Movilización social y popular por la dignidad de los presos Continuamos desnudando las carceles del país

Linea Formación, Género y luchas populares

Hacemos llegar nuestro fraternal saludo y nuestro agradecimiento, a los organizadores y  participantes en esta marcha por los Derechos Humanos y la dignidad de la población reclusa, por darnos la posibilidad de expresarnos.

Ante esta nueva realidad de tiempos de paz, saludamos los esfuerzos que vienen haciendo gobierno e insurgencia para buscar una salida política dialogada  al conflicto social y armado que vive la patria, y nos sumamos a esos anhelos de reconciliación nacional.

Trataremos en pocas palabras de hacer una panorámica de la realidad de las cárceles en Colombia, donde en muchas ocasiones se pone en práctica la costumbre de barrer para debajo de la cama.

Las cárceles colombianas están rodeadas de grandes muros, de concertinas, alambradas de púas y mayas electrificadas, que no solo encierra los presos, sino que también oculta la realidad que se vive al interior de las mismas. Por eso el ingreso de quienes quieren averiguar sobre esa realidad es muy restringido y cuando logran hacerlo se encuentran con un maquillaje perfectamente preparado para ocultar la verdadera cara del problema.

Por tales razones los medios de comunicación, no informan objetivamente sobre este fenómeno y cuando lo mencionan es demasiado marginal frente a las demás noticias.

La dirección nacional del INPEC y el ministerio de justicia minimiza el problema del hacinamiento, pretendiendo solucionarlo con la construcción de más cárceles o repartiendo el hacinamiento en todas las demás prisiones sin importarles la clasificación de los internos.

Frente a la salud, el INPEC oculta la realidad y reduce a cifras frías el problema, argumentando que solo se muere un pequeño porcentaje de la población reclusa y atribuye como causas de enfermedades mentales y casos de suicidio al abandono familiar, cuando es el mismo INPEC quien aleja al preso de su entorno familiar abruptamente.

En la cárcel de bellavista en los últimos años han fallecido más de cincuenta internos por inasistencia y negligencia en la prestación del servicio de salud, por parte del INPEC y CAPRECOM. Y desde ya los responsabilizamos de estos grabes hechos mencionados.

Alertamos a los organismos de control y de Derechos Humanos, para que intervengan en este asunto, debido a que la situación en materia de salud en esta cárcel continuará agravándose y la cuota de muertes por parte de los penados seguirá creciendo sino se resuelve de fondo el  problema de salubridad que padecemos. En el momento, el servicio médico al interior del penal sigue en crisis, debido a que METROSALUD renuncio y asume de nuevo CAPRECOM, que ya demostró su incompetencia frente al problema.

La salida a esta crisis carcelaria no se ve venir y la mayoría de congresistas y el ministerio de justicia solo piensan en penalizar conductas y aumentar las penas ya existentes, en un esfuerzo desesperado por seguir escondiendo el problema social, tras muros y rejas.

Por eso, se asegura hasta hacerlo creer que la pobreza y la exclusión política y social no son razones para delinquir, y se le oculta la verdad al pueblo colombiano sobre el costo y despilfarro de dinero en el sostenimiento del sistema penitenciario. Mientras se recortan presupuestos, en educación, salud, vivienda y servicios públicos; pues las cifras nunca se hacen públicas para que no se sepa que prevenir cuesta menos que penalizar. Importante anotar que  en un preso el Estado se gasta cerca de doce millones de pesos al año, mientras que para formar profesionalmente a un estudiante, solo cuesta un promedio de siete millones de pesos.

Pero para la burguesía colombiana es más rentable tener presos que formar a los futuros líderes  que ayudaran a guiar el pueblo en la búsqueda de una verdadera paz con justicia social, soberanía y autodeterminación. Cambios que en el fondo a los que ostentan el poder político, económico y mediático no les conviene.

Por estas razones expuestas, consideramos que campañas como cárceles al desnudo y demás acciones  encaminadas a visibilizar la situación carcelaria y sus posibles soluciones se deben seguir fortaleciendo para demostrarle al país y a la comunidad internacional, la verdadera situación del sistema penitenciario colombiano, poniendo al descubierto la ineficacia del mismo, en el cumplimiento de los preceptos constitucionales, en cuanto al respeto de las garantías personales, la dignidad humana y demás derechos en general.

Debemos seguir denunciando la ineficacia del sistema penitenciario reflejado en el índice de reincidencia delincuencial de los pos-penados y el aumento de la misma. Por lo que a través de marchas y foros sensibilicemos a la sociedad para que exija al Estado colombiano no esconder el problema sino buscarle soluciones a través de la discusión, y la implementación de políticas equitativas  que permitan que nadie se vea en la obligación de delinquir. Habrá que seguir marchando y desnudando el problema para que el mundo nos conozca tal como somos y no como se nos pretende hacernos ver.

Para buscarle una verdadera solución de fondo a esta grave crisis carcelaria debemos exigir del gobierno y las autoridades penitenciarias, que echen a andar las propuestas presentadas por algunos congresistas, como el cabal cumplimiento de los subrogados penales, la excarcelación de madres cabeza de familia, ancianos, enfermos terminales etc., que en las estadísticas ya presentadas suman más de treinta y tres mil libertades.

También que el congreso de la república  busque la aprobación del proyecto de ley que contempla la rebaja del 20% de las penas para todos los penados del país. Y de manera urgente se aplique la regionalización de los penados, medida que le ahorraría muchos recursos al INPEC y humanamente reencontraría a los reclusos con sus seres queridos.

Exhortamos al comité de Solidaridad con los Presos Políticos y demás organizaciones sociales y populares, a continuar acompañándonos en esta larga brega por la defensa de los derechos humanos. También es de mucha importancia seguir participando en los debates públicos donde el Comité de Solidaridad con los Presos Políticos viene jugando un papel protagónico exponiendo en el congreso de la república  y organismos de Derechos Humanos nacionales e internacionales la difícil situación carcelaria.

La crisis en las cárceles es el reflejo de la crisis de la sociedad colombiana, donde la salida no es seguir construyendo mega-cárceles sino resolver de fondo la situación social de los excluidos de nuestra patria.

Movimiento Nacional Carcelario.

Cárcel Bellavista

Septiembre 24 del 2012

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