Por: ENS
La política de contracción salarial[1] como estrategia de competitividad para promover las exportaciones y el crecimiento, ha sido en Colombia un completo fracaso, y a la vez condena a las y los trabajadores a menores ingresos en la torta distributiva del ingreso nacional que crea el trabajo.

Estamos en el peor de los mundos: el país no exporta más, salvo bienes primarios, ni es más competitivo a nivel internacional, mientras se viene destruyendo la demanda interna, la producción nacional y se deteriora la distribución del ingreso. Es decir, los ricos más ricos y los trabajadores más pobres.
En la lógica de los empresarios los salarios son un componente de los costos de producción de las empresas; mientras que desde la mirada de los trabajadores el salario es un ingreso que proviene de la distribución del producto creado por el trabajo en el proceso productivo, lo que a su vez es uno de los principales determinantes de la demanda de bienes y servicios. Por tanto, se requiere un aumento real de los salarios por encima de la productividad y de los factores de ley, para elevar el consumo de los hogares, como los alimentos, y por tanto contribuir al crecimiento de la economía y a generar más empleo de calidad. Por ello se justifica la propuesta de los sindicatos de un incremento real del salario mínimo que beneficie al 43% de la población trabajadora en Colombia, que tiene un ingreso menor o de hasta un salario mínimo, según datos del DANE.
Masa salarial como porcentaje del PIB | ||||||
| 2005 | 2010 | 2013 | 2014 | 2015 | 2016* |
Nacional | 33,30% | 33,40% | 32,70% | 32,90% | 34,10% | 33,50% |
Fuente: Cuentas Nacionales. DANE. *Cifras provisionales. | ||||||














