Hay que celebrar el triunfo político de la coalición en torno a la Colombia Humana como el avance significativo de las fuerzas de resistencia al modelo neoliberal extractivista, financierista por despojo y al régimen político mafioso, narcoparamilitar, clientelista y corrupto, representado en la coalición de las élites financieras, industriales, latifundistas y sus partidos Centro Democrático, Unidad Nacional, Liberal, Conservador, Cambio Radical, Mira, Sectas Religiosas que con el poder de las fuerzas militares y paramilitares son el soporte del Gobierno de Iván Duque.
Es evidente que la coalición de las élites logró el triunfo electoral con más de 10 millones de votos frente a los más de 8 millones de la alianza en torno a la Colombia Humana pero retrocedió frente al triunfo político de la “Ciudadanía Libre” producto de la acumulación de fuerzas sociales como indígenas, campesinos, afros, obreros, estudiantes, maestros, pequeños propietarios que continuarán demostrando su capacidad de resistir y decidir por la construcción del Poder Territorial Autónomo en torno a un modelo alternativo al neoliberalismo y el extractivismo, a partir de la transición energética, democrática, pública y comunitaria sustentada en el reconocimiento del agua y la energía como Bienes Comunes y no como mercancías o negocios al servicio de la acumulación de capital; la creación de un Sistema Agropecuario, pesquero, territorial y sustentable que privilegie la agroecología a cambio de la agroindustria, haga más productiva la tierra, aumente la producción total, incremente el empleo, repueble el campo, para lo cual está demostrado son más eficientes las economías campesinas, indígenas y afros, razones por las cuales deben ser declarados de utilidad pública; por los derechos a la participación social y política (defensa de las Consultas Populares y los Acuerdos Municipales) a la educación y salud públicas de calidad y gratuita y la dignificación del trabajo.
Cabe destacar el mensaje que la ciudadanía libre expresó con motivo del discurso poselectoral de Gustavo Petro: RESISTENCIA, RESISTENCIA, RESISTENCIA. A ese contundente mensaje libertario lo calificó, de manera temeraria, el Señor Iván Duque como “oposición hirsuta”, desmadrada, lo que demuestra que su talante continuará siendo el mismo de su protector Alvaro Uribe: la estigmatización, judicialización y represión de las organizaciones sociales dispuestas a ejercer el legítimo derecho a la oposición, a la movilización y a la libertad de expresión.
Ahora más que nunca hay que fortalecer la unidad en torno a la RESISTENCIA para avanzar en la construcción del PODER TERRITORIAL AUTÓNOMO PARA EL BUEN VIVIR.