Por: Movimiento de presos políticos Camilo Torres Restrepo. Colombia.
La crisis del capitalismo en su expresión de modelo neoliberal se materializa en lo que Marx nos define: “El capitalismo destruye las dos fuentes de su propia riqueza: el Hombre y la naturaleza.

Neoliberalismo genocidio y ecocidio.
La crisis del capitalismo en su expresión de modelo neoliberal se materializa en lo que Marx nos define: “El capitalismo destruye las dos fuentes de su propia riqueza: el Hombre y la naturaleza. En verdad, la destrucción ambiental afecta a toda la humanidad y la ley del valor incluye hoy a todos. La mercantilización domina la casi totalidad de las relaciones sociales, en campos cada vez más numerosos como el de la salud, la educación, la cultura, el deporte o la religión.
En este sentido el sistema neoliberal es un “real genocidio‟, porque está acabando con capas enteras de la sociedad humana y del entorno natural.
Sus efectos se evidencian en la crisis financiera de los países “desarrollados” y los costos de sus desafueros, el hambre en los países marginados a quienes tienen sometidos para satisfacer su opulencia, (900 millones de personas en el mundo el 12.5% de la población sufren de hambre)1.
También los efectos se expresan en la crisis del planeta (calentamiento global, desastres naturales) por el abuso con los recursos naturales.
Esta crisis se expresa directamente en la concentración de la riqueza, (la maximización de la renta de la producción) y (la minimización de la renta del trabajo) con el consecuente aumento de las desigualdades, más desempleo, precarización laboral, aumento del costo de vida, exclusión, más pobres, afecciones a clases medias.
El subempleo o empleo informal que incentiva las dinámicas sociales y económicas de ilegalidad.
Ya no basta con las medidas de regulación o desregulación de la economía, por la presión de las tasas de ganancia, que lleva siempre a la acumulación del capital, en detrimento del bienestar de la humanidad.
Primero fue la burbuja inmobiliaria, que afecto en los años recientes a los países de Europa, y EU, luego la Burbuja financiera. En esta última, las Tics sobre dimensionan los datos, se promueve el endeudamiento insolvente de millones de personas, la promoción del consumismo lleva a que el consumo sea más rápido que los ingresos, se da prioridad a una economía virtual sobre la real. Pero el elemento que profundiza la crisis es que el capital financiero es más rentable que el productivo, dándole paso a la especulación sobre la producción.
Así las causas de la crisis financiera, están en la misma lógica del capital, donde el capital es el motor de la economía y su acumulación lo esencial del “desarrollo”.
La maximización del provecho. La financiarización de la economía favorece la tasa de ganancias, la especulación acelera el fenómeno y la organización mundial de la economía sigue esta lógica.
Como resultado de esta lógica, la tasa de ganancia del mercado financiero desborda la tasa de ganancia del mercado productivo.
Este desfase de la economía está asociado con otras crisis.
La crisis alimentaria generada estructuralmente por la concentración de tierras, por la expansión de monocultivos y la destrucción de la agricultura campesina, que como consecuencia genera un aumento de precios de los productos alimenticios por disminución en sus reservas y por el contrario aumento de producción de agro carburantes palma africana, maíz, soya y caña de azúcar.
Se oferta por parte de los gobiernos de los países denominados subdesarrollados, grandes concesiones a multinacionales, de millones de hectáreas por varias generaciones, en minería o agro-energía, cambiando los usos tradicionales de los territorios, eliminando bosques y contaminando con su acción el ambiente. Generando una intensa destrucción ecológica por esta manera de producir.
Por estas razones en que se da la crisis alimentaria, tanto en aspectos coyunturales como estructurales es que directamente se relaciona con la lógica del capitalismo.
La crisis energética, más allá de los precios del petróleo es el agotamiento de los recursos naturales por sobreexplotación. La utilización irracional de la energía y el despilfarro de los recursos naturales. El modelo de consumo individual, promovido por el neoliberalismo, una sociedad consumista y energivoro y el control internacional de las fuentes fósiles de energía y otros materiales estratégicos que son motivo de agresión con la fuerza militar estadounidense para asegurarlos, lo que ha llevado a la militarización del planeta. (Bases militares gringas en todos los rincones del mundo).
