Paramilitarismo en el Quindio, cauce o, ¿modelo de seguridad nacional?

Linea Conflicto Social y Paz

Por: Sara Leukos

¡Urgente -Mesa de dialogo  de los ciudadanos con el gobierno, en relación con el Paramilitarismo¡

AUC Bacrim

El  país debería mira a los  territorios con sus propias pupilas, el Estado con sus ventanas lo ignora. El paramilitarismo continúa como naturaleza de Estado.

El departamento del Quindío cuenta con 27 mil desplazados, actualmente  hacen presencian los paramilitares “Los  Urabeños”, quienes avanzan escaladamente asesinando selectivamente ciudadanos, constituyendo  “masacres agregativas”, los cuales, hacen presencia gradualmente en los territorios; constituyéndose  como fuerza militar en las localidades de barrios y veredas, donde se han asesinado  36 ciudadanos en lo que lleva ocurrido este año del 2016.(1)

Bajo este modelo multi-escalar, continúan en el territorio nacional, las amenazas y asesinatos a  líderes,  ciudadanos e integrantes de las organizaciones sociales bajo una configuración multi-variada de asesinatos selectivos, prevaleciendo el desplazamiento forzado focal de individuos en los  territorios (2). Esta configuración territorial en los  diversos espacios geográficos  es preocupante, dado los acuerdos de Paz previstos y  lo desarrollado entre el gobierno  y las FARC-EP en materia de Paz.

Los Paramilitares y su eje  militar no están solos, cuenta con una gran infraestructura multi-escalar en el territorio que permite la continuación de la facilitación del Estado. Lo más grave es que no se des-paramilitariza la naturaleza -misma del Estado colombiano y  se sigue hablando de un proceso de paz que avanza, donde los organismo internacionales garantes deben  poner atención ante este tema.

Las intenciones y la voluntad de los movimientos insurgente FARC-EP y el ELN, han generado una postura clara: el paramilitarismo debe acabarse para hablar de Paz,  lo demás a mi modo de ver, si no se cumple ello,  será un cuento bien contado, pero nada asimilable, mientras los fascios  no se acaben….

Los paramilitares en el  territorio nacional no están solos, hay un exclusivo acompañamiento militar, político y económico.

Hasta ahora, los gremios económicos nacionales que financian el paramilitarismo en los  territorios del Valle del Cauca, Córdoba, Antioquia, Atlántico, Meta, Cauca, Nariño, El  Quindío, entre otros departamentos, no  han sido tocados judicialmente. Un verdadero eco-paramilitarismo empresarial.

Solo algunos casos y excepcionalmente se puso sobre un plano mediático, la  multinacional Chiquita Brand,  quien estuvo seriamente comprometida en graves violaciones  de derechos humanos,  salió sin pena, ni gloria evadiendo la justicia sobre la financiación del paramilitarismo en la zona de Urabá, y la no ejemplarizante  multinacional Coca-Cola, ligada en la persecución laboral y personal a  líderes  e integrantes de sindicatos, los cuales han sido asesinados por más de dos décadas en la más completa impunidad. No hay responsables judicialmente, ni nunca hubo un boicoteo por sus productos en nuestro  país. (3)

Y no hablemos de las empresas  nacionales que  no han sido investigadas y mucho menos judicializadas por el Estado sobre su responsabilidad local en el  financiamiento de  los  grupos paramilitares. Una total impunidad por parte del Estado. Una degradación total del ser humano y más aún una sordera por  parte del Estado colombiano y en parte de  una gran sociedad indiferente e indolente, ante la ejecución execrable hacia miles  de hombres, mujeres, jóvenes, niños y ancianos pertenecientes a comunidades campesinas, indígenas, afros y mestizos  en manos  de esta horda de asesinos.

En ese plano yace el modelo neo-liberal y los tentáculos del capitalismo, versados  en  todo un modelo cuántico de eliminación: el fascismo con su carga.

