Progreso y desarrollo urbano. Práctica colonizadora de despojo de la tierra y el territorio

Observatorio K.

Por: Yeny Norela Mesa Duque, Alfonso Insuasty Rodríguez, José Fernando Valencia Grajales

El progreso y el desarrollo urbano son prácticas de despojo del territorio de los moradores. Ésta, al igual que en la colonia, busca arrebatarles la tierra a los habitantes más desvalidos con la excusa Neocolonial de renovación urbana y rural.

 

 

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Pero en la realidad lo que se hace es que se les expropia y empobrece al no pagarles o hacerlo deficitariamente por plazos, sin indemnizárseles y sin ser reubicados, para marginarlos y expulsarlos. Lo anterior se evidencia dentro de la investigación denominada “Implicaciones psicosociales, económicas y territoriales de los proyectos de desarrollo urbano”, Medellín (Colombia), con una metodología etnográfica de investigación acción participativa.

INTRODUCCIÓN

El progreso ha sido una categoría conceptual proveniente del latín Progressus o Progredi, ambas hacen referencia al seguir adelante. Sin embargo, en la antigüedad este concepto no existía ya que el temor a lo desconocido nacido de la naturaleza misma, impedía ir más allá de las fronteras naturales, ello se mantendrá hasta bien entrada la Edad Media, luego el cristianismo en sus dos principales vertientes el catolicismo y el protestantismo, siendo el primero un elemento de desapego de la tierra en clave de camino espiritual de
redención, mientras el segundo será una versión de desprendimiento ante el libre albedrio y la individualidad (GARCÍA JIMÉNEZ, 2001).

Lo que llevara a pensar a partir del siglo XVIII a pensarse que la tierra ya no es intransferible o necesaria para sobrevivir, iniciando las etapas depredadoras del liberalismo (laissezfaire), es decir, triunfa el individualismo utilitarista y economicista, nacido del aumento de la riqueza de quienes no tenían tierra, pero podía pagar por todo incluso por la ciudadanía o los títulos nobiliarios (MARTÍNEZ MONTOYA, 1999). Es por ello, que desde dicho periodo tanto la tierra, la naturaleza, y la razón misma comenzó a estar
en venta. Ese mismo periodo evidenciara el crecimiento paulatino de las ciudades y el abandono definitivo de la ruralidad, ante la competencia impávida de las grandes industrias, ganadería, y los monocultivos intensivos, lo que provocara el crecimiento urbano de forma acelerada, hasta la actual saturación.

La colonia en América impuso lengua, cultura, religión, norma y el orden geoespacial de lo urbano y lo rural (ZAMBRANO & BERNARD, 1993) lo anterior se mantuvo en la historia a pesar de la independencia, aunque los perpetradores, ya no eran los españoles sino las elites criollas y gamonales que mantenían su mirada en Europa y luego en los EEUU (CASTRO CARVAJAL, 1996). Luego a finales el siglo XIX y principios del XX las ciudades latinoamericanas y especialmente las colombianas y más concretamente en Medellín, se comenzaron a planear según el legado de la Ilustración que exigía iluminación de los espacios y la renovación urbana y rural, que permitía crear planos reguladores, organización por zonas y por propiedad (CASTRILLÓN ALDANA & CARDONA OSORIO, 2014) esta visión de renovación no era un asunto solo creado desde la arquitectura, en ella participaban las ideologías políticas, culturales, geográficas y económicas, casi siempre impulsadas por manuales urbanísticos como los de BAUMEISTER, (1890) o los emitidos en la revista británica Journal of the Royal Institute of British Architects.

Medellín se vio influenciada principalmente por los grandes arquitectos europeos como Josep Lluís Sert, Paul Wiener y Charles-Édouard Jeanneret-Gris, o Le Corbusier que buscaban construir ciudades amplias ordenadas y reguladas en todos sus aspectos, en lo referente a la planeación urbana. Pero desde lo normativo positivo, es decir desde las decisiones de las elites se encuentran las normas como: el Acuerdo Municipal de Medellín N° 56 de mayo 5 de 1913 que aprobó el Plano de Medellín Futuro, luego el Acuerdo N° 31 del 3 de marzo de 1931, emitirá el Plan Director, después ley 88 de 1947 obligara la creación del área urbana (Crónica
Municipal de Medellín, 1948, N°1210, pp. 1229-1230, 1233) y el Decreto 693 de 1951 facultara la creación de planes pilotos, más adelante el plano regulador de Medellín aprobado por medio del Acuerdo Municipal 37 de 1962, (Crónica Municipal de Medellín, 1962, 1228, pp.1737-1745), posteriormente la ley 388 de 1997 exigirá la creación de los Planes de ordenamiento territorial o POT, razón por la cual la ciudad constituye los POT de Medellín, Acuerdo, 62 de 1999, 46 de 2006 y 48 de 2014, atendiendo que esta actividad normativa es construida desde la ideología dominante de las elites, o la réplica de la imagen europea y por tanto conforme
a sus intereses económicos, arquitectónicos, políticos y culturales.

