Por Daniel Ruiz Bracamonte*
Los pueblos conscientes de que sus líderes no representan a las mayorías del continente, organizan la Cumbre de los Pueblos para discutir las soluciones a sus múltiples problemas.
En principio debemos tener presente que el presidente Joe Biden continúa su agenda alejada de los pueblos, centrado en enfrentar el creciente protagonismo comercial de China en la mayor parte de América Latina, potencia que va ampliando su brecha en importantes áreas del comercio. Esto le preocupa a Biden y lo ubica en una posición bajo presión. Su interés es mantener estrictamente la hegemonía imperial y no construir una política de carácter social a favor de los excluidos.
Evidente es el rechazo a Estados Unidos en América Latina, región que considera no solo como su patio trasero sino como un cheque en blanco que la salvará de su crisis estructural. La reacción del gobierno de México, con quien tiene un tratado de libre comercio desde la década de 1990, ha sido muy tajante al no alinearse con la directriz de Biden respecto a la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela de la actual edición de la Cumbre de las Américas.
El mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel lo resaltó justo en la mañana del 08 de junio “EE.UU. puede impedir la presencia de Cuba en Los Ángeles, pero no puede llamar su voz porque Cuba es garantía de la voz de los excluidos”.
Por su parte, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, pidió a través del sistema de medios públicos venezolano a “Alberto Fernández en calidad de actual Presidente de la CELAC y ante el fracaso y la exclusión de la Cumbre de las Américas convocada por el gobierno de Estados Unidos, convoque una cumbre de este organismo regional e invite al presidente Joe Biden”. Insistió que tuvo que ser la CELAC quien convoque con una agenda de temas prioritarios y de máximo interés para nuestro pueblo, reiteró el mandatario.
Es posible que el gobierno estadounidense esté calculando un escenario controlado donde pueda presentar una propuesta alternativa a China y Rusia, un plan a presentar en la cumbre de Los Ángeles. Llamémoslo a un “Plan de Rescate para el poderoso”. No será una cumbre para discutir el valor del respeto a la soberanía ya la independencia de las naciones, aunque es muy probable que sea una exigencia de los representantes de Argentina y México.
Muy a pesar de que en las Cumbres de las Américas los principales temas han sido históricamente el fortalecimiento de la democracia, la justicia y los derechos humanos, desde hace más de dos décadas que la brecha de la desigualdad es cada vez más extensa, mientras cada año se potencian los países del Norte Global como Estados vigilantes.
Un eje de vital importancia es el avance en las políticas de complementariedad de las potencias emergentes con los gobiernos soberanistas del continente latinoamericano y caribeño, relacionamiento que va ampliando sus posibilidades sin colocar en riesgo la autodeterminación como nación.
Nos preguntamos ¿La Cumbre de Biden discutirá sobre las consecuencias que sufren los pueblos por la guerra de poder en Ucrania? ¿Se discutirá la solución a la hambruna mundial o la crisis en la producción de alimentos en el Sur Global? Queda claro que se trata de una Cumbre que no centra su interés en los millones de personas que mueren de hambre en los campos de batallas que impone Estados Unidos.
Por Daniel Ruiz Bracamonte
Editor @Col_Informa / Investigador @kavilando
Tomado de: https://medium.com/emergentesmedio/una-cumbre-contra-la-exclusi%C3%B3n-de-los-pueblos-ee290b44bf7b
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