Autor: Sandra Milena Montoya. El Mundo
Desde hace diez días, panfletos con amenazas de muerte intimidan a la población del barrio Belén Altavista y sus alrededores. La Policía, al ser consultada, no se pronunció sobre la procedencia de los panfletos.

Foto: Cortesía
Los habitantes del barrio Belén Rincón son desde tiempo atrás víctimas de vacunas y amenazas de diferentes grupos paramilitares.
En la Comuna 16, Belén, donde habitan aproximadamente 159.390 personas, han empezado a circular nuevamente panfletos con amenazas de muerte, particularmente contra miembros de comunidades Lgbti, pero también contra quienes los grupos de limpieza social de la zona consideran perjudiciales para el barrio como expendedores de vicio, marihuaneros, enfermos de VIH y habitantes de calle.
Las amenazas, que obligan a permanecer en las casas a partir de las 9 de la noche, se focalizan en el corregimiento de Altavista y en los barrios Belén Las Violetas, Buenavista, Aliadas y Belén Rincón, donde tradicionalmente han actuado las bandas delictivas “Los Chivos” y “Los Pájaros”, que desde hace varios años se han disputado el control del territorio.
Según Carlos Arcila, coordinador de la Mesa de Derechos Humanos de Medellín, organismo que denunció los hechos, en el panfleto no aparece ningún grupo armado atribuyéndose las amenazas, “este tipo de comunicados lo que hacen es generar pánico y zozobra entre la población, pero si no se alerta a las autoridades y la comunidad no está prevenida, se pueden generar hechos de violencia, como hemos visto, por ejemplo, con los habitantes de calle”.
Intolerancia social y falta de políticas de atención
Julio Rengifo, representante de la Mesa de Derechos Humanos de Belén, informó que se está indagando con las autoridades por la veracidad de estos panfletos y las medidas que se pueden adoptar para prevenir la pérdida de vidas por estas amenazas, ya que él mismo ha tenido que solicitar un aumento en su seguridad.
En los volantes, sus autores piden perdón por la pérdida de posibles vidas inocentes que resulten involucradas en los hechos delictivos.
Max Yuri Gil, investigador de la Corporación Región, dice que estos panfletos normalmente tienen dos orígenes. En el primer caso, grupos de comerciantes buscan generar miedo en un sector de la población que consideran perjudicial y que de alguna manera debe ser discriminado, sean prostitutas, drogadictos o delincuentes, “y en muchos otros casos, desafortunadamente, ha existido participación de la Fuerza Pública que impulsa o respaldan este tipo de acciones”, explica.
Fundamentalmente, lo que recomienda este investigador es que la Fiscalía debería investigar a las personas que realmente están involucradas en los hechos y lo otro que se requiere es la intervención de la Policía sobre esos grupos de población amenazados pues es muy importante que la fuerza pública no termine, por negligencia o por omisión, facilitando los actos de violencia.














