Por: Vicente Romano
La intoxicación lingüística tiene sus causas políticas y económicas. En la actualidad, el empleo encubridor del lenguaje no hace sino aumentar.
El estado de bienestar está en crisis y cambia radicalmente su naturaleza. Con ella cambia igualmente el lenguaje político. Se requiere un verdadero tour de force lingüístico para calificar de moderación o contención el genocidio del pueblo palestino a manos del ejército sionista de Israel, o de liberación a la ocupación no menos genocida y bárbara de Iraq por el fascismo usamericano.
La formulación de una noticia esencialmente mala de modo que parezca buena es lo que en política se ha llamado siempre retórica. Hoy día, cuando las malas noticias se acumulan, se hace imprescindible aplicar la fuerza embellecedora y encubridora del lenguaje político.
Pero lo cierto es lo opuesto. Si se analiza con detalle o detenimiento, el lenguaje lo revela todo. Un buen ejemplo lo proporciona el siguiente pasaje de Alicia en el país de las maravillas: “’ Cuando uso una palabra”, dijo Humpty Dumpty en un tono de voz muy superado, ‘ésta quiere decir lo que quiero que diga, ni más ni menos.’ ‘La pregunta es’ – insistió Alicia- ‘si se puede hacer que las palabras puedan decir tantas cosas diferentes.’ ‘La pregunta’ dijo Humpty Dumpty, ‘es saber quién es el que manda … eso es todo.’”
Ahora bien, el empleo deliberado del lenguaje para la confusión de las conciencias y la ocultación de la realidad es lo que se suele entender por manipulación.
Como hemos dicho en otra parte, en el contexto de la confusión y sumisión de las conciencias, la manipulación se entiende como comunicación de los pocos orientada al dominio de los muchos. Se manipula 4 Epístola universal a Santiago, 1, 22. 5 Cf. Romano, Vicente: La formación de la mentalidad sumisa, varias ediciones. © Vicente Romano 3 ©Vicente Romano cuando se producen deliberadamente mensajes que no concuerdan con la realidad social.
El uso manipulador del lenguaje es tan antiguo como el dominio de unos seres humanos sobre otros.
Todos los dominadores, magos, religiosos, políticos, económicos, intelectuales, etc., utilizaron las palabras para confundir, aterrorizar, ocultar y mantener la ignorancia sobre las verdaderas relaciones de dominio y explotación. De ahí la necesidad de desarrollar un pensamiento crítico, independiente.
Este principio forma también parte de la esencia de la educación. En el lenguaje de la educación, la economía, los medios, la política, etc., predominan los términos utilizados deliberadamente para confundir, para intoxicar las mentes.