Los ciudadanos deben convocar al gobierno Nacional   para que  responda por la presencia territorial de  las estructuras del  paramilitarismo-

EL paramilitarismo hay que acabarlo para que hay paz en Colombia. Así como el paramilitarismo es una organización con naturaleza del Estado para delinquir y asesinar, la sociedad debe converger  con ideas asociativas, con firme reunión de dialogo con el Estado colombiano  para que termine el  paramilitarismo en el territorio nacional.

Es  fundamental  que los ciudadanos  convoquen a una Mesa de diálogo bajo una Mesa Popular ciudadana (MPCP), para trabajar solo el tema del  paramilitarismo en los territorios. Ello merece una  atención urgente, es y será una apuesta por la paz. La vida por encima de cualquier interés.

Este tema es de competencia de toda la sociedad civil, no es exclusiva  de los movimientos insurgentes resolverla. Saquemos del closet el  tema paramilitar, hablemos de él abiertamente y  sobre una gran parte de la  sociedad civil,  la cual,  ha pesado  la muerte.

Es urgente y necesario  la voz de los ciudadanos en el tema paramilitar,  si es que se quiere la Paz en Colombia, una ruta en la voz que ha sido negada por posiciones uniseculares por  parte del Estado colombiano. Sí,  el Estado  no des-paramilitariza los  territorios no habrá paz. La sociedad civil le apuesta a la paz, como un presente histórico pero, si ello  no se cumple irremediablemente la rebelión armada bajo otros contenidos será la opción. Los pueblos pasivamente,  no deben  dejarse masacrar.

Es necesario que el Estado escuche las  voces ciudadanas, sobre quienes pesa el sufrimiento de la muerte de sus familiares, vecinos, amigos y el desarraigo geográfico impuesto sobre sus espacios de vida en: las manzanas barriales, los barrios, ciudades,  veredas, resguardos indígenas, consejos  comunitarios, donde  los paramilitares han perseguido  y asesinado a miles de ciudadanos.

El tema del paramilitarismo, hay que des-territorializarlo  como eje temático y darle una salida desde las localidades con  la población;  que día a día se ve vulnerada por las organizaciones armadas. Son ellos los que deben hablar, bajo  reuniones locales,    para empezar a dar una ruta de trabajo gradual sobre  este  tema: local,  regional y nacional con veeduría internacional.

No basta  denunciar, existen  miles  de folios, denuncias e investigaciones  nacionales e internacionales; la  pregunta-¿Cómo acabar el paramilitarismo? ¿En manos de quién está la responsabilidad? El  Estado tiene una responsabilidad y el gobierno de Juan Manuel  Santos debe acabarlo si quiere paz en los territorios. La paz no es  unilateral, ni los ciudadanos deben colocar sus vidas para consolidar el control hegemónico de una clase política o de los gremios económicos en la apuesta por  la Paz.

Estas voces civiles, son determinantes para la Paz.

Es la voz de los ciudadanos reclamando el derecho hacer escuchados, no como forma endógena, sino que se haga parte de una voz que imprime nuevas subjetividades, identidades de participación civil  e inserción social,  exógena y articulada en la  mesa por  el esclarecimiento y la responsabilidad en el tema paramilitar  en el territorio nacional.

Una población que no ha estado en una  senda militarista, pero que ignominiosamente  fue asesinada en sus territorios y aún se continúa  asesinando a integrantes de una población: campesina, indígena, afros e integrantes de  varios  sectores populares en el territorio urbano y rural, tiene su derecho alzar su voz ciudadana  y ser escuchados de manera incluyente en la ruta, sobre los  cordones de poder  contra-popular que  afianzan los grupos paramilitares en todo el territorio. 

