Hemos decidido aliarnos para promover una campaña para recoger firmas en respaldo a los puntos siguientes a fin de evitar la catástrofe social y ambiental que esta causando la denominada locomotora minera.

Esta alianza ambiental esta conformada por ciudadanos y organizaciones comprometidas con las luchas y los procesos sociales en defensa de lo público y los bienes comunes de la nación. Tenemos compromisos éticos, políticos y ecológicos en la búsqueda de soluciones a los conflictos territoriales ambientales, en procura de un país equitativo socialmente y sustentable ambientalmente.

“Colombia y Corea del Sur tienen lazos afectivos desde la década de los 50. La amistad nace cuando alrededor de 4.300 soldados del Batallón Colombia hicieron presencia en la península ; 800 de los nuestros fueron heridos, desaparecidos o muertos. Desde entonces los surcoreanos consideran el pueblo colombiano “como una nación hermana y aliada, muy especial” ”. (1)

Colombia vive una de las coyunturas más álgidas en materia de movilización social de amplios grupos de la población con paros, huelgas, bloqueos de carreteras y manifestaciones públicas.

La acción social popular abarca a los campesinos de la región del Catatumbo, a los mineros artesanales, a los pequeños caficultores, al sector de la salud y a los obreros carboneros de la Drumond, que han declarado un cese de actividades.

El informe '¡Basta ya!' muestra lo que hemos vivido en 50 años de conflicto, en un país donde la peor gente son los demás.

Dice el Grupo de Memoria Histórica en su informe ¡Basta ya! que desde 1958 hasta el año pasado, los muertos fuimos 220.000, casi todos civiles, y que a 150.000 nos mataron de manera selectiva, para que no se notara demasiado que la suma iba creciendo. Que en los últimos 30 años sufrimos casi 2.000 masacres, más de la mitad de ellas cometidas por paramilitares, y casi todas desconocidas para nosotros porque eran pequeñas y los periodistas nunca íbamos a registrarlas.

En su antiutopía Nosotros, Evgeny Zamiatin imagina un mundo de rascacielos con paredes, techos y pisos de cristal, donde ningún acto pasa desapercibido para los demás. En 1984, de George Orwell, ubicuas pantallas de televisión inapagables  nos espían. El utilitarista liberal Jeremy Bentham hizo construir elPanoptikon,  cárcel  aterradora en la cual todas las celdas pueden ser vigiladas por un solo guardia desde un punto de vista privilegiado. Somos reclusos de esas pesadillas: ninguno de nuestros actos puede ser ya ocultado ante observadores que nos escrutan detrás de espejos impenetrables. Saber es poder. Los espías conocen todo de nuestras llamadas telefónicas,  correos, ingresos, gastos, hábitos de consumo,  ideas, enfermedades,  relaciones,  ubicación. Micrófonos ultrasensibles podrían captar el monólogo interior que vocalizamos incluso cuando no hablamos, vale decir, nuestro pensamiento. Analizadores del ritmo cardíaco, del lenguaje corporal y de la expresión podrían acceder incluso a aquello de lo que no somos conscientes.  Este flujo de información es unilateral. Espiar es poder. La guerra contra el terrorismo nos ha llevado al terror total.

En el marco de la movilización nacional convocada por la Alianza Nacional por un Nuevo Modelo de Salud (ANSA) este 19 de julio, algunos miembros del  capítulo Antioquia, nos tomamos las sedes administrativas de algunas EPS, donde los usuarios diariamente madrugan para hacer fila esperando una autorización de un procedimiento, cita o medicamento.

Altas Cortes, Órganos de Control y altos funcionarios del gobierno reconocen la ilegalidad

En carta dirigida al director de El Tiempo, el senador Jorge Enrique Robledo explicó por qué son ilegales las compras masivas de tierras baldías en las que están involucrados el exembajador Carlos Urrutia y empresas como Riopaila, Cargill y Corficolombiana.

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