, tuve la fortuna, pero sobre todo el honor de dirigir la tesis doctoral de mi colega y amigo José Alonso Andrade Salazar, quien originalmente me presentó una idea que vinculaba las categorías centrales de la violencia desde la óptica de la psicología, filosofía y sociología, acompañada de los procesos no-lineales, propios de los estudios y teóricas vinculadas al caos desde la matemática.

Desde un inicio identifiqué que era un proyecto sumamente interesante y ambicioso, pero que se encontraba limitado al no considerar el ejercicio de la resistencia social y la resiliencia, la búsqueda de las instituciones por crear sus propios agresores y delincuentes (parafraseando bruscamente a Foucault), entre otros pequeños detalles, como la pérdida del poder.

Tópicos que al ser compartidos y discutidos en largas tertulias académicas, orilló a considerar la propuesta de la dinámica de procesos irreversibles y los principios de la segunda ley de la termodinámica (la entropía y negantropía), la cual sustentada en un oportuno diálogo de saberes y, acompañada de la construcción paulatina y constante de puentes conceptuales resultado de la construcción de marcos epistémicos comunes entre la física, psicología, biología, la filosofía, antropología, y el pensamiento complejo; permitió ir acabando paulatinamente con el miedo del relativismo epistémico, para dar lugar a construcciones teóricas que estuvieran vinculadas a la termodinámica para la supervivencia de la sociedad, mejor conocida como la termodinámica social.

Propuesta teórica que actualmente está en constante reformulación, pero no deja de ser una temática innovadora que está en boga, y que ha reclamado la atención de los estudiosos de los problemas del desarrollo y planeación periurbana y del espacio, el desarrollo sustentable, los análisis de la antropología y sociología del poder, el estudio sobre la economía solidaría. Además, de sugerir algunas de las nuevas propuestas entre los teóricos de las ciencias de la complejidad sobre todo en todo el continente americano.

La investigación primigenia –que da lugar al presente libro–, considero que abrió e incluyó el panorama de áreas y temas de análisis, dando la oportunidad de trabajar con la dinámica de procesos energéticos irreversibles, que se manifiestan de manera no-lineal en la transmisión de la información, el desgaste constante y la búsqueda de la posesión del poder por parte de algunos grupos sociales, la incertidumbre del control de los recursos escasos y las direcciones caóticas que sugieren los movimientos de resistencia popular y organizada bélicamente, o lo que el autor ha denominado como: procesos de resistencia termodinámica-relacional compleja.

La cual se puede manifestar en las etapas constantes e inciertas del cambio de las organizaciones sociales, o en las múltiples emergencias organizaciones, o en ambas al mismo tiempo.

Siendo esa categoría una de las más ricas, pero no la única, a la que el lector podrá acceder tras la lectura minuciosa de este libro. Y que sin lugar a dudas, este aporte científico que no desconoce el reduccionismo epistémico, la parte disciplinar y el anarquismo metodológico, más aún, le complementa a cada uno de ellos con los principios del poliglotismo científico y la oportuna construcción de isomorfismos de categorías teóricas.

Le permiten al manuscrito, ubicarse por derecho propio, no solo entre los estudios disciplinares interesados en el análisis y manifestaciones de la violencia, el poder y la resistencia, sino también en la arena de creciente auge de los estudios de la termodinámica social. Los cuales, puede que en poco tiempo se integren como pilares fundamentales en los planes de estudios de las ciencias sociales, y se reconozcan como puentes a otras áreas, arenas y campos de la ciencia física y matemática.

Quedándome con el honor de haber escrito estas páginas en este libro, y deseándole un oportuno disfrute de su lectura.

PhD. Roberto Rivera Pérez

Ciudad de México a 25 de mayo del 2019.

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