Micoahumado un Grito por la Vida!!

Linea Conflicto Social y Paz

Por: Marlon Stiven Osorio Jimenez. Kavilando*

Luego de la firma de los acuerdos de paz de la Habana, hubo un aire de esperanza en la sociedad colombiana, por lo menos en aquellos sectores que anhelan cambiar las páginas de la guerra que han escrito la historia de nuestro país.

 

 

micoahumado 1

Además, había mucho optimismo por las negociaciones que estaban en curso entre el gobierno y la insurgencia del ELN. Al parecer, después de tanto, había un camino político para transitar del conflicto armado a un escenario de lucha política.

El ambiente en muchas comunidades golpeadas por la guerra estaba tomando otro matiz, pues había cierta tranquilidad en los ritmos de vida, aunque los problemas estructurales causantes del origen y prolongación del conflicto armado se mantenían y se mantienen hoy día.

Entre las comunidades afectadas directamente por la guerra, está Micoahumado-Sur de Bolívar. Una comunidad de tradición campesina, que se ha construido a peso de pulmón, resistiendo y caminando en medio del conflicto armado. Sus años más difíciles fueron entre el año 1998-2003, cuando los paramilitares incursionaron en el territorio, desatando fuertes enfrentamientos con la guerrilla (ELN).

Luego de un proceso comunitario, se logró establecer ciertos criterios entre los actores armados, para no poner en medio del fuego cruzado a la comunidad. Se fueron los paramilitares, pero llegó el ejército y la guerra se mantuvo, dejando muertos, tanto de la guerrilla como del ejército, incluso de algunos civiles señalados de ser colaboradores del ejército, situación compleja y considero que irresponsable por parte de la fuerza pública que constantemente está buscando la forma de involucrar a los pobladores en el conflicto, al pedirles información o colaboración, ignorando o no importándoles el riesgo que esto representa.

La población se fue acostumbrando a esa realidad, aunque había cierta conmoción cuando ocurría un combate (algunos de ellos en el propio pueblo). Muchos se preguntaban diciendo ¿qué podemos hacer? al fin y al cabo, es algo que se nos sale de las manos. Algunos se encomendaban a su fé, rogando en sus oraciones que por favor, se terminara la guerra.

Se destaca en la región, la lucha política y social que articula liderazgos sociales, buscando aportar en la construcción y defensa territorial a partir del llamado: “Proceso Soberano Por La Vida, La Justicia Y La Paz De Micoahumado”.

Ésta proceso comunitario, surgió a finales del año 2002 y se fortaleció a partir de la primera Asamblea Constituyente de Micoahumado en el mes de marzo del 2003 (Marlon Stiven, 2018). Sin embargo, no ha sido fácil la lucha por la construcción del territorio, porque las estigmatizaciones alrededor de los líderes sociales como guerrilleros, los ha puesto en el ojo del huracán. Es así, como en los últimos años se han presentado diversas persecuciones e intimidaciones a los actores sociales que le apuestan a una construcción colectiva del territorio desde abajo, desde la propia autonomía de las comunidades.

Ciertamente en el caminar, con aciertos, desaciertos y dificultades, se han logrado triunfos importantes en estos procesos organizativos. Esta es una lucha de largo aliento que requiere paciencia y perseverancia.

Pero, muchos de los liderazgos se han visto desgastados por la presión que ejerce el propio conflicto armado, sobre todo, como lo mencioné anteriormente, por la persecución judicial que ejercen los gobiernos de turno, además del riesgo de la vida de los propios líderes, que han venido siendo exterminados sistemáticamente en el territorio nacional, sembrando el temor en las comunidades, particularmente en la nueva generación que debe tomar la batuta.

Se agrega a éste panorama nacional, una compleja realidad territorial. Éste año, ha sido difícil para la comunidad de Micoahumado. Muchos habían naturalizado los combates entre el ejército y la insurgencia, era vivir en la guerra pero sin sentir sus efectos. En la medida que fueron pasando los días y semanas de inicio de éste año 2019, la situación fue cambiando.

Todo fue empeorando en la región, luego de la ruptura de la mesa de negociación entre el Gobierno y el ELN, recuerdo ese día en que el gobierno declaró la ruptura de la mesa de negociación: Mi familia observaba la noticia, al igual que la comunidad en general, surgieron comentarios, entre ellos, unos que decían que la guerra siempre iba a existir; otros, mostraron una actitud indiferente a lo que estaba sucediendo.

Lo cierto es que tal vez, la comunidad, en su gran mayoría, desconocían lo que significaba tal decisión, además de la clara postura guerrerista del actual gobierno, que entre otras cosas, dudo que tuvo intenciones reales de buscar una salida política a dicho conflicto armado.