La anterior historiografía, sumada a las normatividades son el panorama inicial de la renovación urbana de la ciudad de Medellín que viene siendo altamente influenciada por el neocolonialismo de las multinacionales, los terratenientes e industriales tanto locales como extranjeros que han decidido utilizar el modelo de gentrificación y renovación, disfrazándolo de desarrollo, para recuperar el valor de cambio del suelo y reinventar el capitalismo en nuevas formas de expropiación al mejor estilo de la colonia. 

Para develar dichas circunstancias se ha propuesto el siguiente estudio del desarrollo urbano en la ciudad de Medellín y algunas zonas rurales. La misma evidencia lo que decía Pablo González Casanova, en sociología del poder a la sociología de la explotación decía: (2015) el neocolonialismo se oculta como el capitalismo razón por la que los ciudadanos hoy descubren a Marx porque las elites organizadas para discriminarlos y MESA et al. Progreso y desarrollo urbano…136 deslegitimarlos le echan en cara ser socialistas, comunistas o terroristas, por el solo hecho de organizarse con el fin de realizar demandas ciudadanas, laborales, urbanas, rurales, étnicas, o de toda una nación.

Pero adicionalmente los diezman al cambiarles sus condiciones históricas por nuevas formas de explotación como la eliminación del campesino rural, la creación de ciudadano hiper-desinformado urbano, las urbanizaciones, los clusters, y las aldeas de innovación o modelo (GONZÁLEZ CASANOVA, 2015). 

METODOLOGÍA

El presente ha sido construido con una metodología cualitativa mixta de carácter etnográfica porque se hace trabajo de campo en los territorios e inmersión con la comunidad, aplicando la investigación acción participativa IAP, para construir con los actores, desde la aplicación de la etnometodología parta construir lazos de sentido acerca de su vida cotidiana y el sentido común.

Para lo anterior se tuvo como eje central la colaboración mancomunada de los actores sociales afectados y que viven en los lugares determinados. Con ellos se constituyó el fenómeno que se denominó “la vulneración sistemática a los derechos de los moradores de los territorios por la administración municipal” (MESA, et al., 2018) a casusa de los proyectos de renovación urbana, infraestructura y movilidad, en las cuales no se tuvieron en cuenta los miembros de la comunidad.

Se realizaron análisis desde la perspectiva crítica y participativa en las dos primeras fases, teniendo en cuenta el contexto político-económico-cultural en el que se desenvuelven los habitantes frente a las relaciones con los actores de poder y sociales, el modelo económico y político. Diagnosticando veinte territorios de la ciudad en situ y utilizando el método documental de indagación, recolección y análisis.

Además de acudir a entrevistas, grupos focales, recorridos territoriales y discusión, con un enfoque categorial en el modelo de ciudad, los procesos de reasentamiento, participación e incidencia social entre otros. Aplicando las técnicas de recolección de información y sistematización de la experiencia grupal, de los comités, reuniones, asambleas públicas y otras actividades. Colocando el énfasis en los procesos de colectivos de los municipios de Ituango y Cáceres en lo rural y en lo urbano en los barrios Laureles, Barrio San Luis, Las Mirlas, San Luis, La Paralela, Barrio Bello Oriente, Vereda Naranjal, Barrio Mestizal, Comuna Buenos Aires, Barrio 12 de Octubre, Comuna Aranjuez, (MESA, et al., 2018) entre otros. 

EL PROGRESO Y EL DESARROLLO URBANO PRÁCTICAS DE DESPOJO DEL TERRITORIO

La categoría de Morador como elemento de protección contra el desarrollo 

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