Ciudades en disputa: hacia la Cumbre Urbana Popular Nacional.

Linea Formación, Género y luchas populares

Las comunidades del Valle de Aburrá, a través de foros y mesas de trabajo, se prepara para la Cumbre Urbana Popular Nacional. Se debaten asuntos centrales como el modelo de ciudad que impone exclusión, gentrificación y crisis climática, y se construyen agendas de transformación desde abajo.

 

 

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Por: Alfonso Insuasty Rodríguez*

En el marco de la preparación para la Cumbre Urbana Popular Nacional, que se realizará en Bogotá del 26 al 29 de septiembre, se desarrolló en Medellín y el Valle de Aburrá un proceso preparatorio que reunió a comunidades, organizaciones sociales, colectivos juveniles, académicos críticos y movimientos sindicales.

Este espacio constituyó un grandiálogo para pensar el futuro de las ciudades desde las comunidades que día a día enfrentan las múltiples expresiones de la injusticia urbana: déficit habitacional, gentrificación, precarización laboral, inseguridad, censura cultural y abandono estatal en territorios históricamente marginados.

El encuentro inició con un foro central sobre los impactos del cambio climático en las comunidades más vulnerables, particularmente aquellas asentadas en zonas donde el Estado nunca ha hecho presencia estructural. Posteriormente se desarrollaron cinco mesas temáticas que permitieron profundizar en las problemáticas urbanas y proyectar propuestas de transformación. Cada mesa dejó testimonios y denuncias que serán visibilizadas en formato audiovisual como insumo de memoria y articulación hacia la Cumbre Nacional.

1. Vivienda en Medellín: ¿derecho o negocio?

En la primera mesa, Alejandra Serna de la Corporación Jurídica Libertad denunció cómo la vivienda en Medellín ha sido convertida en un negocio sometido a la lógica del endeudamiento, ignorando el déficit habitacional y la crisis climática. Se evidenció la ausencia de políticas diferenciadas para comunidades que habitan en zonas de riesgo, los desalojos arbitrarios por proyectos de infraestructura y la priorización de la valorización del suelo por encima del derecho a la vivienda. La conclusión fue clara: la vivienda debe ser tratada como un derecho y no como mercancía.

 

 

 

2. Economía popular vs. modelo de ciudad

En la segunda mesa, Juliana, de la Escuela de Formación Política Martha Cecilia Yépez, denunció la criminalización de la economía popular y del trabajo informal. En Medellín, más de 60.000 operativos sancionatorios han perseguido a quienes sostienen la vida en las calles, mientras el desempleo y la precarización laboral aumentan. El modelo de ciudad, orientado por criterios estéticos y turísticos, invisibiliza y persigue a los sectores más vulnerables, desconociendo que la economía popular sostiene la vida urbana.

 

 

 

3. Seguridad en Medellín: ¿protección o control?

La tercera mesa, liderada por Luis Emilio León de Ciudadanías para la Paz, expuso cómo el modelo de seguridad vigente en Medellín está basado en la represión, el punitivismo y la connivencia con estructuras paramilitares. La ausencia de oportunidades para los jóvenes, sumada a la militarización de los barrios, reproduce un círculo de exclusión y violencia. Las comunidades plantearon la necesidad de una seguridad para la vida y el cuidado, construida desde los territorios, y no de un modelo basado en el miedo y el control social.

 

 

 

4. Academia elitista: ¿para quién es la universidad?

En la cuarta mesa, Mateo denunció cómo las universidades públicas han cerrado sus puertas a los procesos populares, mientras las abren a intereses empresariales y proyectos de mercantilización académica. Esta lógica elitista margina a los sectores populares y niega el papel de la educación como bien común y derecho humano. Se subrayó la urgencia de recuperar el horizonte político y social de la educación, articulando el movimiento pedagógico, los estudiantes y los docentes en defensa de una universidad para el pueblo.

 

 

 

5. Arte y cultura: censura y resistencia en Medellín

En la quinta mesa, Sergio Cardona, desde la Medellín rural, denunció la censura y represión contra el arte y las expresiones culturales autónomas. Espacios de creación popular han sido clausurados, mientras se promueve una cultura institucionalizada y funcional al mercado turístico. Como alternativa, se propuso la construcción de una escuela popular itinerante de artes y culturas, para fortalecer la apropiación territorial, la memoria colectiva y la resistencia cultural.

 

 

 

El proceso preparatorio en el Valle de Aburrá refleja un diagnóstico compartido: El modelo neoliberal de ciudad mercantiliza la vivienda, persigue la economía popular, militariza los territorios, elitiza la educación y censura el arte. Frente a ello, las comunidades proponen un horizonte distinto, donde la ciudad deje de ser un negocio y se convierta en espacio de vida digna, participación y derechos colectivos.

 

Las agendas de lucha planteadas incluyen:

Defensa de la vivienda digna como derecho humano fundamental.

Reconocimiento y regulación de la economía popular, sin criminalización.

Seguridad para la vida y el cuidado, no para el control punitivo.

Universidades públicas abiertas al pueblo, no al mercado.

Arte y cultura como herramientas de transformación social.

Ampliar y fortalecer las articulaciones comunitarias en torno a vivienda, economía popular, educación y cultura, promoviendo la incidenciaen políticas públicas.

Promover planes de adaptación al cambio climático con participación comunitaria, priorizando a las poblaciones en zonas de riesgo.
Impulsar espacios pedagógicos críticos y populares que formen ciudadanía activa y conciencia política.

Garantizar la protección de la cultura popular y autónoma, reconociendo el arte como derecho y herramienta de resistencia.

Movilizar agendas comunes hacia la Cumbre Urbana Popular Nacional, consolidando un bloque social y territorial que dispute el modelo urbano vigente.

La Cumbre Urbana Popular Nacional será el espacio para profundizar estos debates y articular propuestas de transformación. Desde las voces y acciones de las comunidades, el llamado es claro: la ciudad no puede seguir siendo un negocio; debe ser un derecho colectivo y un lugar para la vida digna.

*Docente Investigador Universidad de San Buenaventura Medellin, docente cátedra Maestría en Ciencia Tecnología, Sociedad e Innovación (ITM), integrante grupo Kavilando.

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