En este Día Internacional de la Democracia, reflejamos el deseo humano de dignidad, inclusión y libertad que ha impulsado a millones de personas en el mundo árabe a exigir cambios.
Se han perdido muchas vidas, y aún se siguen perdiendo, a medida que los regímenes y los opositores se enfrentan entre sí.
Túnez, Egipto, y ahora Libia, se encaminan hacia una nueva era, y enfrentan el desafío de construir sociedades, economías y sistemas de gobernanza más inclusivos.
Ello implicará el fortalecimiento de los órganos legislativos y judiciales, el fomento de la transparencia y la responsabilidad en todos los niveles de gobierno, la creación de nuevas instituciones, y la reforma de los sistemas políticos y económicos en general.
El cambio de sistemas autoritarios a sistemas más participativos requiere tiempo, y se producirán baches en el camino. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) puede aportar la experiencia que ha adquirido trabajando en muchos países en transición.
El 29 de octubre, por primera vez, los tunecinos están emplazados para elegir representantes a la Asamblea Constituyente Nacional. Partiendo de los logros históricos de Túnez en la igualdad de género, se intenta impulsar el aumento del número de candidatas en las listas electorales de los partidos, a fin de elevar la representación de la mujer.
Las mujeres tunecinas de todas las edades y condición social desempeñaron un papel crucial en la búsqueda de la democracia y la libertad. Las juezas, ataviadas en sus negras togas, marchando por las calles de la capital en enero, permanecerán entre las imágenes más impactantes de las revueltas árabes.
El PNUD proporciona a las candidatas que se presentan por primera vez a las elecciones de octubre, información sobre cómo organizar campañas, atraer a la sociedad civil, y hacer uso de los medios de información nuevos y tradicionales. También promovemos el diálogo entre los tunecinos sobre la imagen y la percepción públicas acerca de la participación de la mujer en la política.
En Egipto, el PNUD está dispuesto para apoyar el proceso de las elecciones y la reforma del sector de seguridad. En Libia, el amplio equipo de las Naciones Unidas está abordando los problemas humanitarios y está preparado para ayudar en el proceso de transición.
En todo el mundo, las Naciones Unidas colabora en gran medida para desarrollar y fortalecer las instituciones y prácticas democráticas.