El paro Agrario, étnico y popular: acuerdos de la Mesa Única Nacional.

Linea Formación, Género y luchas populares

Por Sara Leukos. 

Después de 12 días del Pro de los pueblos indígenas, campesinos, afros y sectores populares llegan a un acuerdo, después de tres días, bajo una Mesa Única Nacional donde se precisan las siguientes  líneas del acuerdo:

1.            Un Acuerdo sobre el tema Minero -Energético Nacional: se busca un análisis de los títulos de explotación y exploración de minerales e Hidrocarburos

2.            Medioambiente: construir un mecanismo de aplicación de las sentencias de la corte en materia de revocatoria de licencias y protección de territorios, páramos, cuencas hidrográficas, y tierras de vocación agrícola.

3.            Paz y Derechos Humanos –Construcción de la CACEP, como mecanismo consultivo y de participación decisoria de la sociedad en el proceso de construcción de Paz.

4.            Garantías en Derechos Humanos:  No estigmatización de la Cumbre Agraria Campesina étnica y popular, ni vincularla con grupos armados. Garantías de la protesta social. Gobierno –Naciones Unidas en un marco jurídico para garantías de la protesta social.

5.            Tierras, territorios colectivos y ordenamiento Territorial:  ruta del reconocimiento de los campesinos como sujetos de derechos. Viabilizar mecanismo para el reconocimiento de figuras de territorialidad agraria como Zonas de reserva Campesina y Territorios Campesino Agroalimentarias. Derogar la ley Zidres

6.            Restitución de tierras para los campesinos, indígenas y afros (punto de conversación al día 12 de junio).

EL paro y la movilización de la Minga, es sin duda un reto para el gobierno de Juan Manuel Santos,  ante el   histórico ordenamiento territorial que proponen las comunidades como modelo económico y de desarrollo. Esta propuesta de las comunidades en su  pliego  implica,  necesariamente la inclusión de los planes  de  vida  de  las comunidades indígenas, campesinas,  afros  ante los organismos  del Estado. El gobierno de Juan Manuel  Santos  debe realizar acciones de política pública  y efectividad presupuestal para validar  el pleno goce de los derechos de las comunidades como “sujetos de derechos”· 

La Cumbre Agraria: territorio multi-escalar de resistencia.

Actualmente, los territorios  multi-escalares de movilización de la Minga nacional  son el gran nudo central para el gobierno neoliberal  de Juan  Manuel Santos,  ante los reclamos  de las comunidades.

Los  6 puntos  referidos en el pliego  ante el gobierno, permiten abordar  dos elementos esenciales que  toman un cauce territorial de resistencia: de un lado, el gobierno no ha cumplido lo pactado en territorios regionales y de otro,  la impositiva implementación de un Plan Nacional de Desarrollo 2014 -2018 de corte neoliberal, ineficaz y totalmente ajeno al curso territorial de las comunidades, el cual se impone bajo una línea para impedir los pliegos comunitarios e involucrarlos en un proceso de paz. 

En Colombia, no hay una política pública consultiva sobre los planes de vida  de  las  comunidades  y  los  territorios diferenciados e inter-étnicos.  Las instituciones ministeriales, ni  la legislación del congreso  jamás han propugnado por un diseño participativo local, regional para implementar una política pública  nacional de las comunidades  étnicas. 

En algunas ocasiones se ha realizado, pero bajo una labor  técnica,  pero ello no es consulta,  ni participación, vivo  ejemplo,  los  llamados  mapas sociales  realizados desde las instituciones  gubernamentales  municipales.

Ello es un exabrupto  y una falta de respeto  para  los derechos de las comunidades,  pues  estas no  saben que  se  hace con esto, ni para que les va a servir de manera actuante o práctica. 

Los  tecnócratas  están equivocados con  los  territorios. Un territorio es más que una delimitación,  es todo un contenido “desde  dentro”,  es una población y el corazón de un pueblo  que piensa políticamente, camina bajo signos culturales  y se construye fractalmente en espacios geográficos.  No hay que enredarse.  No existe aún en  Colombia un modelo  participativo gradual   hacia la modelización de los  territorios  con democracia.

 Es necesario,  en el  escenario del  próximo 17 de junio en las instalaciones del ministerio del Interior en Bogotá con los ministros o viceministros de Agricultura, Interior, Ambiente y Vivienda, así como el tema para bordar  sobre la efectividad del Departamento Nacional de Planeación ( DNP), evaluar las peticiones de las comunidades y avanzar hacia la construcción de un mecanismo que permita hacer un seguimiento de lo pactado.

 Estas interlocuciones con el gobierno, no deben  quedar en deseos, ni formas diletantes,   si no que  sean  efectivas  para  el  encuentro  del  22 de  junio con el  presidente Juan Manuel Santos  y este viabilice  el camino de participación  de manera política la agenda  de lo pactado  sobre  los hechos in-atendidos y omitidos por el Estado. El reto es grande políticamente,  para que  la inclusión  sea verificable de  los campesinos, indígenas  y afros como sujetos de derechos. Los  pueblos  han sido víctimas del abandono del estado. El  derecho de  las victimas del país, debe trazarse como una gran línea territorial, incluyente y de acción por reconocer los derechos de manera activa y efectiva de las comunidades.

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