Las salidas que están orientando los agoreros del capitalismo están dirigidas, hacia las materias vivas generadoras de energía como los agrocombustibles, generando otro daño mayor. La humanidad tendrá que cambiar las fuentes energéticas fósiles, si queremos la preservación del planeta.
La voracidad de los Estados Unidos y China, el consumo digital sediento de metales raros y la especulación financiera sobre la tierra, las materias primas y los bienes alimentarios están provocando una carrera sin precedentes por los recursos naturales: la exploración y explotación megaminera a cielo abierto, la exploración petrolífera y la expansión de la frontera agrícola por el agro-negocio.
El modelo “desarrollista” que propicia esta carrera choca con el aumento exponencial de la deuda socio-ambiental: la apropiación y la contaminación del agua, la expulsión de muchos miles de campesinos pobres y de pueblos indígenas de sus tierras ancestrales, la deforestación, la destrucción de la biodiversidad, la ruina de los modos de vida y las economías que hasta ahora garantizaron la sustentabilidad. Se ve al nuevo extractivismo como la fase más reciente de la condena colonial de América latina a ser exportadora de naturaleza para los centros imperiales que están saqueando inmensas riquezas y destruyendo los modos de vida y las culturas de los pueblos.
Una situación compleja producto de la crisis social y del modo de producción fundado en la ilimitada explotación de la naturaleza. Esta visión de progreso ilimitado, de rentabilidad ilimitada proyectada por la modernidad que hace de la naturaleza y todos los seres que la habitamos un depósito de recursos utilizados y adecuados al servicio del ser humano, está rompiendo con el equilibrio del planeta, atentando con su existencia.
El uso racional de los recursos limitados de la naturaleza, permitirá perfectamente dar respuesta a la necesidad y deseos humanos, siempre y cuando se respeten los ritmos de la naturaleza y las posibilidades de tolerancia de cada ecosistema para que se garantice la preservación del planeta y no se le cause daño a los otros seres existentes como nosotros en ella. El presidente Mujica del Uruguay nos insta con su ejemplo a la sobriedad en el consumo.
Estos componentes de la crisis del modelo neoliberal, nos permiten entender su irreversibilidad, y la profundización como crisis de civilización, por los efectos desde y hacia la humanidad.
Este es un momento crítico en la historia planetaria y la civilización, los pueblos del mundo deben dar cuenta de la elección de futuro más trascendental de su existencia, o se asume una alianza global para cuidar del planeta y cuidarnos unos a otros los seres humanos o asumimos la irresponsabilidad de la destrucción de la vida y su inmensa diversidad.
Es fundamental crear conciencia de la urgencia de transformaciones, de cambios de paradigma, de que así como están las cosas ya no se puede continuar. Las desigualdades son escandalosas, la pobreza y el hambre como afirma Martín Caparrós, es un crimen colectivo en el que todos, hasta los bienintencionados, somos cómplices.
El aumento en la tasa de ganancia es infinito e irracional, además los que acumulan capital nunca estarán saciados. Este criterio de racionalidad de la econometría debe ser transformado a criterios cualitativos que den valor al ser humano y a la vida.
La lógica del capital y su cultura de la exaltación del individuo, de la propiedad privada, de la riqueza, de la competición desenfrenada y del Estado mínimo, no garantiza la existencia la preservación de la vida de todos los seres del planeta, el nuevo paradigma debe dar centralidad a la vida y entender todos los seres, como interdependientes incluidos los humanos. Esto significa el rescate de los derechos de la naturaleza que se armonizan y hacen solidarios con los derechos sociales. Es claro que la modernidad capitalista llego a su límite de destrucción de la vida, de la sociedad y la naturaleza, generando una desigualdad gigantesca.
Latinoamérica recupera su papel de lucha y resistencia.
Las reacciones de la sociedad organizada en grandes movimientos contra hegemónicos y anti-neoliberales es de alcances importantes. Las clases populares, formadas por actores muy diversos, empezaron a movilizarse de manera masiva, primero desde finales de la década de los 90 contra las medidas neoliberales, especialmente en América Latina; y después contra los efectos sociales de la crisis a partir de 2008, especialmente en Europa.
El protagonismo alcanzado por las masas populares, lanzándose a las calles, retomando para si el espacio público y transformando la realidad social y política de países y regiones, viene desde hace dos décadas.
