La Maldición Guajira

Linea Territorio y despojo

Por: Editorial N.436 / Revista Insurrección

 ¿Qué tiene que ver la sequía que sufre la península de la Guajira, con la muerte allí de 58 niños indígenas cada mes debido a enfermedades curables, y con que la producción de carbón colombiano del 2013 al 2014 suba de 6,1 millones a 8,2 millones de toneladas mensuales?

 

La explicación la tiene la llamada Maldición Guajira, por la cual, entre más aumenta la explotación de las minas de carbón de El Cerrejón, más sequía y más muertes de infantes sufrirá la población de este departamento del Caribe colombiano.

la-guajirasequia

foto: rcnradio

Si la explotación de las minas de carbón a cielo abierto de El Cerrejón, las más grandes del mundo, completa tres décadas, ¿a dónde ha ido parar tanta riqueza?, ¿cuánta se han llevado las empresas multinacionales?, ¿dónde está el dinero recibido por regalías?

Iguales interrogantes hay que hacer frente a la producción de gas mar adentro, que también desde hace tres décadas realiza la multinacional Chevron-Texaco en el mar territorial enfrente de esta península, en los campos de Chuchupa y Ballena.

Si la península de la Guajira -que tiene una extensión igual a la república de El Salvador-, sufre de sequía, no es porque tenga menos ríos y aguas subterráneas, que ese país centroamericano. Son numerosas las aguas que descienden hacia el suelo guajiro por la vertiente norte y noreste de la Sierra nevada de Santa Marta; como también son numerosas las aguas que nacen en los Montes de Oca, que marcan la frontera con Venezuela.

No hay que maldecir a fenómenos naturales como El Niño, por supuestamente ser el principal generador de la sequía, la hambruna y las pestes; porque éstas son consecuencia de la explotación inmisericorde de la naturaleza y de la gente, durante muchísimos años.

Alguien se ha preguntado, ¿cuál ha sido el impacto contra las aguas superficiales y subterráneas, que han provocado 30 años de explotación carbonera intensiva?

No lo decimos nosotros. Lo dice la agencia de la ONU, Comisión económica para América Latina (CEPAL), en sus recomendaciones entregadas al gobierno de Santos en abril pasado, donde “llama seriamente la atención sobre la alta presión que sobre la biodiversidad y los ecosistemas están ejerciendo industrias extractivas insuficientemente reguladas”.

Este informe encargado por el gobierno a la CEPAL tiene la finalidad de marcar metas, que debe cumplir el Estado colombiano, para que pueda ser admitido en la Organización para la cooperación y el desarrollo económico (OCDE).

El mismo informe resalta la abismal inequidad que sufre la población colombiana, que para la OCDE significa “uno de los principales problemas ambientales”, que padece Colombia.

El miserable estado de los servicios de salud pública convierte La Guajira, en una zona en condiciones de vida similares a las más marginadas de África. En Ruanda la tasa de mortalidad de menores de cinco años por cada mil nacimientos es de 55 y en esta península colombiana es de 45.

Otra muestra de la horrorosa inequidad que consume en vida al pueblo guajiro es la altísima desnutrición infantil, que azota a  18 mil niños en Manaure, 17 mil en Uribia y 2 mil en Riohacha la capital departamental, según cifras de la Defensoría del pueblo.

El Departamento nacional de estadística (DANE), reporta que entre el 2008 y el 2013, en La Guajira murieron 4.151 niños menores de 5 años: 278 por falta de comida, 2.671 por enfermedades que pudieron haberse tratado y 1.202 que no alcanzaron a nacer. La gran mayoría de ellos pertenecientes a las etnias indígenas Wayuu, Wiwa, Kogui, Arhuaco y Kankuamo.

Lo que no alcanza a analizar la CEPAL, es cuál es la relación existente entre la tremenda inequidad social que hay en Colombia, y la explotación sin medida de sus recursos naturales.

La Maldición Guajira lo explica todo, entre más riquezas naturales haya, más se enriquecen unos pocos, al tiempo que se empobrece la mayoría de la población.

Quitarnos de encima esta Maldición, que sufre La Guajira y todas las regiones de Colombia es obra de la movilización y la presión de las mayorías nacionales, hechas en contravía de la elite gobernante y de las empresas multinacionales, que se lucran con el saqueo de los Bienes comunes pertenecientes a todos los colombianos.

Déjanos tus comentarios


Código de seguridad
Refescar

Revista Kavilando

portrevkav16.1

Publicaciones

Slider

Afiliados a

clacso

cc

Visitas