La Cooperativa Consumo, una de las empresas de la economía solidaria más queridas por los antioqueños, que la ubican como referencia en el sector de los supermercados, este 2013 cumple 50 años de existencia con una novedad muy importante: por primera vez en su historia sus trabajadores tienen el respaldo de un sindicato, que hoy, un mes después de creado, ya cuenta con 70 afiliados.
Consumo es una cooperativa multiactiva, la única que en el país se dedica a la comercialización de productos de la canasta familiar, que se fundó en 1963 con el objetivo de luchar contra el acaparamiento y los altos precios en el mercado de los antioqueños. En 1994 tuvo un crecimiento patrimonial importante con la absorción de la Cooperativa Antioqueña de Habitaciones, y hoy es una empresa en plena expansión. Este año, según su gerencia, inaugura nuevas tiendas, espera ventas por $180.000 millones, y se prepara para competir hombro a hombro con otras cadenas de grandes establecimientos comerciales.
Consumo tiene 128.000 asociados (80% amas de casa), cuenta con 15 tiendas de mercado que cubren las áreas metropolitanas de Medellín y Rionegro, y emplea por contratación directa a 650 personas, jóvenes en su mayoría.
Fernando Núñez Becerra, elegido por sus compañeros como presidente del naciente sindicato, un hombre completamente “virgen” en los temas sindicales, es claro al declarar que él y un grupo grande de compañeros decidieron organizarse en sindicato con la idea de preservar sus derechos como trabajadores y asociados de la cooperativa, y corregir irregularidades laborales que han venido haciendo carrera en las últimas administraciones.
Pero también para que se tenga en cuenta el parecer de los trabajadores en las decisiones laborales e incluso empresariales que se tomen, con la idea de preservar el patrimonio y la vocación de beneficio social que desde siempre ha animado a Consumo, y que es la razón de ser de toda empresa cooperativa.
“No somos un sindicato que busca confrontar a la empresa, ni vamos a pedir lo que está no nos puede dar. Ni mucho menos la vamos a quebrar, que es la idea que generalmente se tiene del sindicalismo. Somos más de 600 trabajadores que con nuestras familias dependemos de ella, ¿cómo entonces vamos pretender acabarla?”, argumenta por su parte José Vicente Moreno, vicepresidente de Sintracoop, éste sí menos novato en las lides sindicales toda vez que su esposa proviene de una familia sindicalista.
Con todo, el propósito de crear un sindicato no es nuevo en Consumo. En el pasado hubo varios intentos, todos fracasados porque sus principales activistas fueron neutralizados o no se los renovó el contrato, que para todo el personal es fijo a un año. Ahora Sintracoop parece que nace con una vitalidad distinta y una mejor asesoría, tanto por parte de la Escuela Nacional Sindical como de la CGT, la central sindical a la cual se afilió. Y nace como sindicato del sector, con la visión de que a futuro afilie trabajadores de otras cooperativas.
Las irregularidades laborales a las cuales hacen referencia los dirigentes entrevistados, tienen que ver con algunas fallas en salud ocupacional; turnos extensos y partidos que están afectando la vida familiar de las y los trabajadores; auxilio de transporte insuficiente para aquellos que terminan turno tarde en la noche y deben tomar taxi; desfase salarial para muchos empleados cuya esfuerzo y responsabilidad no se compadece con el salario que ganan, y quienes este año apenas recibieron el 1% de aumento.
Otra reivindicación importante es lograr contratos a término indefinido, como antes, para así tener más estabilidad; y que cesen los rumores sobre la posibilidad de que a los trabajadores se les rebajen derechos adquiridos, como la prima de vacaciones y el aguinaldo de diciembre.
La reacción de la empresa ante la creación del sindicato ya se produjo. O por lo menos así se interpreta, como una medida desestabilizadora, el despidió sin justa causa de dos trabajadores fundadores e integrantes de su junta directiva del sindicato, y por tanto aforados, por lo que el caso ya está demandado y se espera el pronto reintegro de ambos.
Pero si bien estos despidos lograron meter miedo en el conjunto de los trabajadores, no han sido óbice para que el sindicato se fortalezca. Empezó con 25 afiliados y ya tiene más de 70, y prepara pliego de peticiones para negociar la primera convención colectiva en los 50 años de historia de la cooperativa, que presentará en un mes a más tardar.
Por lo pronto, ya en la empresa se siente que hay un sindicato respaldando a los trabajadores. La dotación de ropa laboral este año fue completa; los trabajadores que son llamados a descargos antes enfrentaban solos los procesos disciplinarios, ahora van acompañados de dos delegados del sindicato; el tiempo que antes gastaban en reuniones de capacitación, y que no les pagaban, ahora se los están pagando. En fin, pequeños detalles que juntos van indicando y concientizando a los trabajadores sobre la conveniencia de que exista la organización sindical.