Los nuevos sujetos plurales de estas movilizaciones y sus formas de protesta surgen en un nuevo contexto de lucha y a pesar de que conviven con los clásicos movimientos sociales y de izquierda, especialmente en Europa, rompen los esquemas tradicionales de lucha contestataria y con objetivos economicistas, que no ponen en duda la estructura general de dominación política y social, y se lanzan a movilizaciones sociales y populares más plurales, como reacción a las políticas agresivas del neoliberalismo que llevaron a Europa a la crisis, planteándose objetivos de lucha más ambiciosos, superar el modelo de democracia liberal burguesa por una más participativa como transición en la superación del capitalismo.
Raúl Zibechi nos señala como la oleada neoliberal de los ochenta trastoco las formas de vida de los sectores populares al disolver y descomponer las formas de producción y reproducción, territoriales y simbólicas, que configuraban su entorno y su vida cotidiana, generando como reacción en América latina el nacimiento de nuevos movimientos sociales como respuesta a lo que denomino terremoto social.
Desde finales de la década de los noventa, América Latina está viviendo una dinámica extraordinaria de luchas y grandes conquistas populares. A partir de la articulación y movilización de nuevos sujetos e identidades populares, indígenas, campesinas, afrodescendientes, juveniles y nuevas realidades en lo obrero, han cambiado y están cambiando las estructuras políticas y económicas dando lugar al mayor proceso democratizador en la región y de concentración de gobiernos progresistas y revolucionarios de nuestra historia.
América Latina se está jugando su historia, rubricándose un lugar en el mundo, asumiendo el liderazgo en la lucha contra el neoliberalismo, construyendo nuevos expresiones de sociedad pos-neoliberal. Con firmeza se vienen nacionalizando los recursos naturales, devolviendo a los Estados del continente la base material de la soberanía extraviada; se avanza en la distribución de la riqueza entre los más necesitados, creando Estados sociales protectores y equitativos; se comienzan a ver los efectos de la cooperación y solidaridad de los pueblos y gobiernos democráticos progresistas; se viene dinamizado y diversificado la economía, apuntalando la creatividad de los productores; millones de jóvenes han accedido a la educación escolar y universitaria y otros tantos al empleo, renaciendo en sus espíritus la esperanza de unas patrias dignas.
Recientemente se realizó la VIII reunión de los jefes de Estado de la Unión de Naciones Suramericanas –UNASUR- institución creada en Brasil en el 2008 y que cobro vigencia jurídica en el 2011. Hecho que los medios de prensa globalizada no registraron con la importancia debida, sus reporteros e incluso los fabricantes de opinión ignoraron por completo. No se quiere reconocer que en las últimas décadas se han producido cambios políticos y socioeconómicos en la región, que alteran de alguna manera el sistema y orden establecido desde los poderes hegemónicos en el mundo.
Después de casi dos siglos de subordinación a Washington América Latina despierta y se corrobora la visión integracionista de unidad latinoamericana de Bolívar, que entendió en su época la visión expansionista de los Estados Unidos y el peligro que representaba. Hoy se recupera el interés latinoamericano, un proyecto gestado por los suramericanos, bajo un liderazgo propio avanza la integración más importante del continente. 12 países, 450 millones de habitantes el 68% de la población de América Latina. Cuenta con la mayor reserva de petróleo en el mundo, la mayor reserva de agua dulce subterránea, abundantes yacimientos de oro, plata, hierro, gas, cobre, manganeso, litio, uranio. Estas condiciones de riqueza en recursos naturales la colocan como una región apetecida y en peligro por los intereses hegemónicos que en su expansionismo intentan controlar los recursos naturales del planeta.
La inauguración de la sede oficial de UNASUR en la ciudad de Quito, la activación del Banco del sur en el mes pasado, la creación del fondo de reserva y de protección financiera del bloque regional, que alivia la dependencia de los países de la región del sistema financiero global, el anuncio del propósito de creación de la escuela de defensa para los oficiales de alta graduación en la región. Todos estos hechos que configuran un bloque regional, se convierten en la defensa más eficaz contra el avance de trasnacionales financieras y de las estructuras de dominación de Los EU y de la UE. En palabras de Rafael correa “solo unidos podremos defendernos del neo colonialismo y del injusto e inmoral orden mundial”.
