Por: Alfonso Insuasty Rodriguez*
Las juntas administradoras locales son un privilegiado espacio para apalancar la participación efectiva de las comunidades hoy, parece ser, ya no son Juntas, ni Administradoras, ni mucho menos locales. Es clave entonces repensar su función en el Pos Acuerdo

El pasado viernes 19 de mayo en la universidad de San Buenaventura Medellin, la Federación Antioqueña de Ediles, la Clínica Jurídica de la Universidad, el grupo de investigacion Kavilando y la Red Interuniversitaria por la Paz (Redipaz), realizaron un encuentro Regional de Ediles que deja varias reflexiones y una gran pregunta sobre una figura esencial para pensar y potenciar la participación en un contexto de transición, de implementación de los acuerdos alcanzados entre el Gobierno y las FARC-EP, igual, dicha pregunta por la participación, es el eje central en la mesa de negociación entre el ELN y el Gobierno.
Juntas de Acción Comunal (JAC), y Juntas Administradoras Locales (JAL), estas dos figuraas comúnmente se comprenden como una sola, vale la pena hacer la diferencia entre una JAC y una JAL.
La Junta de Acción Comunal, es el espacio de primer orden, donde los sujetos tienen la posibilidad de construir alternativas de solución a los problemas enfrentan en sus territorios, su comuna, vereda, barrio, en su comunidad.
Las JAC se crearon en 1953 para tener ese contacto necesario con las comunidades. En ese tiempo Colombia vivió el periodo de la violencia, en el que muchas personas comenzaron a desplazarse a las ciudades en busca de otros lugares en los cuales lograran desarrollar su vida, por tal razón surge la necesidad de organizar a la población. Allí nacen las Juntas de Acción Comunal, que pretenden no solo organizar a las personas sino buscar beneficios para los ciudadanos. En un inicio, las JAC se dividían por barrios, tenían otro tipo de reglamentación e inclusive tomaban decisiones presupuestales. Pero en el 2002, cuando se ajusta la norma comunal, que es la que rige en este momento, es donde varían las cosas. Ahora se organizan por territorio, lo que ocasiona que un barrio pueda tener varias juntas de acción comunal. (Redaccion El País, 2016)
Orlando Fals Borda ubica el nacimiento de esta figura, en la facultad de Sociología de la Universidad Nacional, a finales de la década de los cincuenta y el lugar donde tuvo su primera aparición fue la vereda de Saucito, en el municipio de Chocontá.
Los fundadores de lo que conoce como Juntas de Acción Comunal fueron Camilo Torres Restrepo quién, además, en 1960 fundó el Movimiento para la Promoción Comunal (MUNIPROC) y en 1961 el Consejo inter-facultades para el desarrollo de la comunidad, así mismo Orlando Fals Borda, Luis Sandoval y Luis Emiro Valencia en la Universidad Nacional.
Por otra parte, una Junta Administradora Local (JAL) se definen como «corporaciones administrativas de carácter público, de elección popular» y se integra como parte de la estructura del Estado colombiano, dentro de la Rama Ejecutiva (con funciones normativas y de control político) en el orden territorial. Las JAL fueron consagradas por la Ley 136 de 1994.
Las Juntas Administradoras Locales en Colombia tienen dentro de sus funciones las siguientes:
Distribuir y apropiar las partidas globales que se asignen en el presupuesto anual del Distrito Capital a las localidades teniendo en cuenta las necesidades básicas insatisfechas de su población.
Vigilar y controlar, la prestación de los servicios distritales en su localidad y las inversiones que en ella se realicen con recursos públicos.
Cumplir las funciones que, en materia de servicios públicos, construcción de obras y ejercicio de atribuciones administrativas les asignen la ley y les deleguen las autoridades nacionales.
Promover la participación y veeduría ciudadana en el manejo y control de los asuntos públicos.
Se trata de dos figuras y espacios donde la comunidad debe discutir sus necesidades, sus problemas, administrar lo público, administrar sus dificultades a todo nivel, es un espacio propicio para construir comunidad, territorio, desarrollo autónomo, valores comunitarios, dignidad.
¿Qué queda de estos espacio hoy, en medio de una Colombia que sueña transitar hacia la Construcción efectiva de una paz estable y duradera?
Es claro que “la participación”, la ampliación de la democracia, es un eje de lucha y un reto para una sociedad que aspira vivir condiciones reales para construir la Paz, una paz participativa y transformadora; dicha tarea se expresa tanto en cada uno de los puntos acordados entre las FARC-EP y el Gobierno nacional, y de esta misma forma, emerge como eje central de la Agenda de negociación entre el ELN y el Gobierno, un eje importante y central para construir escenarios de paz.
Por eso se hace vital y primer orden repensar estas figuras.
