Por: Colombia Informa
El recién designado Alto Comisionado para la Paz del gobierno entrante de Gustavo Petro y Francia Márquez, sostiene la idea de construcción de paz con todas las expresiones armadas —grupos subversivos y paramilitares— en el marco de un Acuerdo Humanitario Global que permita la búsqueda de la pacificación total de un país impactado profundamente por la guerra.
La Paz Total o Paz Completa son los conceptos que tendrían las políticas en esta materia el gobierno entrante del Pacto Histórico. Ya con cada nombramiento y declaración de los voceros designados se aprecia la intención para las eventuales negociaciones con grupos armados: un solo proceso en varias mesas de negociación.
La reciente designación de Danilo Rueda (actual director de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz) como Alto Comisionado para la Paz, va completando el mapa por donde se marcará la ruta a seguir para alcanzar la paz que requiere Colombia, luego de seis décadas de confrontación armada entre los distintos grupos armados.
En una reciente entrevista con el Grupo de Investigación Kavilando, Rueda sostiene que “hoy la política de paz, como la llaman las comunidades, debe ser una política de paz global territorial, que incluya al conjunto de las expresiones armadas en mesas separadas, respete su naturaleza e identidad, las motivaciones en el ejercicio del derecho a la rebelión en el caso del Ejército de Liberación Nacional –ELN- y las naturalezas de las violencias heredadas del paramilitarismo y de las que han surgido por incumplimiento de procesos de paz de La Habana”.

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Sus palabras se anticiparon las acciones de violencia en distintas regiones del centro y sur del país: el plan de exterminio en contra de agentes de la policía que está siendo ejecutando por paramilitares en Antioquia, los enfrentamientos entre las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, el Ejército Nacional y la guerrilla del ELN en el Cauca y Catatumbo, así mismo las recientes masacres y asesinatos de firmantes de paz que se han registrado.
Desde otros sectores de la defensa y construcción de procesos de paz, piensan que la idea de Paz Total que promueve el gobierno entrante, no podría avanzar sin tener en cuenta criterios distintos a los adoptados en los procesos de Santa Fe de Ralito con los grupos paramilitares en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, y el logrado en La Habana entre la guerrilla de las FARC-EP y el gobierno de Juan Manuel Santos.
Danilo Rueda ya ha instado a comprender la naturaleza de los orígenes de los distintos grupos armados, subversivos o no, lo que “habilitará para que se diseñe una política de paz que propicie el desarme, el respeto a los derechos de las víctimas, la construcción de unos territorios donde pueda ser posible una política ambiental y una política social incluyente.”
En esta línea de análisis, también ha abordado los impactos del escalamiento de las acciones violentas en los distintos territorios, aspecto que también recoge el más reciente informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia, ‘Violencia Territorial en Colombia: Recomendaciones para el Nuevo Gobierno’, el cual establece que el gobierno entrante debe atender el clamor de las víctimas que han padecido el escalamiento de la guerra en los últimos años, en territorios donde se previa iba a perdurar la calma luego de la firma del Acuerdo de Paz de noviembre de 2016.
Con el nombramiento de Álvaro Leyva como Canciller —de origen conservador y promotor de varios gobierno en procesos de paz—, el trabajo del senador Iván Cepeda -Pacto Histórico- en defensa del Acuerdo de Paz con las extintas FARC y de futuros procesos de diálogos y, la designación de Danilo Rueda como alto comisionado de paz, se buscará garantizar un diálogo enriquecedor en función de esta idea de Paz Completa que quiere posicionar el gobierno entrante de Gustavo Petro, para superar los conflictos armados en el país.
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