Por: L'Esprit Libre **
Entrevista a Basile Laetare Guissou, sociólogo y ex ministro del gobierno revolucionario del capitán Thomas Sankara (Che Guevara africano), desde su llegada al poder en 1983 hasta su asesinato en 1987. África occidental, en ella Burkina Faso, se encuenra sacudida por una grave crisis política.
Burkina Faso se encuentra actualmente sacudido por una grave crisis política, tras un segundo golpe de Estado en pocos meses, y eso en un contexto de sucesivos golpes de Estado en África Occidental desde el inicio de la pandemia. La revista canadiense L'Esprit Libre habló con el profesor Basile Laetare Guissou, sociólogo y ex ministro del gobierno revolucionario del capitán Thomas Sankara, desde su llegada al poder en 1983 hasta su asesinato en 1987. Se conoce también el Sankara como el Che Guevara africano. Para la revista, fue la ocasión de examinar de la situación actual, pero también los 35 años de implicación y de contribución del profesor Guissou a la vida política de Burkina Faso.
L’ESPRIT LIBRE (EL): En primer lugar, por favor, preséntese al público canadiense y colombiano.
BASILE LAETARE GUISSOU (BLG) : Soy el profesor Basile Laetare Guissou, director de investigación en sociología. He ejercido esta profesión durante 35 años y pasé cuatro años en el consejo de gobierno de la revolución de Burkina Faso con el capitán Thomas Sankara como presidente. Fui ministro de Medio Ambiente y Turismo, ministro de Relaciones Exteriores y Cooperación y en el cuarto año, el último, fui ministro de Información.
Pero bueno, después de todo eso, como buen político africano, fui a la cárcel y después del 15 de octubre de 1997, reanudé mis actividades como investigador en el Centro Nacional de Investigación Científica y Tecnológica de Burkina Faso hasta mi jubilación en 2014. Actualmente milito en un partido político, el Movimiento Popular para el Progreso (MPP), que está en el poder y que acaba de sufrir un golpe de Estado el 22 de enero. Sigo dirigiendo el Centro de Formación Política Kwane Nkrumah, que pertenece a Voces del Pueblo para el Progreso, un órgano del partido.
EL: Sabemos que están pasando muchas cosas en este momento, cosas interesantes, pero queremos hablar primero de su experiencia en el gobierno de Thomas Sankara. ¿Qué recuerda de esta experiencia? ¿Qué fue lo más significativo de esa experiencia política?
BLG: Creo que es una experiencia que marca uno para siempre. Es imposible no recordar que la época del Capitán Thomas Sankara en el poder en Burkina Faso marcó una ruptura con la historia política e institucional de este país, al cuestionar la extrema dependencia de este país [...] de la Francia colonial. Francia no fue capaz de permitir que este pequeño Estado, con sus 274.000 kilómetros cuadrados se valiera por sí mismo. Y esto es lo que Thomas Sankara intentó hacer durante su tiempo en el poder.
EL: La década de 1980 fue un momento crucial para los regímenes africanos poscoloniales. En retrospectiva, después de todos los logros que tuvieron lugar en aquella época, ¿qué enseñanzas extrae de este periodo políticamente fértil?
BLG: Creo que había un eslogan que decía que todos los brazos y cerebros de cada burkinés debían servir al menos para alimentar su vientre, aprender a escribir y leer y no enfermarse. Mejor salud para una mejor conducción y consumo local. Son consignas que han quedado para siempre como programa político de desarrollo económico, social y cultural, no sólo para el pueblo de Burkina Faso, sino para el resto del continente africano.
Fue en 1983 cuando el capitán Thomas Sankara consiguió por fin tomar el poder por cuenta propia y no por cuenta ajena, y querer construir lo que él llamó la revolución democrática y popular en Burkina Faso. Así que, desde ese punto de vista, creo que se han producido muchos cambios, sobre todo en las mentalidades. Los burkineses ya no esperan ni deben esperar la felicidad de fuera, porque nadie traerá el desarrollo si no hay, internamente, voluntad de avanzar, voluntad de tomar las riendas y voluntad de romper con la mendicidad.
EL: ¿Este cambio de mentalidad, lo atribuye a ese periodo[i]?¿No existía antes? ¿Y existe todavía o desapareció?
BLG: ¡No, no, no! ¡En absoluto! Porque Burkina Faso estaba clasificada a la cola del mundo y condenada, sin nada en su subsuelo, en su suelo pobre, y que tenía que exportar su mano de obra a Costa de Marfil, a Gabón, para el café y el cacao, etc. Thomas Sankara puso fin a esta situación. Fue capaz de crear esperanza en la mente de la gente. Como he dicho, se atrevió a inventar el futuro para su país, para su pueblo.
