Por: Yeny Pino - Kavilando
Situación de las comunidades campesinas del Norte y Bajo Cauca Antioqueño
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El problema de los campesinos en Antioquia se enmarca en una absoluta indiferencia de los gobernantes frente a sus necesidades básicas y solo los tienen en cuenta para los tiempos de elecciones, para que recojan gallinas y semillas en las UMATAS o secretarias de agricultura, o cuando los van a despojar de sus tierras, ya sea a través de grupos armados legales o ilegales, y ahora para legitimar los acuerdos de paz de la Habana.
En las regiones los campesinos se han visto abocados a quiebras en su producción agrícola, esto debido a los bajos precios de sus productos y los altos costos de los insumos, lo elevado de los fletes y la poca infraestructura como carreteras y centros de acopio, lo que ha generado, en muchas regiones, un traslado de la economía de los campesinos hacia la producción de hoja de coca como producto de subsistencia de sus familias.
Frente a esta situación, los gobiernos nacionales con apoyo de gobiernos internacionales, han desarrollado diversas políticas y planes de arrasamiento de estos cultivos de uso ilícitos como el “Plan Colombia”, la sustitución de cultivos ilícitos por mercancías como palma de aceite, caucho, maderables, biocombustibles, entre otros, para el comercio internacional, las fumigaciones aéreas y la erradicación manual. Al evaluar, el desarrollo de dichas políticas y planes de sustitución tenemos como principal conclusión que estos no han logrado avanzar en lo más mínimo en la solución del problema y, por el contrario, han agudizado sus causas que tienen que ver con la quiebra de la economía campesina y la miseria de los y las trabajadoras del campo.
Ricardo Vargas en un estudio realizado en el 2010 plantea que:
“Aunque los núcleos de inversión y desarrollo de estas estrategias se centraron en el sur del país, en todo el territorio se implementaron programas pilotos de sustitución de cultivos ilícitos, principalmente a partir de la siembra de cacao y caucho con fracasos nuevamente para el campesino, teniendo en cuenta que en la mayoría de lugares no se les cumplió con el suministro de insumos, ni subsidios, ni bonos alimentarios como lo prometían al iniciar los programas de sustitución” . Ricardo Vargas Meza. “Desarrollo alternativo en Colombia y participación social: propuestas hacia un cambio de estrategia”. Dialogo inter-agencial en Colombia. Bogotá, Colombia, Septiembre de 2010.
Con el proceso de paz se intenta dar nuevamente “solución al problema de los cultivos de uso ilícitos”, pero, día a día, se hace evidente la falta de interés y voluntad por parte del gobierno nacional de hacer las cosas de otra manera, siguen sus prácticas de represión e hipocresía. Muestra de ello es la denuncia que hacen las asociaciones campesinas del Bajo Cauca y Norte de Antioquia en las últimas semanas (1), donde a pesar de lo pactado frente al tema de sustitución paulatina de los cultivos de uso ilícito, para no afectar la economía y la seguridad alimentaria de los campesinos y campesinas, el estado sigue adelante con el programa de erradicación manual en contra de la voluntad de los campesinos, sin alternativas económicas para los mismos, lo que está generando el desplazamiento forzado de las familias hacia los cascos urbanos a buscar el sustento.
Y lo más grave es que esta desconociendo los procesos comunitarios y territoriales de sustitución de cultivos de uso ilícitos que han venido adelantando autónomamente las comunidades, ya que ellas son conscientes que son las más perjudicadas con esta economía ilegal, debido a que han perdido tranquilidad, desmejorado la salud, se han afectado los cultivos de pan coger con las fumigaciones y ha llegado la guerra a sus veredas.