La categoría central del “buen vivir” que implica una relación de inclusión de todos, un equilibrio con todos los elementos y una relación respetuosa hacia la madre Tierra, hace parte de los desarrollos de la institucionalidad en países como Ecuador y Bolivia, Principios incluidos, en sus constituciones. Otros países de la región no han desarrollado una conciencia ecológica semejante, aunque hayan promovido una “ecología social” que ubica a los pobres y marginados como primeros destinatarios de las políticas públicas del Estado. Brasil, Venezuela,
Nicaragua, Uruguay, Argentina, y el resto de países congregados en UNASUR.
El gran vacío(problema) en este gran proyecto de integración de los gobiernos en la región es la dependencia extractivista de sus economías, urge la necesidad de avanzar en el desarrollo propio industrial de la región, aumentando la capacidad productiva, lo que permitiría superar la dependencia del extractivismo y ganar una autonomía a largo plazo.
También la existencia de países a su interior como Chile, Colombia y Perú que pertenecen a la Alianza del Pacífico creada por la iniciativa de Washington como un proyecto panamericano con miras al Acuerdo de
Asociación Transpacífico (TPP). A la vez de la existencia de bases militares norteamericanas en países de la región. En el Chaco paraguayo, llamada la “base humanitaria”, las siete en Colombia y dos en Perú. También el gobierno de Colombia firmó en 2013 un “Acuerdo de Cooperación” con la OTAN que hace tiempo está buscando la oportunidad de expandirse hacia América Latina y el Caribe y hoy el gobierno colombiano busca la vinculación del ejército a operaciones internacionales con la disculpa de combatir el terrorismo disponiéndolo como ejército de ocupación permiten la permanencia de las políticas subyugantes.
En este momento histórico, nuestros pueblos del continente rechazamos las denominadas Ordenes Ejecutivas de la política presidencial e institucional en Estados Unidos para que se aplique contra el pueblo venezolano.
Instrumento político utilizado para ejercer acciones inversionistas, golpes de estado, guerras mediáticas… aduciendo supuestamente razones de una "amenaza extraordinaria" contra los objetivos y preferencias estadounidenses. Esperamos que la solidaridad de los pueblos en esta Cumbre de los Pueblos y de los Movimientos Sociales de Nuestra América; sea suficiente para que Washington deponga sus intensiones e intereses en desestabilizar la región.
Latinoamérica como continente de la esperanza
La principal tarea epistemológica que tenemos los latinoamericanos es la de continuar el proceso de recuperación de la memoria de estos cinco largos siglos de resistencia, repensar; ¿quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Cómo estamos constituidos? ¿Cómo nos hemos configurado como latinoamericanos? Como en medio de la resistencia nos fuimos constituyendo en esa otra cara alterna a la modernidad. Necesitamos sacar lecciones esenciales de la experiencia de nuestros pueblos en estos siglos de resistencia traumática, pero también debemos decir de gran riqueza y avance en la identificación y configuración del proyecto latinoamericano.
No podemos olvidar que heredamos unas instituciones y unos estados de una elite criolla, modernista y colonial, que lucharon contra el régimen invasor pero que no se dieron cuenta de todo lo que había por descolonizar; la economía, las ciencias, la ideología, la cultura, la educación…, la tarea fue incompleta. Hoy seguimos buscando la segunda y definitiva independencia, la descolonización del continente. Los retos próximos de las transformaciones urgentes que tenemos es la construcción de una alternativa que vaya más allá del modernismo capitalista, que sustenta una economía devastadora, una alternativa más allá del desarrollismo y del estado liberal poscolonial.
Este es un momento importante para el pensamiento latinoamericano, que ha logrado instalar en el imaginario propio y de todo el mundo grandes preguntas de significación y sentido. El debate, la apuesta, es avanzar en la construcción de una nueva visión de sociedad, tras moderna, pos capitalista, esa sociedad que emerge en el continente de la esperanza y se proyecta como alternativa construida desde las comunidades en cada rincón del continente.
