Al tiempo que en Durban no se llegó ningún acuerdo concreto para revertir el calentamiento del planeta, en Colombia siguen avanzando, por medio de la imposición, los grandes proyectos de represas que contribuyen con grandes emisiones de gases efecto invernadero, principalmente metano.
Una vez más las empresas, por medio de la fuerza pública ESMAD, impiden que las poblaciones protesten de manera pacífica, sin que se dé una respuesta concreta o la garantía de los derechos de las comunidades afectadas en un estado social de derecho que solo defiende los intereses de las elites económicas del país o de los inversionistas extranjeros.
Colombia sigue inundada tras varios meses con millones de damnificados en la calle, recientemente se listó entre los tres países más afectados por el cambio climático, y aun así, el gobierno se empecina por continuar la devastación de los territorios con el impulso ciego que se le ha otorga al sector minero y energético. Solo un cambio de paradigma, un cambio del modelo energético sin represas, podrá plantear una solución concreta y duradera.
Es por esto que las comunidades siguen resistencia, visibilizando los impactos que los empresarios y el gobierno se empecinan en ocultar, de esta manera el 03 de enero los y las afectadas por el Proyecto Hidroeléctrico el Quimbo, así como otros sectores sociales afectados por la incursión petrolera y la destrucción del puente del colegio, se tomaran las vías del sur.
¡Sí a la vida, no a las represas!