EL: Precisamente, en el contexto de los años ochenta, hubo un periodo que parecía muy fértil en Burkina Faso, pero, si miramos al contexto africano, de forma más general, si no recuerdo mal, y corríjanme si me equivoco, en los años sesenta, África vivió el periodo de las independencias y en los ochenta, una crisis de la deuda para ciertos países. Había escuchado a politólogos africanos que decían que muchos de los logros del periodo revolucionario se habían perdido precisamente por la crisis de la deuda. De hecho, los países africanos estaban entonces cargados de deudas terribles. Así que me gustaría saber hasta qué punto esto puede haber afectado a Burkina Faso. ¿Ha alcanzado a Burkina Faso?
BLG: Mire, el último discurso de Thomas Sankara fue en 1987, creo. Hubo una cumbre de jefes de Estado africanos sobre la deuda africana y él dijo que no debíamos pagar esta deuda, no por belicismo, sino simplemente porque si no pagamos la deuda, la gente no morirá. Pero si pagamos la deuda, moriremos, porque África no tiene medios ni recursos para pagar. Invitó a todos los países africanos a actuar en bloque, juntos, porque dijo que, si Burkina Faso se negaba sola a pagar la deuda, no estaría presente en la próxima cumbre de jefes de Estado, ¡y eso es exactamente lo que ocurrió! Los que tienen los medios, el poder, harán todo lo posible por eliminarlo y, como por premonición, ¡eso es lo que ocurrió!
EL: La pregunta que me gustaría hacerle es la siguiente: hubo muchos periodos emocionantes, cuando mira lo que ha ocurrido después, cuando mira al pasado, ¿diría que se ha perdido este impulso o estas posibilidades de cambio? ¿Cree que todavía es posible hacer avances tan grandes, continuar, ir aún más lejos, tener este impulso político que permita mejorar la vida política y social en Burkina Faso?
BLG: Procedo de una escuela ideológica política que me ha enseñado que la historia no es recta. Hay bifurcaciones en el camino, retrocesos, caídas y rebotes. Creo que la marcha histórica del continente no puede escapar a esta dialéctica de la historia. Así que fracasaremos, triunfaremos, nos bifurcaremos, daremos un salto adelante y otro atrás. Creo que, en el caso de Burkina Faso, estamos viviendo precisamente este tipo de retroceso en relación con la corriente principal de la historia, que es progresar y avanzar.
EL: ¿Justamente, qué opina del golpe de Estado en Burkina Faso? ¿Fue una sorpresa para usted? ¿Se esperaba al final?
BLG: No fue una sorpresa, porque desde hacía cinco años se hacía todo lo posible por parte de un clan del ejército para impedir que el gobierno civil surgido de las elecciones trabajara con serenidad garantizando la seguridad del país. Porque no es función del gobierno civil hacer la guerra, sino del ejército.
EL: ¿Aún es pronto para tener algunas respuestas, hacia dónde cree que se dirige el nuevo gobierno, en qué dirección llevará al país?
BLG: Este es nuestro segundo golpe desde el 22 de enero. Tendríamos que crear otro golpe en el tercer golpe, cosa que no quiero. Para evitarlo, debemos encontrar una transición, civil o militar de defensa para ir hacia unas elecciones transparentes que nos den un gobierno salido de las urnas que pueda tener un ejército republicano que acepte ir al frente a luchar.
EL: Precisamente. Me gustaría mucho escucharle sobre este punto. Usted dice que hay que ir al frente y luchar, ¿es éste el elemento que explica lo que se está viviendo?
BLG: El golpe de Estado dentro del golpe de Estado demuestra claramente que existen contradicciones internas en la jerarquía del ejército de Burkina Faso. Tenemos que encontrar soluciones a estas contradicciones que nos empujen a ascender, a devolver al ejército a sus misiones gregarias: la defensa, la integridad territorial y la seguridad de los ciudadanos y de sus bienes.
EL: ¿Cuándo habla de inseguridad, se refiere a una amenaza concreta? Recientemente hemos oído hablar de la presencia de islamistas en el país. ¿Se le ocurre algo más?
BLG: No estoy muy convencido de que sean los islamistas quienes están haciendo todo lo que se está haciendo hoy. Hay una amalgama completa entre el tráfico de todo tipo, entre el bandidaje en las carreteras y la corrupción a todos los niveles y en algún lugar los traficantes de armas y municiones. ¡Eso es!
EL: Iba a hacer otra pregunta sobre las condiciones que prepararon el golpe de Estado. Usted ha hablado de la situación en Burkina Faso, pero hemos asistido, durante los dos últimos años de la pandemia, a una sucesión de golpes de Estado en los países vecinos, por no hablar del declive general de la democracia en el resto del mundo. ¿Cuál cree que es la relación entre la pandemia y lo que parece ser un debilitamiento de diversos regímenes?
BLG: Está claro que la pandemia es ante todo una fuente de dificultades, de crisis económicas y sociales. Automáticamente, la actividad económica se resiente, lo que no está exento de trastornos sociales que todos los llamados alborotadores tienen para sus propios fines. Creo que es una correlación e incluso me atrevería a decir que no es casualidad que sea el África francófona en particular la que se está convirtiendo en el epicentro, al menos en África Occidental, y se está viendo desangrada por la proliferación del terrorismo.
