Por: Helena Cortés Gómez. El Colombiano
En un acto conmemorativo, el Estado ofreció excusas públicas en este corregimiento del Urabá antioqueño. El evento fue presidido por el coronel Carlos Padilla, comandante de la Décimo Séptima Brigada del Ejército Nacional.

El evento se debió a lo sucedido el 21 febrero de 2005, día en el que uniformados del Ejército llegaron a las veredas La Resbalosa y Mulatos, del municipio de San José de Apartadó (Antioquia), en compañía de paramilitares del bloque Héroes de Tolová de las Autodefensas.
Hoy la justicia sabe –gracias a testimonios de desmovilizados del Héroes de Tolová, al mando de Diego Fernando Murillo, alias Don Berna– que cerca de 300 soldados presenciaron y no evitaron el asesinato de dos familias. Las víctimas de la vereda Mulatos fueron el líder comunal Luis Eduardo Guerra, su esposa Beyanira Aleiza, su hijo Deyner Andrés de 11 años de edad; y de la vereda La Resbalosa las víctimas fueron Alfonso Tuberquia, su esposa, Sandra Milena Muñoz, y sus hijos Natalia y Santiago, de 5 y 2 años respectivamente, así como Alejandro Pérez, jornalero de la finca.
La masacre –ocurrida durante la presidencia de Álvaro Uribe Vélez–, fue aceptada por el Estado colombiano en un proceso de conciliación con la defensa de las víctimas, relata el portal Verdad Abierta.
De acuerdo a comunicado de prensa del Ejército Nacional, este ratifica su compromiso de continuar protegiendo los derechos de los colombianos que habitan en Antioquia, Córdoba, Chocó, parte de Sucre, Santander y Boyacá; así como de mantener la ofensiva contra los grupos armados organizados que delinquen en estas regiones del país.