Foto: Encuentro de campesinos y campesinas. Barbosa, Ant. 2012
En el año 2012, las asociaciones campesinas del Norte, Nordeste y Bajo Cauca, iniciaron un proceso autónomo de sustitución de los cultivos ilícitos de la región.
Las comunidades partieron de un análisis colectivo sobre los perjuicios que se estaban viviendo con la producción de hoja de coca y las fumigación, y así motivaron entre los campesinos, propuestas de sustitución paulatina, de lo cual se concluyó lo siguiente:
Aspecto | Problemas generados |
Soberanía alimentaria | Con las fumigaciones con glifosato se han afectado los cultivos de pan coger, los peces y las fincas de ganado, llevando a que las personas se desanimen para sembrar comida en sus fincas, y se vean más tentados a la producción de la hoja de coca, siendo esto evidente en el incremento de producción en la zona donde se desarrollaron las fumigaciones aéreas. |
Medio Ambiente | Se han afectado las diferentes especies de la fauna y la flora, los bosques, las aguas, por ello, se están produciendo enfermedades en toda la población. |
Organización | Debido a que los cultivos ilícitos sostienen económicamente a los campesinos se rompe con las formas de solidaridad anteriores entre vecinos, porque ya cada uno resuelve lo de su familia con la plata de la hoja. “Hemos perdido tranquilidad, ya que en este negocio tienen que ver personas extrañas al territorio”. “Además que es ilegal”. “Hemos tenido detenciones de nuestros campesinos por narcotráfico”. |
Económico | Los cultivos ilícitos han generado un sustento económico que no es posible con los cultivos lícitos. El estado no resuelve el problema al declararlos ilícitos; por otro lado el glifosato nos contamina el ambiente, destruye los cultivos lícitos, causa daños en la tierra y afecta la economía ganadera y la agricultura. |
Cultura | Antes se vivía del jornal, con buena salud, se producía el pan coger. Con la llegada de la coca se dejó de sembrar comida, nos dedicamos a conseguir plata únicamente y los jóvenes de hoy ya no saben sembrar comida, ni trabajar la agricultura. |
Salud | Con las fumigaciones se producen alergias, esteriliza los animales, dolor en los ojos, alergia en el ganado, forúnculos conocidos comúnmente como “nacidos”, dolor de cabeza y en el cuerpo en general, fiebres. |
A partir de allí, se empezó a construir propuestas como: retomar la producción de alimentos en las regiones y cría de especies menores, teniendo en cuenta las diferencias vocaciones agrícolas y la productividad. Dentro de esta tarea se desarrolló pequeños planes en comunidad para promover la siembra de plátano, yuca, maíz, frijol, arroz, caña y lo que conocemos como huertas caseras, cebolla, tomate, cilantro etc., por familia y otra en un terreno colectivo, además de construir estanques comunitarios.

Fotos: Convites para la construcción de huertas comunitarias. Norte de Antioquia. Octubre 2012

El desarrollo de estas experiencias permitió comprender que:
Hay jóvenes campesinos que se han formado en la cultura de la coca, por tanto, no son agricultores y no saben sembrar comida.
La productividad de la tierra ha disminuido por las fumigaciones aéreas y el manejo de venenos en la administración de los palos de coca y esta práctica se está haciendo habitual en los cultivos agrícolas afectándose cada vez más la soberanía alimentaria.
La relación del campesino con la naturaleza ha cambiado, se solucionan los problemas de plagas, cazadores etc. con la destrucción de los mismos, ya sea con venenos u otros, más que tratar de equilibrar el ecosistema.
La alimentación de la población es muy pobre en cantidad y calidad.
La salud de las personas se ve afectada por el uso permanente de químicos y venenos, a parte de las virosis que quedan en el ambiente después de cada fumigación con glifosato y están afectando por igual a niños, jóvenes, adultos y ancianos.
Los programas de sustitución de cultivos ilícitos que se vienen promocionando a través de las administraciones públicas, han sido proyectos fracasados, que le han hecho perder al campesino trabajo y dinero, y lo más importante su vocación, lo que ha generado desconfianza hacia estos programas estatales, generándose el efecto contrario y es más arraigo a la producción de coca.
Es necesario la comercialización de los productos agrícolas de manera que genere un ingreso suficiente para los productores y sus familias, es posible desarrollarla iniciando localmente y con una expansión gradual hacia la región.
Y lo principal, y que confirmamos al día de hoy, que el gobierno nacional no estaba, ni está interesado en replantear sus formas de intervención a partir de sus fracasados “proyectos productivos” que han quebrado a los campesinos, y la erradicación manual, ni darle dinámica a dichas iniciativas comunitarias que son el aporte de estas familias desde sus territorios para solucionar esta problemática nacional, lo que hace muy difícil el sostenimiento y la ampliación de dichos planes comunitarios; la falta de interés real, seriedad y transparencia de los gobiernos locales, departamentales y nacionales hace que el problema se agudice, y la hoja de coca siga siendo casi la única opción para la subsistencia en muchas regiones.
Notas.














