En medio del cese de hostilidades entre Israel y Hamás, el CICR inicia una compleja operación humanitaria para liberar rehenes y detenidos. Mientras tanto, el Sur Global observa cómo la ocupación y el despojo siguen profundizando la herida palestina.
Bienvenida multitudinaria a dos mil prisioneros palestinos liberados. Foto Al Mayadeen Español
Por: Alfonso Insuasty Rodriguez*
En el marco del reciente acuerdo de cese de hostilidades entre Israel y Hamás, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) inició una compleja operación humanitaria para facilitar la liberación y traslado de rehenes y detenidos, así como la entrega de restos de fallecidos a sus familias.
La operación, solicitada por ambas partes del conflicto, busca reunir familias separadas por la guerra y aliviar, aunque sea temporalmente, el sufrimiento de miles de personas atrapadas en una espiral de violencia que ya completa más de dos años desde la escalada de octubre de 2023.
"El CICR oficia de intermediario neutral en esta operación, con una función estrictamente humanitaria. Las partes en el conflicto establecieron los términos del acuerdo de cese de hostilidades —entre ellos, quiénes serán liberados y dentro de qué plazos—; el CICR no participó en la negociación." afirma el comunicada de la organización.
Así mismo informó que sus equipos reciben a rehenes retenidos en Gaza para trasladarlos a las autoridades israelíes, mientras que, en paralelo, se facilita el retorno de prisioneros palestinos desde cárceles israelíes hacia Gaza y Cisjordania.
En el marco del acuerdo de cese de hostilidades entre Israel y Hamás, hemos dado inicio a una operación en varias etapas para facilitar la liberación y transferencia de rehenes y detenidos.
— CICR (@CICR_es) October 13, 2025
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En la misma operación, se trasladarán los cuerpos de víctimas fatales a sus familiares, garantizando una sepultura digna, un gesto humanitario que contrasta con el profundo deterioro de las condiciones de vida en los territorios ocupados.
Desde el inicio de la guerra, el CICR ha gestionado la liberación de 148 rehenes y 1.931 detenidos, en medio de lo que diversas organizaciones internacionales describen como una de las crisis humanitarias más graves del siglo XXI.
La institución recordó que su papel es estrictamente humanitario, y que la seguridad y el cumplimiento de los acuerdos dependen enteramente de las partes. Las operaciones, subrayaron, exigen una planificación logística y de seguridad minuciosa para reducir el riesgo a los equipos y a las personas liberadas.
El CICR también hizo un llamado a los medios de comunicación para respetar la privacidad y dignidad de los liberados y sus familias, evitando difundir imágenes que puedan vulnerar su seguridad o integridad emocional.
Un conflicto que desborda lo humanitario
Aunque esta operación representa un avance humanitario, la raíz del conflicto sigue intacta: la ocupación prolongada de Palestina, los bloqueos, la expansión de asentamientos y las ofensivas militares que continúan devastando comunidades enteras.
Para analistas del Sur Global, la respuesta internacional sigue marcada por un doble rasero, donde la defensa de los derechos humanos se diluye frente a los intereses estratégicos y geopolíticos de Occidente en la región.
En un contexto de desigualdad, despojo y guerra permanente, el papel del CICR, neutral y humanitario, adquiere una relevancia enorme, pero también revela los límites de la acción humanitaria cuando no hay voluntad política de resolver las causas estructurales del conflicto: la ocupación, el apartheid y la negación sistemática de los derechos del pueblo palestino.
Desde América Latina, donde los pueblos también han sufrido los efectos de la colonización, la violencia estatal y el despojo territorial, la situación en Palestina resuena como un espejo global, una lucha por la dignidad, la soberanía y la vida frente a los poderes que lucran con la guerra y el sufrimiento humano.
Lo cierto es que, aunque representa un avance importante, este hecho aún está lejos de significar paz o justicia ante el genocidio contra el pueblo palestino y la profunda inestabilidad regional y global que el conflicto sigue alimentando.
*Docente investigador Universidad de San Buenaventura Medellín, catedrático Maestría en ciencia, tecnología, sociedad e innovación (ITM), parte de la Red Interuniversitaria por la Paz REDIPAZ y Grupo Autónomo Kavilando.
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