El Estado debe escuchar estas voces, sino la Paz será un fracaso y  la responsabilidad de una fallida Paz no será de los  movimientos  insurgentes, sino del Estado mismo

Esta Mesa Popular Ciudadana interlocutora, civil , incluyente no solo  de los movimientos sociales, sino  también de esa población afectada en los barrios y las zonas rurales por  el paramilitarismo, debe servir como ruta metodológica, en lo acordado con las FARC-EP en la mesa de la Habana y el  posible  acuerdo con el ELN, en materia de Paz, el cual  debe dar luces al tema del paramilitarismo estatal, que bajo un modelo  neoliberal  el gobierno del presidente Juan Manuel Santos  continúa sin resolver la permanencia paramilitar en los territorios y que  se establecen sin compasión, arremetiendo contra todo los  integrantes del movimiento social y las diversas  comunidades en el  territorio nacional.

Es urgente y necesario hablar del tema multi-escalar del paramilitarismo en los territorios, en concordancia con las reflexiones de los movimientos insurgentes que ha significado estos, sobre la presencia paramilitar en los territorios,  y los grupos sociales que han avanzado en el tema.

Identificar tres tipos de líneas de trabajo para una Mesa Popular Ciudadana (MPCP) en relación con el  paramilitarismo: 

1-                    Las relaciones y determinaciones que se ejercen en la infra-estructura  geo-económica de los espacios sociales  urbanos:

Un avance de interlocución  con las localidades urbanas municipales: lo municipios  y las  voces civiles ante los territorios donde el paramilitarismo se ha radicalizando cada día en los  barrios, donde no son  fronteras invisibles,  sino espacios  geográficos urbanos de guerra visibles. Este punto implica, la generación de  interlocución  no solo lo estipulado en la mesa de víctimas, ni bajo la exclusión de una  veeduría,  sino por la instancia trazar  por prioridad dado los alcances de violencia en los territorios y de manera urgente una agenda especial de participación que bajo una Mesa Popular Ciudadana-Contra  el Paramilitarismo (MPCP), complemento a  lo acordado en la Habana con las FARC-EP y con lo expuesto por el movimiento insurgente del  ELN en el tema del paramilitarismo. El tema de la  estructura estatal  e  incidencia  territorial paramilitar por parte de una ciudadanía afectada. Esto  implica de un lado, desestructurar  la  presencia de la financiación geo-económica  multi-escalar urbana: las pequeñas localidades urbanas deben intervenir temáticamente al interior de cada municipalidad en la  estructura del paramilitarismo estatal, sobre el gran contra-poder que el Estado ha generado en los territorios.  En este sentido, los sistemas económicos  que intervienen de manera directa en la composición socio-espacial  de la comunidad vulnerada y en segundo lugar, la identificación geo-militar, en el cual, se  ejerce un agenciamiento de guerra militar represor  y eliminador  de ciudadanos hacia las localidades, los  barrios, el cual ha implicado una ofensiva dirigida y  localizada en las comunas de los municipios.

 

2-                    La Des-territorializacion Paramilitar:

 Es la reflexión geográfica  sobre la polarización  territorial  y la continuación de agentes  paramilitares en  territorios rurales, implica un diálogo sobre la tensión que impera sobre los espacios geográficos vividos por las comunidades: territorios indígenas, consejos comunitarios y  comunidades  urbanas, (LGTB, cabildos indígenas urbanos, líderes, desplazados, y ciudadanos).

Es la acción que debe ejercer los ciudadanos sobre el tema paramilitar y la responsabilidad del  Estado  en desestructurar geográficamente  la incursión armada –paramilitar. En este contexto, son las vías a generar  no solo garantías territoriales como la libre circulación, el derecho a la vida, la ejecución de proyectos  como una acción por  la vida, el derecho individual y colectivo, sino acciones locales territoriales para el   esclarecimiento  y la garantía a  la comunidad  sobre la   des-territorializaciòn en la  paramilitarización de los diversos espacios  geográficos de vida. Esto  implica generar acciones sobre las localidades, sujetas y vulnerables  al paramilitarismo. Los ciudadanos en un trazo de histórico, deben  participar en ejes temáticos bajo una  ruta gradual sobre los componentes de cada territorio en: las implicaciones y presencia del paramilitarismo en los resguardos indígenas, comunas, cabildos urbanos, consejos comunitarios, sectores populares, ciudadanos, para generar acciones de derechos y legitimidad territorial ciudadana.