El momento nos exige avanzar en el continente en el desarrollo de alianzas estratégicas de los pueblos que permitan la articulación de un gran bloque popular contra-hegemónico, a la luz de las formaciones sociales actuales; así como venimos avanzando con iniciativas articuladoras en lo de comunicaciones (telesur), económicas (banco del sur, ALBA) constituyamos una universidad popular capaz de zafarse de los estereotipos colonizadores, que siembre la marca del conocimiento autónomo y contextualizado, Comprendiendo las nuevas dinámicas de luchas y nuevas formas de organización horizontal-territorial y comunitaria, impulsadas por los movimientos indígenas, campesinos y afroamericanos.
Diversas expresiones de poder popular que surgen desde los territorios tanto en el campo como en las nuevas realidades urbanas. Un espacio territorial o barrial, en torno a los pobres del campo y de la ciudad y a las comunidades originarias y ancestrales en resistencia, donde se efectúa una re-apropiación de los espacios de vida, que progresivamente se transforma en apropiación social democrática, reconociendo a la naturaleza como fuente de vida y por tanto estableciendo una relación de armonía y respeto con ella; el desarrollo de nuevas formas económicas que dan prioridad al uso racional de los recursos en la satisfacción de las necesidades de las comunidades; recuperando la toma de decisiones desde abajo, desde las propias dinámicas de las comunidades.
Las luchas emancipatorias en Colombia y la lucha por la solución política
La coyuntura generada en el proceso de negociación “por una solución política al conflicto político social y armado” que padecemos los colombianos, que se desarrolla actualmente en Cuba entre la guerrilla de las FARC –EP y el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y la mesa de conversaciones con el ELN en un proceso discreto de construcción de agenda para el establecimiento formal de las negociaciones, sintetiza el presente producido de una realidad histórica de más de 50 años de guerra revolucionaria y lucha social y política por el poder para las mayorías populares del país.
Indica este presente, que en esta cruenta lucha armada de más de 50 años, no se logró por parte de la insurgencia y de las organizaciones y movimientos del campo popular, la acumulación de fuerzas necesaria para avanzar hacia (la toma del poder) unas transformaciones estructurales, objetivo estratégico de las mismas. Pero también es necesario resaltar que por parte del estado y sus fuerzas militares y paramilitares si bien logran debilitar el acumulado militar de la insurgencia, no así, logran una derrota política y militar definitiva, a pesar de los abundantes recursos económicos, de infraestructura militar y el apoyo mediático con que cuentan.
Resultado de la realidad en este presente y como expresión de la correlación de fuerzas, en una guerra asimétrica como la colombiana, aparece la opción de una solución política negociada al conflicto político, social y armado. Opción a la que se ha dispuesto la insurgencia colombiana como una vía que permita darle tránsito a la solución de los conflictos sociales y políticos por fuera de la violencia.
Violencia que en nuestro país ha sido históricamente estructural y dirigida contra la oposición que amenace con cambiar las dinámicas políticas del país, usando incluso las mismas reglas de juego definidas por el establecimiento y que como reacción y consecuencia se da precisamente el surgimiento insurgente.
Optar por la solución política no es solamente un acto de voluntad o de atrevimiento de las partes, es también un acto de conciencia y de maduración política de la insurgencia, de los representantes del estado y fundamentalmente de la sociedad, para que se pueda entender lo nefasto de continuar buscando una salida militar (bien para el aniquilamiento insurgente o bien para la toma del poder por la insurgencia) perpetuando las condiciones de guerra con su consecuente degradación, y poder identificar los verdaderos alcances de un proceso de esta naturaleza.
La insurgencia ha hecho evidente que tiene claro - qué es lo posible – en este proceso de negociación y que no aspira a una revolución por decreto, que no se pretende conseguir en una mesa lo que no se logró con el pueblo en el campo de batalla. Lo posible, es la solución política al conflicto colombiano y este será viable en la medida que el Estado reconozca la naturaleza política del conflicto, porque de este reconocimiento se desprende las salidas y reformas necesarias para remover las causas que lo generaron. Entre las cuales unas de las principales reformas es la del cambio de la doctrina militar, para poder desmontar la violencia estructural que produjo esta confrontación armada, como también el modelo económico causante de la profundización de la pobreza y de la desigualdad.
Esta perspectiva de lo posible, no puede soslayar la importancia de lo estratégico. El avance hacia una democracia real debe permitir la confluencia y articulación de las fuerzas sociales y populares en lucha por las transformaciones y el país para las mayorías.