Si bien, esas figuras son el pilar de la participación, y están concebidas como el núcleo básico de la democracia participativa, hoy en el caso de las JAL, pues, como queda claro en las ponencias y debates de este encuentro regional de Ediles, ya no son Juntas, pues su división interna y con las comunidades es notorio y visible, no son Administradoras pues hoy son instrumentalizadas por los partidos políticos que ejercen sobre ellas todo el control y por ende, tampoco Comunales, pues son cooptadas como estrategia para el juego electoral, este este punto el que ha permitido que toda la dinámica clientelar, la cultura de una suerte de política mal intencionada y torcida, se empotre hasta el tuétano social, pues, esta lógica llega vía captación de partidos hasta esta base fundamental de la participación que cruza lo no instituido con los instituido. (Insuasty Rodriguez & Borja Bedoya, 2016)
Es claro que hoy en Colombia, sobre sale más el Estado (figuras normadas) que públicos organizativos capaces de poner condiciones y transformar el país, las políticas giran en la creación de más instituciones inútiles, más figuras institucionales, una suerte de “movilidad institucional” como muy bien lo advierte el profesor Ramiro Velez (2017), es esa capacidad que tiene el estado de adaptarse y ficcionar acciones que dan supuestas respuestas a los centrales problemas del país pero vacías de dientes en lo concreto. Esto es posible gracias a la ausencia de Publicos organizativos y de verdaderas agendas públicas. (Barrera Machado, Borja Bedoya , & Insuasty Rodriguez, 2017)
Hoy en escenario de pos.acuerdo y en medio de un proceso que se adelanta con el ELN, esta figura debe replantearse, ganando autonomía, quitarle el peso que lleva, esa dura cruz de ser utilizados por los concejales, congresistas, los partidos, gamonales políticos, esta figura debe re-direccionarse, ganar en capacidad y autonomía, recuperar su razón de ser desde cuando fue pensada. (Barrera Machado, Borja Bedoya , & Insuasty Rodriguez, 2017)
y es que es un hecho que la paz se construye, no es una labor exclusiva de los armados incluyendo al Estado, es una tarea social.
Las ciudades al igual que el campo, hoy viven serios problemas, serias confrontaciones armadas barriales, exclusión, pillaje, tráfico de drogas, entre otros muchos problemas; es en cada comuna donde debe nacer todo tipo de propuestas que instauren y construyan en lo cotidiano esa paz estable y duradera, esa paz transformadora, de estos ejercidos amplios y diversos pueden nacer figuras como las mesa de concertación, de negociación abierta y permanente para escuchar, escucharse, escuchar a otros, debatir y lograr de manera autónoma soluciones, exigir otro tanto al estado - administración, pero sobre todo, organizar esos núcleos organizativos, esos Publicos, capaces de construir agendas sociales, sectoriales, encaminadas a la consolidación de verdaderas agendas públicas, esa que definen el uso y disposición de los recursos y la proyección socio política de cada sector, barrio, comuna , territorio. (Tulio Gilberto & Insuasty Rodriguez, 2014)
¿Queda la pregunta si es necesario reformular, repensar, recuperar en la práctica, estas figuras: JAL, JAC, Ediles como uno de los escenarios clave, en la construcción de paz participativa, estable y duradera? o, es necesario ¿crear espacio alternos?.
Referencias Bibliográficas.
Barrera Machado, D., Borja Bedoya , E., & Insuasty Rodriguez, A. (2017). Participacion y paz. Medellin: Kavilando. Obtenido de http://kavilando.org/images/stories/libros/Participacion-y-Paz.pdf
Insuasty Rodriguez, A. (13 de Febrero de 2011). Soberanía popular en nuestros territorios. En defensa de la vida, el territorio, el agua, la cultura. Kavilando, 3(1), 4-6. Obtenido de http://kavilando.org/revista/index.php/kavilando/article/view/141/125
Insuasty Rodriguez, A., & Borja Bedoya, E. (2016). Retos para las organizaciones sociales en un escenario de transición en Colombia. Kavilando, 8(1), 20-27. Obtenido de http://kavilando.org/revista/index.php/kavilando/issue/archive
Tulio Gilberto , A., & Insuasty Rodriguez, A. (2014). La tarea es fortalecer la participacion social y popular. El Ágora USB, 329-336. Obtenido de http://revistas.usb.edu.co/index.php/Agora/article/view/44/35
Universidad Nacional. (2008). En la UN nacieron las juntas de acción comunal. Obtenido de historico.cartauniversitaria.unal.edu.co: http://historico.cartauniversitaria.unal.edu.co/ediciones/28/03carta.html
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*Docente investigador Universidad de San Buenaventura, integrante del grupo autónomo Kavilando, e integrante de la Red Interuniversitaria por la Paz (REDIPAZ)