No pasó mucho tiempo, luego de dicho acontecimiento, cuando se empezó a militarizar la zona, el ejército empezó a hacer presencia en el casco urbano y fue allí, cuando los ritmos de vida de la comunidad empezaron a sufrir drásticos cambios, el ambiente ya era otro, los sonidos de la guerra, empezaron a ser más frecuentes, volviendo la población a quedar en medio del fuego cruzado

No pasó mucho cuando me dan la noticia que en medio de una ofensiva militar que adelantó el ejército (REDIPAZ, 2019), resultó herido un amigo muy cercano y lo más lamentable, en medio de la acción militar resultó muerto un compañero de la región que tan solo tenía 18 años,  ambos civiles:

Los militares, asegura Sarabia, “disparaban sin sacarle el dedo a ese fusil. Entonces, yo le dije a los pelados: ‘corran que nos van a matar’. Yo salí a correr, no volví a mirar pa’ trás. No sabía que a ‘Coco’ lo habían herido, que le habían pegado ese tiro de muerte”. (…) “Yo me fui (corriendo), me tiré en la esquina de la casa de Jimmy y le decía que me ayudara, que me habían herido, y él me decía que me metiera pa’ dentro como pudiera. Yo como pude fui y me metí al lado de ellos y el ejército seguía disparando y disparando. Jimmy les gritaba que no disparan porque había niños, que habían civiles (sic), que tenían un civil herido”, cuenta Henri conteniendo las lágrimas. Casi una semana después del tiroteo, todavía asustado, el menor de edad que estuvo en la cancha se lamenta: “Nosotros éramos civiles y nos metieron a plomo”. (La Liga Contra el Silencio, 2019)

Esta situación, marcó un profundo dolor en la comunidad, que se lamentaba con lágrimas lo sucedido. En mi caso, desde la distancia compartía el dolor y la indignación de los familiares. Algunos se preguntaban ¿cómo es posible que haya pasado esto?. Los reclamos y las denuncias de la comunidad no se dejaron esperar.

Pasó el tiempo, cuando me entero que han matado a otro habitante de la región, no entendía bien que estaba ocurriendo, hasta que leo algunas noticias en la web, que señalaban a la insurgencia como responsables del asesinato del aspirante al concejo de Morales. No pasó una semana cuando había otro muerto, habitante del territorio, la comunidad en general estaba sorprendida sin comprender lo que estaba y está pasando. Según los rumores, la guerrilla los acusaba de ser colaboradores del ejército, situación que claramente exponía sus vidas ante este actor armado.

Personalmente, creo se deben respetar en caso de conflicto armado no internacional, los principios de la guerra que dicta el Derecho internacional Humanitario, así, evitar involucrar a la población civil. Ninguno de los actores, podrá involucrar actores civiles en el conflicto armado.

No podemos ignorar, que en Colombia y en este caso, en el Sur de Bolívar se está librando una guerra que se ha venido agudizando ante la negativa del actual gobierno a establecer con seriedad y voluntad, una mesa de diálogo que permita dar salida al conflicto armado, una negociación que permita asumir y tramitar las causas estructurales del mismo, que posibilite construir soluciones a dichas causas que son el origen del conflicto armado en Colombia.

Hoy, la población en general está atemorizada y es entendible. Muchos desde las redes sociales comparten su indignación y tristeza, haciendo llamados “por favor no más guerra”, es un grito por la vida, un grito por la justicia y la paz. Pero es necesario, que esos gritos nos lleven a la acción, a la participación y movilización social, porque no debemos olvidar que Micoahumado ha sido un territorio de luchas y resistencias, y esta no es la primera vez que se encuentra en una situación como la que vivimos hoy.

*integrante del Grupo de Investigación y Editorial Kavilando.

 

Referencias

La Liga Contra el Silencio. (28 de 03 de 2019). La Liga Contra el Silencio. Obtenido de El miedo a los ‘falsos positivos’ vuelve al sur de Bolívar: https://ligacontraelsilencio.com/2019/03/28/el-miedo-a-los-falsos-positivos-vuelve-al-sur-de-bolivar/

Marlon Stiven, O. J. (2018). “Sin Territorio No Hay Vida”: luchas y resistencias en Micoahumado Sur de Bolívar. Revista Kavilando, 10(1), 78-93. Obtenido de Kavilando: http://www.kavilando.org/revista/index.php/kavilando/article/view/244

Osorio, M. (2018). Sin Territorio No Hay Vida: Luchas y resistencias en Micoahumado Sur de Bolivar. Kavilando, 78-93.

REDIPAZ. (4 de marzo de 2019). Alerta por constantes combates entre el ELN y el Ejército, cerca al Casco Urbano. Mico Ahumado (Sur de Bolivar). Obtenido de Kavilando: https://kavilando.org/lineas-kavilando/conflicto-social-y-paz/6721-alerta-por-constantes-combates-entre-el-eln-y-el-ejercito-cerca-al-casco-urbano-mico-ahumado-sur-de-bolivar

 

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