Al interior del Estado y el gobierno del presidente Santos, no ha logrado ganar madurez la opción por la solución política, existe aún la convicción de la necesidad de la presión militar y que lo que se requiere de la insurgencia es su sometimiento. Las fuerzas políticas del país también están polarizadas, la ultraderecha insiste en la salida militar. Los medios de comunicación obedecen a las políticas definidas por sus propietarios, que como bloque de poder están por la presión militar y el sometimiento. Las expresiones del movimiento social que insisten en la paz son muy débiles, no se logra configurar y articular un gran movimiento por la paz que consiga incidir en el desescalamiento de la guerra y pueda ser definitivo en la terminación del conflicto armado. No obstante de acuerdo a las encuestas realizadas por los generadores de opinión afirman que más del 70 % están de acuerdo y aprueban el proceso de paz que se desarrolla en la habana.
El bloque de poder quiere una paz exprés, que no afecte sus estructuras ni el modelo, un proceso donde se desarme la insurgencia y todo siga igual.
La política de paz de Santos es de pacificación, de sometimiento. El poder quiere mantener el ritmo de acumulación de capitales de los últimos años con el neoliberalismo, quieren tranquilidad para que les funcione el modelo, con el acuerdo de paz pretenden institucionalizar todo lo que es funcional al modelo neoliberal. Asumen convencidos que cuentan con una ventaja militar y que la pueden aprovechar políticamente.
Dos visiones presentes en la actual coyuntura, para buscar la terminación del conflicto, visiones contrapuestas que se expresan en el comportamiento de cada uno de las fuerzas comprometidas en el proceso. Santos tiene un discurso ambiguo, habla de paz y de guerra al tiempo.
La decisión unilateral de avanzar en el desescalamiento del conflicto mediante la tregua unilateral, que no ha tenido una correspondiente y digna respuesta por parte de las fuerzas estatales, que siguen avanzando en sus planes de exterminio (asesinato en acciones ofensivas de mandos y combatientes de FARC y el asesinato de dirigentes del movimiento social; en días pasados fue asesinado el compañero Juan Carlos Pedraza del Congreso de los Pueblos.
Por su parte el ELN adelanta un proceso discreto de dialogo y discusión con el Gobierno colombiano sobre la posible agenda de negociación, discusión que al momento ha permitido estructurar unos ejes gruesos que deberán puntualizarse y llenarse de contenidos para poder avanzar en una fase publica el proceso propiamente de negociación.
Obviamente estamos hablando de dos guerrillas con características políticas, culturales, ideológicas, de visión, concepción y métodos diferentes que hacen a cada una muy singular, pero hermanas, con objetivos comunes. Por esta razón las agendas no serán las mismas, deben interpretar la naturaleza de cada insurgencia pero necesariamente serán complementarias porque se trata de un solo proceso de paz.
En términos generales existen tres puntos comunes de agenda (Victimas, Terminación del conflicto y la implementación de los acuerdos y refrendación) otros puntos que se complementan, pero que para el caso del ELN interpretan su visión y naturaleza, son: el de Participación de la sociedad; cuyo objetivo es que el proceso de paz incida en el curso mismo de la dinámica política del país, la búsqueda de solución a los problemas del país le atañe al conjunto de la sociedad y la paz debe ser un propósito de todos los colombianos. El de la democracia para la paz; se pretende la discusión y definición de qué debe hacerse para darle vida a una democracia plena y real, aspecto que le corresponde asumirlo a la sociedad en su conjunto.
Por otro lado el punto de las transformaciones necesarias para la paz; en este caso los aspectos por transformar los debe identificar la misma gente, la sociedad, el pueblo, tomando en cuenta que la paz no tomará forma y contenido un día después de firmar los acuerdos. Establecer una agenda que abra y permita a la sociedad colombiana, por si misma, identificar y definir los cambios y transformaciones para construir el país que sueña y que es posible hacer realidad, (el ELN no pretende negociar en su nombre la agenda social de transformaciones), intenta abrir las posibilidades y acordar un mínimo de garantías para que el pueblo asuma sus propias transformaciones.
Estos esfuerzos de búsqueda de la paz para Colombia, no abarcan el conjunto de la realidad para el análisis del momento político. Pero si se ve afectado por los efectos de la realidad global y regional.
