El presidente Santos anuncia con bombos y platillos su presencia en la ciudad de Riohacha, el sábado 4 de mayo, para el lanzamiento del programa "Todos a aprender". La meta de este "ambicioso" proyecto es mejorar la calidad de la educación,si se quiere insertar a Colombia con éxito en la sociedad del conocimiento del Siglo XXI.Esta iniciativa pretende recoger el pensamiento bandera del Ministerio de Educación Nacional: "Educación de calidad, el camino para la prosperidad".
Lo primero que tiene que eliminar el gobierno Santos, para alcanzar la pretendida y cacareada "Calidad de la Educación" es la marcada desigualdad social existente en el departamento de La Guajira, además del exacerbado centralismo. De los niños, niñas y jóvenes, que marcharán el 4 de mayo bajo un sol canicular, muchos de ellos, no tendrán un bocado de comida que llevarse a la boca al regresar a casa, pero tendrán que aparentar que todo está bien. El Alcalde, Rafael Ceballos y el Gobernador de La Guajira, Francisco Gomes Cerchar, tienen el compromiso moral de decirle al gobierno Santos: Basta de demagogia…aquí el problema es de física hambre...nos quitaron las regalías y nos desmigajaron. Según Fernando Herrera, Coordinador del área de pobreza del Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD), reducir la pobreza a 28,5% para el 2015 es posible, pero se da por descontado que no se cumplirá esta meta en los cinco departamentos más pobres: Chocó, en donde 64 de cada 100 personas son pobres, Cauca (62%), Córdoba (62%), Magdalena (57%) y la Guajira (57%).Sencillamente, Colombia no cumplirá con las metas del milenio y punto.
El Departamento Nacional de Estadística (DANE) señaló en unos de sus últimos informes, que entre los años 2002 y 2011, La Guajira se ubicaba entre los cinco departamentos más pobres de Colombia y en cuanto a la pobreza extrema, se ubicaba entre los primeros del país superado por Cauca y Chocó. El presidente Santos, no llega a cualquier departamento. La Guajira es un polvorín social: desempleo, inseguridad, pobreza, alta tasa de suicidio, progresivo deterioro del medio ambiente, altas tarifas de servicios público (luz, telefonía), corrupción, una ciudad capital a media hacer, carencias de servicios públicos eficientes (acueducto, alcantarillado), descomposición social galopante y una exclusión social que se evidencia en todos los aspectos. Las condiciones de vida en La guajira son paupérrimas. ¿De qué calidad de educación vamos hablar en un departamento donde se carece de lo más elemental para llevar una vida medianamente decente? ¿Calidad de la educación en un departamento donde los docentes y su núcleo familiar carecen de servicios médicos? ¿Calidad de la educación donde los niños, niñas y jóvenes no tienen la posibilidad en sus instituciones educativas de consumir agua potable fresca? ¿Calidad de la educación en un departamento que literalmente está siendo destrozado por las grandes multinacionales del carbón? ¿Calidad de la educación en Riohacha que se llenó de tugurios sin haber crecido como ciudad? ¿Calidad de la educación en un departamento donde nuestros niños y jóvenes son absorbidos por la delincuencia común y el para militarismo? ¿Calidad de la educación en una zona rural desprovista de alguna posibilidad real de disfrutar un futuro digno?
Si la clase política que viene administrando el Departamento de La Guajira durante décadas, y que ha coadyuvado a la grave situación social que hoy vivimos, no es capaz de abrir el debate nacional sobre esta problemática social, entonces le corresponde al pueblo guajiro a través de la unidad, la organización y la lucha la preparación del paro cívico departamental por la dignidad y el reconocimiento.














