Por: Rafael Pardo Rueda El Colombiano
“Plena disposición para avanzar en proceso de paz que dé continuidad a la mesa de conversaciones iniciada en Quito en febrero de 2017”.
Desde que ganó, Gustavo Petro en su discurso del triunfo en el Movistar Arena llamó a lograr la paz y con todos los grupos armados, inmediatamente el Eln reaccionó y dijo que estaba dispuesto a iniciar un proceso de paz con el presidente electo:
“Plena disposición para avanzar en proceso de paz que dé continuidad a la mesa de conversaciones iniciada en Quito en febrero de 2017”.
Inmediatamente, los “elenógos”, el nombre que se da a los ciudadanos que conocen el Eln, empezaron a publicar textos, artículos y trinos sobre recomendaciones para negociar con el Eln.
Se destacan los de Víctor de Currea-Lugo, Luis Eduardo Celis, León Valencia, Angelika Rettberg, Jorge Mantilla, Andrés Aponte, Juan Camilo Restrepo, Socorro Ramírez, Luis Eduardo Trejos, José David Gutiérrez, Diana Rico y Carlos Velandia, entre otros. Todos coinciden en que hay que preparar cuidadosamente la negociación. La negociación con las Farc requirió algunos meses y años de preparación. Algunos coinciden en que se debe hacer una rápida evaluación de la mesa de conversaciones de Quito para establecer los puntos rescatables con los que iniciar la nueva ruta de aproximación con el Eln.
Otros, como Angelika Rettberg, plantean la necesidad de revisar el esquema de la justicia transicional, esencial en el proceso de paz con las Farc. Efectivamente, es fundamental analizar si el Eln está dispuesto a someterse como lo hicieran los miembros del antiguo secretariado de las Farc la semana pasada en el macrocaso 001, encabezado por Julieta Lemaitre, en donde, durante tres días de audiencias, tuvieron que reconocer delante de sus víctimas las más dolorosas e injustificadas atrocidades cometidas, que difícilmente podrán olvidar.
Es prematuro aún para saber cuál es el camino que planteará el nuevo gobierno. Si acaso hay una ruta solo para el Eln y las disidencias de las Farc y otra para el Clan del Golfo, los Pelusos, los Pachenca y un largo etc., como considero que debe ser. El presente macrocaso es solo el primero. Vendrán otros igualmente espinosos.
El designado canciller Álvaro Leyva dijo una cosa que poco ha trascendido en medios de comunicación. Dijo que hay que crear una Comisión de la Verdad para el Eln, lo que resulta al menos complementario y necesario al informe que acaba de ser entregado por el padre Francisco de Roux.
Sin embargo, tendrá que iniciar por saber qué hacer con los del Eln que siguen en Cuba, identificar el papel que jugará Venezuela y, quizá los más importante, abrir un diálogo real y sincero con Estados Unidos para saber cuál será el nuevo (o el viejo) paradigma contra las drogas ilícitas.
Todavía no ha empezado el empalme en asuntos de paz. Se requiere conocer el nombre del comisionado de paz que tendrá a su cargo el desafío de la paz completa (si solo habrá uno o varios). Considero que habrá que esperar a que se tome posesión el 7 de agosto el nuevo gobierno para que tenga la paz diseñada.
Gustavo Petro es hijo de la paz y tiene razones de sobra para apostarle a esa posibilidad que le abrió el camino para llegar a donde está hoy en Colombia
Tomado de: https://www.elcolombiano.com/opinion/columnistas/gustavo-petro-y-la-paz-con-el-eln-BL17943471
NOTAS: