Por: Santiago Alba Rico
La tesis aquí enunciada, la de que la clase media no es ya una función del capitalismo sino un obstáculo (en términos económicos pero también «ideológicos»), y eso tiene sus consecuencias políticas.

La combinación de velocidad y antipuritanismo que acompaña la «revolución» financiero-mercantil, con su tecnología ancilar, sirve para explicar algunas «reacciones» violentas y radicales por parte de lo que Bauman llama «consumidores fallidos» (los jóvenes europeos, por ejemplo, que se suman a las filas del Estado Islámico) pero también, precisamente por eso, obliga a considerar, y orientar liberadoramente, el carácter «resistente» y «conservador» de esta clase media que ya no sirve para nada.
El fin de la clase media es un libro destinado a «todos los públicos» (académicos, políticos, letrados en general), pero me gustaría recomendarlo especialmente a esos sectores de la izquierda española –casi toda ella de clase media– que sigue considerando la clase media el «enemigo» en lugar de un potencial foco de resistencia frente a la revolución capitalista.
Es muy importante no equivocarse ni en el análisis ni en la intervención (y menos aún en el «discurso» cultural dirigido a las mayorías sociales) en un momento en el que –la descomposición en España del régimen del 78 y la irrupción de Podemos así lo demuestran– la movilización del «conservadurismo» desde la izquierda es la única manera de evitar que, una vez más, se cumpla el esquema clásico y la clase media, abandonada por el capitalismo y por el marxismo, se vuelva hacia la falsa, imposible, suicida solución del populismo fascista. En el libro de Esteban Hernández hay mucha inteligencia académica especializada, pero también una perspicacia pragmática, «cultural», que la izquierda no debería ni despreciar ni desaprovechar.