Avances en la articulación y lucha popular
Con el paro agrario de Agosto del 2013 en Colombia y la Pre-Cumbre de Diciembre, se avanza en la construcción del proceso de articulación de los diversos sectores relacionados con lo rural colombiano. La gran Cumbre Nacional Agraria: Campesina, Étnica y Popular, que se realizó en Bogotá del 15 al 17 de marzo de 2014, permitió el reconocimiento de los distintos procesos sociales que actúan en los territorios; organizaciones agrarias y populares que vienen protagonizando la lucha social y la movilización en estas últimas dos décadas. Se avanza en el propósito central de construcción del proceso de unidad. Con la presencia de los pueblos indígenas, afrocolombianos, campesinos, pescadores, pequeños mineros y demás sectores populares que se relacionan con lo rural.
Importante la construcción y articulación de un sujeto político plural para lo rural, con una agenda política de país, con una dirigencia que asume el liderazgo de las luchas y movilizaciones, con expresiones de defensa de los territorios, un ejercicio desde las regiones que indica una forma distinta de fortalecer los espacios de decisión de las comunidades, todo esto apuntando a la construcción del sujeto histórico de cambio, caracterizado por ser pluridiverso, múltiple, latente en las organizaciones y movimientos sociales. También aparecen producto de la realidad del conflicto otros sujetos políticos y sociales importantes que actúan con iniciativa en el actual momento, el movimiento de víctimas, el movimiento de mujeres, los ambientalistas y ecologistas, el movimiento obrero sindical a pesar de su crisis organizativa, pero aún no existe la suficiente conciencia en identificar, comprender y aportar a la construcción del sujeto plural histórico urbano, que junto a ese sujeto político plural rural den cuenta del sujeto político histórico de cambio.
El movimiento obrero y de los trabajadores deben ser jalonadores y dinamizadores en el proceso de articulación y construcción del sujeto político urbano. Su experiencia de movilización lucha y reivindicaciones son muy importantes en la identificación de los elementos articuladores y comunes en el proceso de consolidación de una agenda política urbana.
Avanzan procesos como el congreso de los pueblos, Marcha patriótica, coordinadora de movimientos sociales, como procesos amplios de articulación de comunidades, pueblos y organizaciones, movimientos sociales y populares, que se identifican en una apuesta política de lucha anticapitalista y anti neoliberal. Que aboga por la construcción de una nueva sociedad pos-capitalista, construida desde abajo. La base de la construcción el poder popular se materializa desde los territorios, rurales y urbanos. También nos articula el reconocimiento de la diversidad de las expresiones subjetivas de cada uno de los procesos (Sentimientos, pensamiento, cultura, historia, memoria, religiosidad, costumbres,), esta parte subjetiva que nos construye, constituye y define más como humanos y que nos identifica y hace diferentes. Recuperar el pensamiento de los procesos e incorporarlos como elementos importantes en la construcción de la política en el campo popular.
Si comprendemos la importancia de un espacio articulador, amplio y plural; es necesario no perder la creatividad y la iniciativa para poder avanzar en la construcción del sujeto político histórico como actor fundamental de las trasformaciones económicas, sociales, políticas y culturales que necesita el país en este momento histórico.
Esperamos que estos elementos sirvan para el debate y aporten a la construcción de la política que nos marque el camino a seguir en el actual momento. Deseamos los mejores éxitos en nuestra cumbre y toda la fuerza para las organizaciones sociales, populares y al pueblo panameño que han hecho posible este importante encuentro entre los pueblos.
Demandamos toda la solidaridad de los pueblos de Latinoamérica para que termine la guerra mediática, política, militar y económica que viene ejerciendo en gobierno de los Estados Unidos contra nuestro hermano pueblo de Venezuela.
Desde las prisiones de Colombia, con nuestro cuerpo prisionero, pero con nuestro espíritu libre y rebelde,
Fraternalmente:
Movimiento de presos políticos
CAMILO TORRES RESTREPO
Medellín, Colombia.
Ese documento fue el Saludo del movimiento de presos políticos “CAMILO TORRES RESTREPO” leído en la Cumbre de los Pueblos y de los Movimientos Sociales de Nuestra América, los días 10 y 11 de abril de 2015, en la ciudad de Panamá.