EL: ¿Y en relación con el proyecto Franzáfrica, se percibe una ganancia de poder para Francia o una pérdida, especialmente con lo que está ocurriendo en Malí, donde el gobierno se ha puesto realmente firme ante la injerencia occidental? ¿No es así?
BLG: Le cito al ex presidente de Níger, que advirtió, antes de la agresión francesa contra Libia y del asesinato del problema Gadafi: "Atacar a Libia es abrir la caja de Pandora y toda la región sudafricana lo pagará caro". Presidentes como el presidente Sarkozy se han embarcado con gusto en la cruzada contra Gadafi y hoy no están aquí para responder de sus fechorías políticas.
EL: Me gustaría volver a la declaración que firmó en relación con el golpe. Percibí en él, y usted me corregirá, una preocupación real por un posible deterioro de la situación con el golpe. ¿Diría que, en las comunidades, en la población, existe el temor de que esto se les vaya de las manos?
BLG: No estamos a salvo de nada. No hay garantía de que la situación no pueda convertirse en algo peor. Pero, al mismo tiempo, existe la esperanza de que pueda convertirse en algo mejor. Estamos esperando a ver, porque acabamos de salir del golpe. Nadie puede decir exactamente hacia dónde nos dirigimos. ¡Ya está!
EL: Me gustaría volver atrás, porque tras la caída de Blaise Compaoré, hubo este gobierno de transición, que tardó en establecerse. ¿Diría usted, en retrospectiva, que la estrategia que se puso en marcha en aquel momento podría aplicarse hoy, que sería posible ir con ese mismo estado de ánimo (obviamente, no tengo todos los detalles, quizá se me escaparon algunos elementos y no sé si funcionó bien), para volver a intentar algo así?
BLG: De todos modos, no creo en reinventar la rueda. Pero una cosa es cierta, estamos en un callejón sin salida y tenemos que salir de él. Como he dicho antes, o desde arriba o desde abajo. La peor salida sería desde abajo. En otras palabras, entraríamos en un círculo vicioso de golpes de Estado sucesivos. La otra solución, por la que personalmente me inclinaría si fuera yo quien decidiera, sería hacer todo lo posible para encontrar el compromiso necesario que garantice una transición adecuada e inclusiva y que conduzca al restablecimiento de un régimen civil surgido de las urnas e indiscutible desde el punto de vista de la transparencia electoral que se hubiera puesto en marcha. ¡Ya está!
EL: De momento, para la población, lo que se desea es estabilidad. ¿Pero, hay personas que se están beneficiando de este malestar?
BLG: Escucha. No hablo de mi país, sino de todo el continente africano. Problemas, desorden y crisis, a algunas personas les encantan. ¿No cree que el comercio más lucrativo es el de armas?¡Yo sí! Hay quienes no quieren que acaben las crisis y las guerras en África, porque viven de ella. Hay lobbies bien organizados que operan sobre esta base, incluidos los lobbies de la droga. Cuando los Estados están desorganizados, cuando no hay leyes ni policía que funcionen, es posible todo tipo de tráfico. Burkina Faso no es una excepción. Estamos en un vórtice global.
EL: ¿Cómo podemos reforzar la solidaridad internacional entre los pueblos del Norte y del Sur o Sur-Sur?
BLG: Escucha. Creo en la solidaridad y en el destino común de la humanidad. Sigo convencido de que la humanidad no puede evolucionar como partido y hacer creer a la gente que el desarrollo debe estar en el Norte, no en el Sur, y que los medicamentos deben ir siempre al Norte y que siempre hay escasez en el Sur.
Hay que reequilibrar los juegos mundiales. Creo que la lucha actual contra el clima, el calentamiento global, es una ilustración del deseo, bueno o malo, de quienes se consideran los poderosos del mundo de repartirse lo mínimo. Lo que los ingleses llaman las "necesidades básicas" garantizadas a toda la humanidad. Y esto es factible. Ahora bien, ¿existe voluntad por ambas partes? Lo dudo. Creo que tenemos que trabajar por esta voluntad. No vendrá por sí solo. Como dijo Thomas Sankara en las Naciones Unidas: al poner la otra mejilla, como dijo Jesucristo, los abofeteadores no han dejado de abofetear. Así que, en un momento dado, los que siempre han sufrido deben dejar de sufrir y devolver el ojo por ojo, diente por diente. ¡Eso es todo!
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[i] En el gobierno del Sr. Sankara de 1983 a 1987.
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*Este es el primer texto de intercambio y alianza internacional entre los medio altarantivo L'Esprit Libre de Canadá y Grupo de Investigación y Editorial Kavilando de Colombia.
**Traducción: Alexandre Dubé-Belzile. Revisión del texto Alfonso Insuasty Investigador Universidad de San Buenaventura y Grupo Autónomo Kavilando.
- Texto original en francés en: https://revuelespritlibre.org/il-y-en-qui-ne-veulent-pas-que-les-crises-et-les-guerres-se-terminent-en-afrique-car-ils-vivent-de 16.10.2022