Al acercarse el 15 de mayo, luce peor el TLC con Estados Unidos. Porque se conocen mejor sus efectos y el gobierno toma medidas que van más allá del texto del Tratado, según lo denunciaron distinguidos académicos estadounidenses sobre la Ley Lleras 2.0, que reglamenta el internet () o el aumento de cinco a diez años de la protección de los datos de prueba en agroquímicos, alargando el monopolio extranjero. La revista Dinero señaló la preocupación de las compañías de seguros colombianas porque las aseguradoras norteamericanas podrán vender seguros en el país sin siquiera instalar una sucursal, exceptuando –¿hasta cuál nuevo acuerdo?– los del sector público. Algo parecido preocupa a UNE y a la ETB, víctimas de uno de los capítulos más leoninos del TLC, que las obliga a alquilarle sus equipos, y a precios “razonables”–es decir, a menos precio–, a cualquier norteamericano que se instale en Estados Unidos a vender llamadas entre los dos países.