Por: El barrio como rostro de ciudad.
En cualquier caso a la inseguridad, a la incertidumbre y a la zozobra de ser desplazados por el desarrollo, se le suma la incompetencia y el engaño del Isvimed.
El inconformismo y la indignación por el retraso de los pagos de las viviendas a los desplazados por el Metrocable Picacho.
Es justificada esta demora por el ISVIMED quien argumenta como excusa de la “pérdida involuntaria de los documentos” aportados por los vecinos como obligación y condición para los desembolsos.
Desde la semana pasada, por lo menos cuatro familias le han comentado a los investigadores del proyecto, que los funcionarios los han llamado a solicitar de nuevo los documentos porque “no los encuentran”, “se perdieron” o porque “sufrieron daños involuntarios” y que ello retrasaría el proceso de pagos, incluso a familias que entregaron su vivienda en septiembre y octubre de 2018, a la espera de los inminentes desembolsos.
Tanta ineptitud no puede ser coincidencia.
Al escuchar a los vecinos narrar el idéntico discurso por parte de los funcionarios del ISVIMED, no queda más que concluir que se trata de un ardid, de un actuar sistemático que busca dilatar los pagos de los predios, lo que pone a los vecinos en peligro de perder las casas negociadas o los obliga a pagar multas por incumplimiento de los pagos acordados.
En cualquier caso a la inseguridad, a la incertidumbre y a la zozobra de ser desplazados por el desarrollo, se le suma la incompetencia y el engaño del Isvimed.
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