Esta ruta implica, identificar la presencia armada de grupos paramilitares, los ejes de financiación, el agenciamiento estatal por parte de sectores militares y de la policía,  como ejes  de represión  territorial en las zonas rurales y urbanas. La comunidad sabe quiénes hacen a diario la guerra de Estado., ahora no es allanarse de tanto experto, los ciudadanos  de a pie, tienen identificado las acciones de  los organismos represores y eliminadores. El Estado desde los municipios más vulnerados sobre la presencia paramilitar, debe con urgencia atender formas de inserción   y atención en el tema de la paz a los ciudadanos y no proteger a grupos  armados de paramilitares. Hay que esclarecer y eliminar las fuerzas paramilitares en los territorios,  si se desea la paz.  El Estado debe colocar atención a las voces ciudadanas, que salen como tensión hacia una  nueva subjetividad de paz.

3-                    El tema de garantías de participación política  y social de la comunidad:

Implica una reflexión local desde los municipios,  no solo de los líderes de los movimientos sociales, quienes  representan  las  mesas de los movimientos sociales, sino los ciudadanos del común, de pie,  que están siendo afectados, en su cotidianidad, en su diario vivir, expuestos   por  el fenómeno paramilitar tanto de las comunas urbanas y de localidades  rurales. Es la voz de la comunidad, en relación con los organismos del estado, la insurgencia por la paz, los movimientos sociales de la población indígena, afro, LGTB, campesinos, ciudadanos del común los cuales, en esta ruta de diálogo,  debe insertarse  hacia  mesa locales de participación ciudadana contra el paramilitarismo, pues son ellos los  que se ven  enfrentados día a día por el  fenómeno paramilitar. 

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    Esta masa silenciada de los muertos no era temida antes como si de algo inanimado se tratase. Se suponía que en otra parte continuarían viviendo a su manera, de nuevo todos juntos, y en el fondo debía ser una vida semejante a aquella que uno mismo había conocido. Los enemigos que yacían como cadáveres representaban así para el observador el caso extremo de una masa retenida. Elías Canetti en Masa y Poder. Un homenaje sincero  a mí amada y bella Doris Q.E.P.D.

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¡La triste victoria de la animalidad doméstica por la Fuerza!....

Anticiparse a la derrota, es el triste recurso de los pueblos  que no merecen  ni el honor de ser vencidos.

Luchar o abdicar.

Vencer o perecer.

Unirnos o morirnos.

La unión o la  desaparición.;

 he ahí el inexorable dilema ;

es necesario escoger;

escojamos…..

(José María Vargas Vila- Los Bárbaros.- Escritor colombiano)

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Nota:

1.            Ver sobre esto último la crónica  del Quindío : http://www.cronicadelquindio.com/noticia-completa-titulo-35_homicidios_en_el_quindo_durante_el_primer_mes_de_2016-seccion-la_judicial-nota-95721.htm

2.            40 personas desplazadas en Armenia en este año. Conversación con un líder.

3.            Un dato curioso, hace 15 años ante la  arremetida  de las masacres en Urabá,  una cadena de restaurantes en Miami decidieron no incluir  en su menú el banano, declarándose en contra de las masacres. (Versión de un gran amigo   John Edison Rivera Q.E.P.D.). En Colombia el circuito de consumo  de los  mercados  nacionales, se hicieron los sordos, pusieron a  consumir  banano al resto de los colombianos,  con la sangre de cientos de hombres asesinados. Un eco-paramilitarismo.

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